Baleó a su expareja, asesinó a la prima y se suicidó dentro de un baño

Viernes 18 de octubre de 2013

Descontrolado, un hombre irrumpió en el local comercial donde trabajaba su expareja; le disparó y mató de un balazo en el pecho -según la información oficial- a una prima de la mujer que intentó defenderla. Después, se suicidó con un disparo en la boca.
El sangriento ataque ocurrió ayer, pasadas las 10, en la oficina de venta de pasajes y merchandising de Crucero del Norte, en la esquina de Colón y Catamarca.
El sitio terminó siendo escenario del capítulo final de una larga historia de violencia de género, que culminó en un baño de sangre y muerte.

Todo ocurrió en cuestión de segundos, según contaron testigos que pasaban en ese momento por la vereda del lugar; e incluso, los mismos policías que acudieron tras ser alertados de un supuesto asalto, pero se toparon con una realidad totalmente distinta.
Sin dejar espacio a la duda y decidido a todo, Juan Ramón Benítez (31) ingresó a la oficina y exigió hablar con Yamila Marczewski (27), su exesposa, con quien tuvo dos hijos, y a quienes no se podía acercar tras una conflictiva separación, marcada por la violencia.
Según se pudo establecer, Marczewski era encargada de limpieza del local y en ese momento estaba en otro sector del amplio comercio cumpliendo con sus tareas, por lo que conociendo los antecedentes del hombre, su prima, Romina Szidloski (25), reaccionó e intentó disuadirlo para evitar que Benítez la encuentre y se produzca un lamentable desenlace.
Pero la intención de defenderla le costó la vida a ella, puesto que Benítez le apuntó al corazón y gatilló sin titubear. El balazo fue certero y le produjo la muerte instantánea.
El cuerpo quedó tendido entre los escritorios, sobre un charco de sangre.
Seguidamente, Benítez caminó con una pistola calibre 22 en mano hasta hallar a su exmujer, que se quedó paralizada ante su presencia. El sujeto, sin mediar palabras, le disparó dos veces directamente a la cara.
Instantes después se encerró en el baño y se disparó en la boca, terminando con su vida.

Corridas y gritos
La oficina donde ocurrió el ataque se habilitó hace un par de meses para la venta de pasajes y cobro de cuotas societarias del club que tiene la empresa de transporte.
Romina Szidloski estaba de encargada de ventas y su prima, de la labores de limpieza.
Varias patrullas policiales llegaron hasta el lugar alertados de un supuesto asalto a mano armada.
Se originó de inmediato un fuerte operativo buscando a los delincuentes, pero a los pocos minutos fue desactivado al conocerse los primeros detalles del hecho, aclarando que se trataba de un ataque a tiros pero que nada tuvo que ver con un robo.
Yamila Marczewski, en tanto, fue asistida por agentes de la Policía, incluso uno de ellos la tomó en brazos y corrió a la calle antes que la primera ambulancia de la Red de Traslados arribe al lugar.
La mujer fue baleada en la cabeza a la altura del ojo izquierdo, lo que le provocó la pérdida de masa encefálica.
Anoche su estado era desesperante pese a los denodados esfuerzos de los profesionales del Hospital  Madariaga.
Uno de los empleados del local, testigo directo del hecho, Gastón M., logró salvarse tirándose al piso primero, y luego corriendo hacia la calle para gritar por ayuda a los transeúntes que, tras escuchar los disparos, también corrieron a buscar protección a los comercios cercanos.
En referencia a los testigos, todos fueron identificadas y trasladados a sede judicial para relatar lo que vieron y oyeron.
A medida que esto transcurría, la conmoción y dolor no cesaba en el lugar del crimen, ya que los primeros conocidos y familiares de las dos empleadas comenzaron a llegar y a perder la calma ante el aberrante panorama.
En el lugar estuvo el jefe de la Unidad Regional I, Juan Carlos Tainski, quien coordinó el trabajo de los uniformados y pocos pocos minutos después, arribó el Juez de Instrucción Dos, Cesar Yaya, quien guió todas las actuaciones judiciales.

