Los cambios siempre generan resistencia por la sencilla razón de que mudar algo significa salir de una situación de confort para avanzar hacia a lo desconocido, aún cuando el destino sea visible y esté perfectamente planeado. Es decir, que el miedo a lo desconocido haya sido reducido al mínimo.
Posadas y los posadeños en general, han experimentado varios cambios en las últimas dos décadas. La mayoría con consecuencias positivas y otras no tanto. Pero siempre hubo resistencia. La mudanza de la Terminal de Ómnibus desde la esquina de las avenidas Mitre y Uruguay a su actual ubicación fue una de ellas. Hoy día es imposible siquiera imaginar que la actual Terminal con todo su movimiento pueda funcionar en aquella reducida esquina.
Casi en la misma época, unos años después, fue cuando se analizó la posibilidad de mudar el Mercado Modelo La Placita, ubicado sobre la avenida Roque Sáenz Peña, entre las calles San Martín y Sarmiento, a otro lugar con mayor infraestructura. El argumento fue que el edificio presentaba problemas, estaba en medio de una plazoleta y obstaculizaba el tránsito en la zona. La idea naufragó ante la fuerte resistencia de los puesteros.