"Temo que llegue un momento en que no habrá más fotos"

Lunes 22 de diciembre de 2014
Fernanda Iturrieta. | Fotógrafa - docente

“Muchos fotógrafos piensan que si compran una cámara mejor serán capaces de hacer mejores fotos. Una cámara mejor no hará nada por ti si no hay nada en tu cabeza o en tu corazón”. Fernanda Iturrieta es docente, fotógrafa y viajera y bien podría decirse que encarna estos principios de Arnold Newman.
Oriunda de Oberá, cada quince días es pasajera de avión Buenos Aires-Posadas, con destino final a Oberá donde da clases de fotografía en Diseño Gráfico y en la reciente MAF (Medios audiovisuales y fotografía). Con alrededor de 80 alumnos entre las dos carreras,  se da tiempo para la reflexión, para entrenar el ojo, viajando, leyendo, mirando  y así concientizar de que la cámara no hace al fotógrafo, sino el ojo crítico y la reflexión. Una charla de una ex alumna (y ahora colega), combinada con mates, risas y recuerdos para terminar con el retrato de Fer, la profe de fotografía.

¿En una época del culto a la imagen o estética del photoshop, la fotografía contribuye positiva o negativamente con la construcción de la identidad?
Creo que siempre la fotografía contribuye a la identidad, después está en el hecho de quién use photoshop  o la herramienta para hacer que las cosas sean como son. Igualmente ninguna fotografía es verdad, desde el hecho que uno elige el encuadre, el punto de vista, el lente,  ya estás agarrando un pedacito de la realidad, a lo que se suma que uno hace eso también con el photoshop. Es decir que uno selecciona y quiere decir una determinada cosa adrede, pero lo hace con la cámara en la mano de manera analógica o lo hace ahora con cámara en mano y además photoshop. Siempre la fotografía es identidad. Está  en el uso que el fotógrafo haga de esa imagen y del photoshop. De hecho ahora a partir de las fotos de las modelos que salían en los medios que estaban altamente retocadas y perdían sus rasgos, hay una ley que dice que todas  las fotos que están retocadas digitalmente tienen que tener  debajo un slogan que lo informe. Igual, a partir de la fotografía digital se perdió como la esencia única de la fotografía analógica. La fotografía analógica  tenía una manera de copiar que te salía una sola vez y era imposible de repetir. Ahora con la fotografía digital hacés la misma foto de todas las maneras habidas y por haber y siempre saldrá igual. Antes tenía la impronta de la mano del fotógrafo. Ahora tiene la mano del fotógrafo pero sobre la computadora. Los fotógrafos que venimos de la era analógica tenemos, por lo menos en mi caso, una concepción de tratar de tocar lo menos posible la imagen. Los chicos que sacan fotos ahora, que son jóvenes y se sacan su “selfie” les es lo más natural del mundo ponerse dibujitos, pintarse, antes de mandar la foto. Yo creo que van a ser cuestiones que van a tener que aprender a convivir y el tiempo y la tecnología avanzan y uno tiene que acompañar. Cuando saco fotos no las miro, hago lo mismo que cuando sacaba con rollo, terminaba de sacar y recién ahí editaba mis imágenes. Generalmente hago dos meses después la edición de las imágenes y no borro nada. Ahora la gente mira, saca, borra y entonces se pierde un poco la esencia del acto fotográfico porque estás como muy pendiente de lo que sale. Ni que hablar de que uno va a reuniones sociales y están todos sacándose fotos, todo lo que hago tiene que tener una foto….
Entonces, el avance tecnológico hizo como una nueva etapa de la fotografía, porque ahora es como un bombardeo fotográfico, ¿se determina una nueva fotografía… o no?
Es difícil la pregunta, porque si uno se pone a pensar, tiene la cámara que es igual que hace dos siglos atrás. El principio fotográfico es el mismo, la formación de la imagen es la misma, lo que cambia es el registro. Es cierto que lo que uno puede decir ahora es que la fotografía se democratizó mucho más que antes. Por ejemplo, antes, trabajar con rollo blanco y negro demandaba saber de fotografía para revelar y procesar, ahora cualquiera saca una foto con un celular. Es cierto que también se perdió la cultura del papel. Nadie mira una foto en papel, todos miran en las redes sociales o en la computadora, pero si vos quisieses esa foto que está en la red hacer una buena impresión, imposible. Lo que sí creo es que lo que se va a perder es la memoria, porque uno habla con personas y familias que tienen  fotos de hace 200  años y van heredando la fotografía del abuelo, uno antes imprimía las fotos para el álbum familiar, ahora está todo adentro de la computadora que depende de cómo se guarde, del ciberespacio, la cosa está o se pierde. Eso me da temor, que va a llegar un momento de determinadas situaciones y por un problema tecnológico no habrá fotos.  En la introducción del libro de Neil Postman  “Tecnópolis: La Rendición de la Cultura a la Tecnología”, que se titula el juicio de Thamus, donde hace un análisis de la tecnología, la conclusión es  que “la tecnología te da algo y a la vez te quita algo”, y ahí lo que uno tiene que hacer es un uso consciente de esa tecnología.  Yo por ejemplo imprimo. Mi libro es parte de eso, trabajo con un fotógrafo coleccionista Abel Alexander, un gran estudioso, investigador y coleccionista de fotos y él dice que lo que hay que hacer es publicar los libros en muy buena calidad, lo mejor posible, porque va a llegar un momento en que las fotos no van a estar y sí van a estar los libros para poder levantar y reproducir esas cosas. Aparte nadie le da el valor que tenía la fotografía en papel antes. Para mí es terrible tirarla.
Vos que viajás de Posadas a Buenos Aires, ¿te parece que Misiones tenga  un estilo fotográfico, hay diferencias con otros lugares?
No creo que haya diferencias. Ahora con lo digital está todo tan mezclado que todos los lugares se parecen y muchas veces las fotos se parecen. No creo que tampoco Buenos Aires  tenga una identidad fotográfica, pero sí los fotógrafos que tienen un estilo o mirada en particular. Misiones tiene el plus de la vegetación y los antepasados que visto desde allá es lo que llama la atención y gusta. Por ejemplo, el camino de tierra colorada bien armadito que se ve desde el avión y el verde. El turista que viene, se queda asombrado. No hace falta una identidad fotográfica, uno lo que tiene que rescatar es la identidad del misionero en sí.

