El poder invisible

Domingo 23 de noviembre de 2014

¿Quién manda en su casa? ¿Quién decide lo que se hace y lo que no? ¿Quién tiene el poder para que los demás hagan lo que él o ella quiere? Pasa en las familias, en el estado y en el mundo entero. Muchas veces –la mayoría, me atrevo a decir– el poder no es del que parece que lo tiene.
Cherchez la femme dicen los franceses desde la época de Napoleón cuando no se explicaban la conducta de algún hombre. Es que los hombres buscamos en las mujeres el poder oculto desde que Adán le echó la culpa a Eva cuando Dios le reprochó haber comido el fruto del árbol prohibido. Hoy es un poco fuerte decir que la culpa es de una mujer, pero ni los franceses de hace dos siglos ni los de ahora lo dicen en sentido de culpa sino de causa oculta.
Los diplomáticos dicen son los ingleses cuando los sorprende un cambio de actitud de un gobierno o de un país hacia la Argentina. La muletilla ya se ha acuñado hasta para explicar porqué llega el café frío al despacho del canciller. Echarle la culpa a los ingleses o a los norteamericanos –o a los chinos o los rusos– fue siempre un recurso fácil para los que no quieren buscar las verdaderas causas de un problema que tendrían que resolver ellos. Es teoría del complot en estado puro.

Hace poco la presidenta de la Nación recurrió a una de estas frases que echan la culpa a un poder invisible, inmenso, depravado y hasta asesino. Si me pasa algo miren al norte, dijo, y se zambulló de cabeza en la teoría del complot. Un caso imposible porque al sur de la Argentina ya no queda nada y si miramos al norte está exactamente todo.
Pero no es la frase efectista de la presidenta la que me preocupa esta vuelta sino la del Ministro Jefe de Gabinete de hace un par de semanas. En una de sus cotidianas ruedas de prensa, Jorge Capitanich dio una clase sobre el poder invisible y lo contrapuso al poder político, que es el que se consigue con los votos y ejerce el gobierno. El invisible, en cambio, es el poder de las corporaciones, de las empresas, del dinero… y gobierna desde las sombras presionando al poder político.
Es de cabal importancia entender la teoría del poder invisible para entender la política, porque es lo que desvela a los que gobiernan la Argentina en estos días. El poder político es efímero, dura lo que dura un mandato o dos… o tres como mucho en esta época de la historia. El poder invisible es el poder fáctico, el real, el que dura toda una vida y muchas más porque se hereda sin prejuicios y amparados por todo el derecho del mundo. El sistema republicano separó el poder fáctico del poder político para que los gobernantes no se conviertan en emperadores, reyes o duques. A veces lo consigue.
La teoría del poder invisible no tiene nada de complot. Es absolutamente real. Ese poder existe y es de verdad. Y vamos por todo significa exactamente eso: los que lo dicen no quieren solo el poder político por unos años para después volver a casa como un ciudadano común. Lo que buscan es el poder real, el de la banca, la energía, el transporte, el juego, los servicios públicos, los medios de comunicación... Quieren ser los que imponen políticas a los gobiernos, los que ponen y sacan ministros. Eso es el poder de verdad y no les sirve de nada el poder político de hoy si no lo aprovechan para entrar en el club de los que tienen el poder de verdad.
Ahí, en la consecución del poder invisible, está la clave de casi todo lo que ocurre en la política argentina de hoy y lo que va a ocurrir en lo que queda del mandato del actual gobierno. Si usted no es kirchnerista va a pensar que es una barbaridad, que cómo se atreven y mil cosas más, siempre en contra. Si usted es kirchnerista le va a parecer el único modo de hacer la revolución: quienes ostentan el poder político tienen todo el derecho y hasta el deber de ir por todo para consolidar la revolución nacional y popular. Y si lo mira con ojos equilibrados –de esos que entienden que la realidad nunca es blanca ni negra– va a ver que solo se trata de trasladar los billetes del bolsillo de uno al bolsillo de otro.

Por Gonzalo Peltzer
Director El Territorio