Sentimiento de frustración

Lunes 6 de julio de 2015
Los jugadores saben que, más allá de los rendimientos, necesitan darle un título a la selección. | Foto: DyN
La obsesión por un logro genera una frustración mayor cuando no se alcanza, que la simplemente trunca obtención de un objetivo, porque parece que después de ella no queda nada, y esa peligrosa sensación del “nunca se podrá” fue la que quedó instalada en el sentimiento de este grupo de integrantes del seleccionado argentino, que representa a toda una generación de futbolistas que vivieron todos estos años de éxitos individuales y decepciones colectivas.
Lo presentían en las vísperas de la final ante Chile los dirigidos por Gerardo Martino, un hombre que tampoco puede sacarse de encima el “síndrome Barcelona” y lo trasladó al seleccionado argentino con la secuencia de Lionel Messi y Javier Mascherano como recuerdos vívidos de una historia que no logra enterrar en el pasado.
Lo dijo Mariano Andújar en el aeropuerto de Santiago, cuando regresaba desde Buenos Aires luego de operarse la mano derecha tras una fractura de escafoide sufrida durante el calentamiento previo al partido con Jamaica en Viña del Mar: “Todos en este grupo estamos cansados de comer mierda. Y no solamente es por el Mundial de Brasil. Hace rato que venimos con esta historia, desde Sudáfrica en 2010, la Copa América de 2011. Es demasiado. Hay que ganar algo de una buena vez para que dejen de decirnos fracasados”.
“Quiero verme en una foto levantando la copa”, casi que rogó Messi antes de partir hacia Chile, y cuando todavía le quedaba por ganar la Champions League con el Barsa. “Todos necesitamos ser campeones de una buena vez con la camiseta argentina, porque de lo contrario, esta generación de jugadores ya madura se va a pudrir en el árbol sin ganar nada”, redobló la apuesta su doble compañero de equipo Mascherano.
Por eso la impotencia que alberga en este plantel que se dispersó de madrugada, después de estar conviviendo y soñando durante casi 40 días en distintas ciudades de Chile, puede ser detonante de un futuro vacío para un seleccionado calificado por su técnico como “el mejor del mundo en la actualidad”.
Que varios componentes de este grupo hablaran en pasado de esta selección de estrellas no es algo muy edificante para el “proyecto Martino”, que en su primer desafío grande se quedó en la puerta del éxito y se sumó a la misma lista de frustraciones de quienes lo precedieron.
“Acá hay jugadores que valen fortunas, son estrellas en los equipos más grandes del mundo, y vienen a la selección con absoluta humildad, sin importarles el lugar que ocupan ni cuántos minutos tienen en cancha. Y que encima les digan fracasados, duele mucho”, se quejó Andújar en esa misma charla con Télam.
Claro que estos dichos fueron en momentos de ilusión creciente, antes de la semifinal con Paraguay, esa que puso el optimismo por las nubes con el 6-1 sobre el equipo de Ramón Díaz. Pero hoy la historia es muy distinta. O mejor dicho, todo lo contrario. Es igual a la que esta selección viene padeciendo desde hace años y que abre secuelas de frustración cada vez más profundas y peligrosas para el fútbol argentino.


La selección arribó al país en medio del dolor El seleccionado argentino que el sábado perdió por penales la final de la Copa América ante Chile regresó al país en la madrugada de ayer, triste y en silencio tras la nueva oportunidad desperdiciada de cortar la racha de 22 años sin títulos.
El plantel retornó en un vuelo chárter que retrasó casi dos horas su partida desde Santiago de Chile por lo cual tras el arribo a Ezeiza los futbolistas se retiraron del aeropuerto pasadas las 3 de la madrugada a bordo de un micro escoltado por la policía. Los futbolistas se fueron sin hablar con la prensa y mostraron gestos de pesadumbre. Un puñado de personas llegó hasta la terminal aérea para saludar y alentar a los futbolistas, pese al frío de la madrugada en aquella localidad bonaerense. Los futbolistas llegaron al predio de Ezeiza, desde donde quedaron liberados. Tras perder la final, Argentina no pudo cortar la racha sin logros internacionales que arrastra desde la Copa América de Ecuador de 1993.