Las postales típicas de Misiones…
La gente, las expresiones, ese es el plus que por ahí tiene a diferencia de Buenos Aires, identidades distintas, por ahí algo que te llama la atención acá, la tierra colorada, la gente relajada, la mezcla. Pero si uno va a Buenos Aires podría hacer el mismo trabajo. Si uno se para en Florida puede tener la misma foto, pero las caras van a ser distintas.

La provincia tiene una diversidad cultural de historia, de costumbres eso ¿lo ves reflejado en las fotos,?
Sí, eso es cierto, pero antes se veía mucho más porque no había tanto contacto con otros lados. Por ejemplo cuando empiezo a viajar, hay lugares que me parecen tan Misiones. Por ejemplo, en Vietnam había lugares que, con la selva, podés decir 'esto puede ser tranquilamente Misiones'. Estamos a 15.000 kilómetros de distancia y es muy similar, con la gente también. Me pasó de ir de turista a un mercado, que es como ir a la placita o cruzarte a Encarnación, la diferencia es que acá son pocos puestitos y allá son cinco mil. Y saqué fotos de esa similitud, y hoy voy a la placita y hago esas fotos y pongo con las de Vietnam, no habrá diferencias, el paisaje también. Uno no tiene nada que envidiar, hay veces que uno necesita irse lejos para darse cuenta que tiene todo tan cerca. En Vietnam hay partes donde hay tierra colorada. Si vas a las ciudades, sí hay contraste.

Hablando de la mirada de tus alumnos en la fotografía, ¿que reflejan en sus fotografías?
Lo que pasa es que son chicos que recién empiezan y no tienen  una mirada, estilo, ni línea marcada. Recién están aprendiendo. Al comienzo cuesta mucho, aprender la herramienta, las primeras clases son muy técnicas, hasta que la aprenden y se largan más a la puesta de uno dentro de la fotografía.

La carrera de fotografía era una necesidad para la provincia.
La carrera de Medios Audiovisuales y Fotografía se pensó en el 95. Pero ya se sabía que el gancho iba a ser medios audiovisuales. De hecho, si uno se pone a pensar ahora, los que hacemos fotografía, mal que me pese (ahora estoy por empezar a hacer una carrera nueva), tenemos que empezar a hacer video. Saber fotografía no alcanza hay que saber video si uno quiere estar en el mercado laboral. Personalmente tengo una resistencia al video, pero la cuestión laboral (y me parece) que el mercado hoy te lo pide, un fotógrafo hoy no puede no saber de video. Tampoco puede no saber usar y aplicar el photosop, mal que me pese. Como vengo de la escuela vieja trato de retocar lo menos posible. Pero hay que saber, porque hay tanta oferta con la tecnología que quedarte en el siglo pasado es una locura. No digo que ahora arranque a hacer videos, no es lo que quiero, pero siento (y más siendo docente en una carrera así), que necesito la parte de video, por lo menos la parte teórica y formal. De ahí a que lo use ya es otro tema. El saber es necesario.  Para mí fue un click, la tecnología ahora va a hacer que la fotografía esté más relacionada con el video. Porque ya las cámaras vienen así y filman mejor de lo que sacan fotos, pero porque todo viene del video, vamos a tener que hacer las dos cosas. Hoy hay una tendencia en los medios, la del fotógrafo que va a hacer la nota, hace el video y de ahí saca la foto. Que de hecho con las cámaras 4k, ahí hay que aprender o aprender, están yendo a que la imagen se parezca lo más posible a la realidad, el HD, el full frame. Pero cada vez que la tecnología está por dar un paso comprometedor se vuelve como a las raíces. Por ejemplo, salió el CD y ahora hay tendencia hacia el vinilo; la mayoría de los fotógrafos estamos volviendo a revelar rollos, volvemos a la esencia.

