Pequeñas comunidades que buscan una vida más sostenible

Domingo 1 de junio de 2014
Si fuese necesario buscar una palabra que sintetice el objetivo de los proyectos ecológicos en Misiones esa sería permacultura. 
La permacultura es un conjunto de prácticas o un sistema sostenible que integra armónicamente la vivienda y el paisaje, ahorrando materiales y produciendo menos desechos, a la vez que se conservan los recursos naturales. El Hormiguero, Ixlandia y El Naranjo son tres ejemplos de que es posible pensar en una vida vinculada a este concepto.

El Hormiguero
El Territorio llegó a un espacio sustentable con décadas de existencia en la provincia. Rodeado por la naturaleza, El Hormiguero es un paraíso natural donde las diversas actividades ecológicas invitan a cuidar el entorno.
Hace 20 años Mariana Mampaey, oriunda de Santa Fe y profesional de la medicina, llegó a Ruiz de Montoya, donde vive con su hijo Santiago en una bella casona construida totalmente de barro y madera.
En la chacra llaman la atención los búfalos, pero también tienen huertas y gallinas y fabrican medicina natural. Durante todo el año se realizan talleres y cursos sobre biodinámica, que es la esencia del proyecto.
La agricultura biodinámica se diferencia de otros tipos de agricultura ecológica en el uso de preparados vegetales y minerales como aditivos de compost y aerosoles para terreno, así como el uso de un calendario de siembra basado en el movimiento de los astros. Como en otras formas de agricultura ecológica, se evita el uso de fertilizantes artificiales y pesticidas y herbicidas tóxicos.
"No se pone veneno a nada. Fabricamos nuestros abonos con  hojas, tierra y desechos de animales", explicó el encargado del lugar.
Por otro lado, con el conocimiento de las comunidades indígenas de la zona, cultivan plantas medicinales y producen medicina alternativa.
Dentro del predio se levantan cuatro cabañas donde alojan a las personas que participan de los cursos. Actualmente, en una de ellas habita Francisca, una pasante de medicina que llegó desde Alemania para conocer las prácticas culturales en armonía con el medio ambiente.

El Naranjo
Uno de los proyectos ecológicos más incipientes en Misiones se llama El Naranjo, ubicado en Campo Ramón, a pocos metros de Mama Roja.
El espacio comenzó a gestarse desde la inquietud de Matías Mann, un joven oriundo de Buenos Aires que llegó como pasante hace tres años a Mama Roja para aprender sobre bioconstrucción, agricultura y sustentabilidad. “Fue mi primera vez en Misiones. Estuve esos dos meses y me enamoré de la tierra y del proyecto de Mama Roja. Fue como muy transformador. Ahí dije 'es posible'”, contó Matías a El Territorio.
Luego de esa experiencia, Matías siguió viajando y desde Canadá tomó la gran decisión de comprar una chacra en Campo Ramón, donde vive actualmente. “Mas allá de lo que yo quiera, es estar alerta y consciente de lo que la tierra quiere para este lugar. Está abierto. Es un espacio  para sostener familias y casas, donde las personas puedan encontrar el lugar para desarrollar sus habilidades, reconectarnos con la construcción natural y con lo sagrado de la naturaleza".
A esta nueva etapa Matías la denomina un aprendizaje de la vida con responsabilidad, un aprendizaje sobre "cómo hacernos responsables de nuestro alimento, vivienda, medicinas, ropa, energías, y de las relaciones entre nosotros los seres vivos".
Y reflexionó: “Si queremos acercarnos a la sustentabilidad, lo primero es disminuir el consumo, principalmente el energético; que las necesidades básicas estén cubiertas como comunidad".
El Naranjo está en las fases iniciales de construcción de viviendas, establecimiento de huerta, instalación de sistema de agua y desarrollo de diseño sustentable. Mientras tanto, Matías vive en carpa: “Sé que es un delirio para muchos. Hay que tener ganas de aventura y ser muy amante de la naturaleza". 
Con el anhelo de crear una comunidad, Matías aclaró que El Naranjo invita y recibe a gente interesada en participar y ayudar de manera colectiva.
Todas las habilidades son necesarias: construcción, agricultura, arte, sanación, mediación, meditación y yoga, arte ceremonial, música y danza. Para contactos, se puede visitar la página en el Facebook: Proyecto Cocreativo El Naranjo.

Comunidad Ixlandia
La Comunidad Ixlandia se ubica entre el pueblo de El Soberbio y los Saltos del Moconá. Las tierras son parte del colchón amortiguador de la Reserva Natural de Biosfera Yaboty (253.000 hectáreas de selva paranaense). El grupo, compuesto en su mayoría por jóvenes de otras partes del país, convive en un lugar silvestre, monte adentro y a ocho kilómetros del camino asfaltado, en un entorno colmado de biodiversidad.
“Nuestra acción comunitaria se basa en principios que protegen y resguardan el medio ambiente. Caminamos hacia el intersustento, como práctica ecológica y social, al cultivar alimentos, construir nuestras viviendas y herramientas”, explican en la página web www.ixlandia.com.ar.
La visión del proyecto es de carácter pedagógico, haciendo de esta ecoaldea un centro de permacultura abierto a la investigación, desarrollo y enseñanza y aportando a la educación medioambiental.
Allí se realizan visitas y pasantías en las áreas de agricultura orgánica, bioconstrucción, tecnologías apropiadas, energías renovables y alimentación y medicina alternativa.
“En la ecoaldea nos enfocamos en proveer nuestras necesidades básicas y en no contribuir con prácticas a gran escala que perjudican a la Tierra”.
En realidad, Ixlandia nació en 2011, cuando se les cedió un espacio en una casaquinta en Villa Ballester, al Noroeste del Gran Buenos Aires. En ese terreno desarrollaron una huerta orgánica, una cervecería artesanal y un taller abierto de oficios varios. Con esos primeros saberes, el grupo llegó en busca de una tierra en Misiones para crear una vida sustentable y en comunidad.
Para comunicarse con Ixlandia hay que escribir al correo comunidadislandia@gmail.com, o visitar la página del Facebook Comunidad Ixlandia.