Inflamado

Viernes 3 de julio de 2015

Las idas y vueltas con la venta de garrafas de gas en Misiones tiene tanto o más complicaciones que el gasoducto del norte que nunca llega. A los problemas del año pasado con el cambio en la aplicación del subsidio, el paro de trabajadores petroleros de la semana pasada, todos con la misma consecuencia de desabastecimiento, se le suma ahora el endurecimiento en los controles para la comercialización de las garrafas. Una de las medidas es la apertura de un registro en las distribuidoras. La diferencia es que con estas medidas lo que se busca, según dicen, es garantizar el acceso de las familias al producto y evitar la acumulación de parte de los especuladores para la posterior reventa.
Los cambios en la operatoria que hasta no hace mucho estaba exento de cualquier tipo de regulación fueron introducidos por la Secretaría de Energía de la Nación mediante la Resolución 383/2015, publicada el miércoles en el Boletín Oficial. La resolución limita la venta de sólo dos garrafas por persona, exige respetar precios máximos e incorpora medidas de seguridad para la gente que transporta las garrafas (algo que no tendría mayores objeciones: mucha gente las lleva en moto y olvida que son explosivas).
Las exigencia de un registro en las distribuidoras despertó ciertas suspicacias y comparaciones con otros países donde la venta está limitada, de parte de los consumidores. Pero como explicó Helard Feltan, coordinador para el NEA del programa Hogar con Garrafas, el objetivo, además de hacer hincapié en la seguridad, es “asegurar el abastecimiento y evitar la especulación con las garrafas” (página 11).


Por Roberto Maack
Jefe de Redacción
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