Casa histórica

Miércoles 22 de abril de 2015

Puede ubicársela en la calle Rademacher. 'Veníamos de Santo Tomé, Corrientes, cuenta Ramón Ayala en tono autobiográfico, y yo era un niño de apenas cuatro años. El mayor de cinco hermanos compuestos por el más pequeño, Julio, a quien llamaban Cambá, Julieta, Osvaldo y Vicente, el violinista. Mi padre nacido en Yapeyú fue cónsul argentino en San Borja, Brasil, dedicándose, luego, a los negocios de panaderías y empresas vinculadas a las proveedurías al por mayor, en Santo Tomé. Al morir mi padre pasamos a vivir en una casa "asombrada" (embrujada) que pertenecía a la familia Grau, en la calle Rademacher en Villa Urquiza, barrio de la ciudad de Posadas. Entre decenas de acontecimientos nocturnos adjudicados a los duendes residentes de la antigua casona de ladrillos exteriores y techumbre de tejas, Pombero, Yasy Yateré, Póra, etcétera, transcurrían nuestros días con imágenes aportadas por vecinos y amigas de mi madre sobre los mensú y los hechos ocurridos en la Bajada Vieja'. En estas escuetas líneas pueden hallarse las coordenadas de la casa histórica a la que debería colocarse en su frente la leyenda 'Acá vivió Ramón Ayala en su infancia, hacia 1941'.
Continúa el relato de Ramón, dando ahora una semblanza de La Bajada Vieja. 'Era ésta una callecita de tierra, la que partiendo del puerto subía hasta el comienzo de lo que sería la ciudad futura, callecita, ya, de renombre malsano. Era esta zona refugio de hombres llegados del interior de Misiones, Corrientes, Resistencia, Paraguay y mujeres de vida ligera que constituían un foco de atracción para el encuentro ocasional de parejas, fundamentalmente para el logro de un "conchabo" hacia el Alto Paraná, en los yerbales recientes, de los explotados hombres de la selva, los mensú. Por allí andaba la famosa Flor de Liz, bella prostituta que le daría nombre a una de las más grandes empresas en la explotación de la yerba mate'.
¿Cuál era aquella casa asombrada, la de Ramón? Bastará consultar viejos registros para ubicarla, y entonces señalarla con una placa. 


Aguará-í