Se encadena en Prefectura y denuncia persecución laboral

Lunes 23 de diciembre de 2013
José Luis Cabañas. | Suboficial de la Prefectura Naval Argentina encadenado. | Foto: Gentileza Marcelo Rodríguez
José Luis Cabañas cumple servicio en la Prefectura Naval desde hace 20 años. Ayer decidió encadenarse en las rejas del edificio que la fuerza tiene en Posadas para denunciar “persecución laboral y psicológica”. Según sostiene este ayudante de segunda de la fuerza, sus problemas comenzaron luego de octubre de 2012,  cuando se convirtió en el vocero de la primera protesta salarial de la entidad desde la vuelta a la democracia. Apenas conocida la medida de fuerza, la Prefectura inició un sumario y pasó a Cabañas a condición de disponibilidad.
“Estoy encadenado en las rejas del edificio debido a que me siento perseguido laboralmente y psicológicamente por la Prefectura local y por los altos jefes”, afirmó quien en los últimos 14 meses fue trasladado de Buenos Aires a Misiones y ahora desde aquí a Santa Cruz. “Fui el vocero de la protesta del 2 de octubre del año pasado y todo lo que me hacen es por represalia”, sentencia. Para el suboficial “el problema no son los pases, porque este sería el sexto en mi carrera”. Por ello, Cabañas reclama por lo que estos pases implican en la realidad de su familia.

Las implicancias
Cabañas, de 38 años, está casado. Su esposa, tres años menor, cumple tareas en el Servicio Penitenciario Federal. Ambos, hace poco más de un año, tomaron la decisión de iniciar un tratamiento de fertilización asistida para poder tener un hijo. “Es la única manera”, explica el suboficial. Para él, los pases que la fuerza le dispuso en los últimos 14 meses son un impedimento para concretar una familia. “Me quitan la dicha de ser padre”, sostiene.
“Ahora me dieron el pase a Santa Cruz. Pero el problema no es el pase en sí. El año pasado, cuando fui el vocero de la protesta estaba prestando servicio en la Comisaría 32° de Buenos Aires. Con mi señora estamos haciendo un tratamiento para poder ser padres. Lo habíamos iniciado en una clínica de Palermo. En ese momento la obra social no nos cubría nada y juntamos la plata y llegamos a pagar el 40 por ciento del valor total. En el momento que íbamos a comenzar con el proceso la Prefectura me manda a Misiones”, cuenta el efectivo.
“El pase nos mató porque nos obligaba a separarnos y a dejar todo lo que yo tenía allá. Con mucho esfuerzo conseguimos también el traslado de ella para acá. Nos asentamos como para vivir, y ahora a menos de un año me mandan a Santa Cruz”, explica.
En medio de las mudanzas, idas y vueltas, el proceso médico que ayudaría a Cabañas y a su esposa a ser padres seguía su camino. “Ahora las obras sociales, por decisión del Gobierno, cubren los tratamientos de fertilización asistida. Por eso había conseguido todo para retomar el tratamiento con mi señora. Tenemos la autorización de la obra social de Prefectura hecha. Teníamos fecha para en los primeros días de marzo concretar la internación de mi señora y arrancar el tratamiento y de nuevo me llega un pase”, sostiene indignado.
“En un año me mandan de una punta del país a la otra. Por segunda vez me postergan el derecho de ser padre. Este tipo de tratamientos tiene edades límites. Y es la segunda vez que me lo hacen en menos de un año”, afirma.

Otras denuncias
Pero Cabañas denuncia que se siente perseguido por varios hechos que se dieron en sus actividades. "Hace dos meses tenía que viajar a Buenos Aires a presentarme en un juzgado por un problema particular. El juzgado me mandó por fax la citación, hablé con mi jefe y me autorizó a viajar. Firmé los seis días de licencia. Cuando salgo del edificio me llama mi jefe y me dice que a Buenos Aires no puedo viajar porque en cuanto pongo un pie allá me dan la baja y a él lo echan. Me quitaron el derecho, como ciudadano, de transitar. Me quedé callado en ese entonces”, explica. Y sostiene, “me hostigan constantemente, ahora me están dejando sin la dicha de ser padre”.
Cabañas está decidido a mantener su protesta hasta tanto resuelvan su situación laboral, teniendo en cuenta la realidad de su entorno. Asegura tener una conducta “intachable en la fuerza”. Según indicó el sumario que le iniciaron ayer pasado el mediodía, y con el que lo pasaron a disponibilidad, es el primer contratiempo dentro de la entidad. “Ahora tengo medio pie afuera”, asegura.