El carrusel infinito

Miércoles 17 de septiembre de 2014

Un telescopio de la Nasa capturó recientemente un evento de extrema rareza: la gravedad de un distante agujero negro (en Pegaso) atrajo la luz de rayos X cercanos, lo que resulta ser, en criollo, `una batalla cósmica entre la luz y la oscuridad´. Una nube de partículas que viajaba casi a la velocidad de la luz cayó hacia él y el resultado (einsteniano) fue una extrema distorsión y el “estiramiento” de la luz. En el mismo contexto un equipo internacional de astrónomos cartografió más de 200 millones de estrellas de la Vía Láctea y creó el mapa más amplio de nuestra galaxia.  Para armarlo los investigadores trabajaron diez años y utilizaron el telescopio Newton de las Islas Canarias. El mapa ofrece ahora una nueva mirada en la estructura de nuestra gigantesca galaxia espiral.
En un comunicado de la Royal Astronomical Society se explica que el mapa muestra la profusión de estrellas en suspensión en la Vía Láctea y brinda información sobre sus estructuras. La Vía Láctea - que en cualquier nochecita de plenilunio se ve como una banda resplandeciente en el cielo -es una gigantesca concentración de estrellas en forma de espiral del que forma parte el sistema solar en el que se encuentra… la Tierra, pero justamente por formar parte de ella sólo podemos ver una parte de esa espiral y desde esa perspectiva resulta difícil reconocer su estructura exacta. Sólo se sabe que tiene un diámetro de unos 100 mil años-luz, y siendo que un año-luz equivale a 10 billones de kilómetros, resulta claro entender los versos del poeta: “… Sobre un lento carrusel silencioso y rutinario giran los soles, las lunas, y los opacos mundos lejanos, y quién sabe desde cuándo en esa simulada quietud se desgrana cada tanto una llovizna de estrellas como lágrimas de espanto. El enigma de la Noche rehúye del sueño humano y con cierto desgano milenario al hombre lo distrae apenas un alba que se oculta en el ocaso. Con la sortija en la mano, en la ronda viaja el Tiempo, indolente, solitario…”

Aguará-í