¿Dejaste el analógico?
Hago poco y nada, tengo mis papeles, mis químicos, ampliadoras, reveladora, rollos, pero la verdad es que tenía mucha resistencia con lo digital. Pero cuando uno se da cuenta que puede hacer lo mismo con una cámara digital y si estudia de papel e impresoras como acabado uno puede llegar a tener el mismo resultado que una foto sacada con cámara analógica.

La fotografía en las redes sociales, ¿existe un límite en qué mostrar y qué no mostrar?
No, y otra vez vuelvo a Neil Postman: “La tecnología algo te da y algo te saca”. Lo importante está en el uso que uno hace de eso. No tengo Facebook, no quiero engancharme con eso, porque parece que voy a perder mucho tiempo. La tecnología hace que la gente se pierda de momentos, están pendientes de la foto en vez de compartir.  El Facebook no tiene límites, los límites los están poniendo los usuarios, porque hay poca reglamentación y a medida que vayan pasando cosas, van a empezar a cambiar. Un ejemplo claro fue “ chicas bondi”, que fue un caso paradigmático del uso de la foto, la chica linda no se quejaba de su imagen, sino las organizaciones sociales, entonces es como que todo está naturalizado, por eso si la gente permite esa invasión en la intimidad y le parece bien, vaya y pase, pero si uno se siente invadido, que haga lo que tiene que hacer, pero legalmente hay como un vacío importante.
Algunas palabras o consejos para los que recién arrancan.
Soy de la teoría que para ser buen fotógrafo tiene que ver y sacar muchas fotos y hacer análisis de esas fotos. Tiene que haber un punto de reflexión del acto fotográfico en sí. Antes, cuando sacabas con rollos, sacabas una, pero antes la pensabas, porque salía una fortuna y además costaba revelar. Ahora la gente saca muchas fotos y tiene 30 fotos iguales como secuencia. El ejercicio es mirar muchas imágenes, teorizar, leer, saber qué es el acto fotográfico, entender acerca de la comunicación y sobre la historia de la fotografía para comprender los procesos y así profundizar la mirada crítica, pero no dejar de sacar fotos. El tema es la segunda instancia, la reflexión. Siempre les digo a mis alumnos: sacar fotos es fácil, porque teniendo una tarjeta de memoria donde te entran 500 fotos, después está el momento de la edición, de 20 fotos habrá una que será buena, entonces hay que tener el ojo crítico, que se entrena mirando fotos de grandes fotógrafos, el ojo para decidir si es esta y no la de al lado, buscar la síntesis de la imagen. Hay que tener en claro que muchas imágenes de lo mismo no quiere decir que eso potencie el trabajo sino en elegir una. Además, saber qué queremos decir al sacar una foto y en ese momento hacer que todos los elementos compongan la imagen. Saber lo que uno quiere en el momento de levantar la cámara y decidir el encuadre. La técnica es importantísima. La herramienta no es un límite, tampoco  tratar de comprar la mejor  cámara, pero sí tratar de que eso que tengo me funcione de la mejor manera posible, como aprehender la herramienta. La cámara no hace al fotógrafo, para nada. Por eso todo tiene que ver con el entrenamiento visual, porque la técnica se va a aprendiendo y acentuando.
Es el entrenamiento visual y la formación, leer, mirar fotos, hoy en día internet ayuda muchísimo.


Fernanda Iturrieta
Nació en Oberá, donde reside parcialmente ya que es docente de la Facultad de Arte y Diseño de la Universidad Nacional de Misiones, en la Carrera de Diseño Gráfico y en la Tecnicatura en Medios Audiovisuales y Fotografía.
Además es docente en la Escuela de Fotografía Creativa Andy Goldstein; donde se formó como Fotógrafo Profesional.
Es Óptica Técnica con especialización en Contactología (UBA). Licenciada en Ciencias Sociales y Humanidades y Licenciada en Educación, Universidad Nacional de Quilmes.
Fue becaria de la Fundación Antorchas donde también obtuvo un subsidio estímulo a la creación artística.
Es Editora Fotográfica de Proyectos Especiales del Diario Clarín.
Participó en numerosas exposiciones individuales y colectivas.
Este año editó su libro de fotos "Tumbas de Misiones", con imágenes analógicas de tumbas tomadas entre 1993 y 1999 en cementerios de Misiones.

Por Natalia Guerrero
nguerrero@elterritorio.com.ar