El motor de su vida

Domingo 28 de septiembre de 2014
Para archivar. | Edgardo, con la adrenalina a tope sobre los Alpes franceses.

Edgardo Doberstein, se puede decir sin temor a  equívocos, es un fanático de los paramotores, pasión que comparte desde hace años con su esposa, la docente Olga Alenka.
Ellos, como sus hijos Camila (9) y Nicolás (3), viven a pleno rodeados de la adrenalina.
Edgardo tiene en una parte de su vivienda un pequeño y muy bien montado taller, con torno incluido, donde construye equipos que luego utiliza en sus aventuras por el país y también Brasil, Paraguay y más allá del Atlántico.

Doberstein heredó la pasión por el vuelo de su abuelo materno, Carlos Gruber, quien precisamente volando sobre el aeroclub local se precipitó a tierra con el avión del cual era copiloto de un eximio aviador de apellido Menoret, que en esa oportunidad perdió la vida.
El abuelo Carlos no la sacó barata esa vez, ya que tuvo politraumatismos varios, que superó con el tiempo, y aún hoy recuerda esa trágica jornada de la década del '60.
Siguiendo con las experiencias de este joven amante de los paramotores, la más importante fue la que lo llevó el año pasado a participar de la Copa Ícaro, en los Alpes franceses, en el encuentro más importante del mundo de la especialidad, mientras que a nivel local organizó en los últimos años en el aeroclub de Puerto Esperanza tres encuentros internacionales de paramotores, con la participación de amantes de la especialidad argentinos, paraguayos y brasileños.
“Con estos amigos realizamos permanentemente intercambios", dijo Doberstein, ya que "devolvemos la visita, y así hemos ido conformando una estrecha amistad. El lugar más lejano donde solemos ir a despuntar el vicio es el encuentro que se realiza en las playas de San Francisco do Sul (Brasil)”.
"Este fanatismo que tengo por la disciplina de los paramotores también se lo quiero transmitir a Nico, a pesar de su cortísima edad", señaló. Y agregó que "ya venía con un paramotor bajo el brazo como se dice, ya que las tres primeras palabras que pronunció al comenzar a hablar fueron papá, parapente y paramotor; en su idioma, claro”.

Hoja de ruta: Francia
La Copa Ícaro es el encuentro más importante del mundo de parapentes y paramotores. Se realiza anualmente en el mes de septiembre (por estos días se encuentra en marcha la 41ª edición) en la ciudad francesa de Saint Hilaire, entornado por los Alpes. “Tuve la oportunidad de estar allí el año pasado, en la 40ª edición, y volar sobre los Alpes franceses fue un experiencia increíble", cuenta Edgardo.
"En ese encuentro no solamente se vuela y comparte con pares de todo el mundo, con muchos de ellos nos conocemos de encuentros a los que asistimos, y con otros estamos vinculados a través de internet, sino que se puede encontrar, en una enorme feria de exposición y ventas, lo último en tecnología para la práctica con parapentes y paramotores”.