Relación violenta
El trágico episodio conmovió a toda la comunidad, sorprendida a medida que se conocían los detalles de la conflictiva relación que unía a Yamila con Benítez, chofer de colectivo, que, según fuentes sólidas, estaba obsesionado con ella y no quería aceptar que lo dejara por haberse convertido en un sujeto violento, que la perseguía de manera constante protagonizando incidentes de celos y reproches, que no tardaban en convertirse en golpes.
Tras las primeras señales de que el hecho se encuadraba en un caso de violencia de género, trascendió que la pareja se había separado por segunda vez hace alrededor de seis meses, y sobre Benítez pesaba una orden judicial de exclusión del hogar y la prohibición de acercarse al domicilio donde Yamila criaba a sus hijos.
La mujer, madre de dos chicos, lo habría denunciado en varias oportunidades por las constantes agresiones físicas y verbales que recibía; según consta en los expedientes y para sus allegados, era “una relación muy enfermiza, casi obsesiva” que tenía el sujeto con la joven.
Los familiares más cercanos llegaron ayer desde Leandro. N. Alem. Prefirieron no brindar declaraciones, pero confirmaron la relación violenta y enferma a la que Benítez sometía a Yamila.
El Subsecretario de Seguridad del Ministerio de Gobierno, Julio Lenzken, también estuvo presente en la escena del crimen y ratificó que el matrimonio “había tenido denuncias de violencia familiar, realizadas por la esposa contra el exmarido, pero regresaron a vivir juntos hasta que volvió a quebrarse el vínculo”.
“Hubieron medidas judiciales dispuestas en base a una serie de amenazas que la mujer denunció, o sea que la Justicia tomó intervención pero aún con la exclusión ordenada, sucedió esto” indicó.
Por orden del juez Yaya, los cuerpos de Romina Szidloski y Juan Benítez fueron trasladados a la morgue para su autopsia.
Peritos de la Policía Científica, incautaron una pistola Bersa, varios proyectiles, vainas servidas y tres teléfonos celulares, de acuerdo a la información policial, correspondientes a de las personas involucradas.
La Comisaría Primera sustancia el sumario.


Cada 35 horas se suman víctimas
• Más extremas: De acuerdo a la asociación civil Casa del Encuentro, el Femicidio es una de las formas más extremas de violencia hacia las mujeres, es el asesinato cometido por un hombre hacia una mujer a quien considera de su propiedad.
El concepto Femicidio fue desarrollado por la escritora estadounidense Carol Orlock en 1974 y utilizado públicamente en 1976 por la defensora de los derechos femeninos Diana Russell, ante el Tribunal Internacional de Los Crímenes contra las Mujeres, en Bruselas.
Para el observatorio de femicidios “Adriana Marisel Zambrano”, dirigido por Casa del Encuentro, cada 35 horas una mujer fue asesinada por la violencia sexista en nuestro país en los últimos 5 años
Según el relevamiento, se cometieron 1236 femicidios en cinco años. En sólo dos años 703 hijos e hijas fueron víctimas colaterales, de ellos 460 son menores de edad.
En la Argentina, en el 78 por ciento de los asesinatos cometidos por violencia sexista son cometidos por los hombres contra las mujeres.

• Menos de 48 horas: Un hombre de 58 años mató el martes por la mañana a su esposa a balazos y luego se suicidó en una vivienda de la localidad bonaerense de San Nicolás. Todo comenzó cuando el hombre, identificado como Victorio Ascona, llamó a su hija y le comunicó que había tomado una decisión respecto del momento de depresión que atravesaba. Ante esa situación, la hija llamó al número de emergencias 911 y efectivos de la comisaría Tercera de San Nicolás arribaron a la vivienda, donde encontraron muertos a Ascona y su mujer, llamada Elena Oroño (44). Los peritos determinaron que el hombre efectuó dos disparos en el abdomen de su mujer, quien murió casi en el acto como consecuencia de las lesiones sufridas. Luego, el agresor se disparó con el revólver calibre 38 en el estómago y en el pecho.