Romper el frente

Domingo 7 de febrero de 2016
Foto: Dibujo: Latree '16
Un grupo de diputados kirchneristas decidió esta semana patear el tablero. En una medida que beneficia a Cambiemos, en total quince legisladores resolvieron dejar el Frente para la Victoria (FpV) y armar uno nuevo y sumar al peronismo disidente. Como se indicó, esta movida por un lado representa un quiebre dentro del FpV y a su vez beneficia al gobierno. Porque el kirchnerismo de esta manera perdería la condición de primera minoría en manos del interbloque oficialista del gobierno de Mauricio Macri. El FpV, había surgido como una alianza electoral en 2003 para sostener la candidatura presidencial de Néstor Kirchner. Desde entonces fue acumulando poder y ganando espacios en diferentes ámbitos, como sucedió con la Cámara de Senadores y Diputados. Entre los primeros que se revelaron al FpV, llama la atención que estuviera encabezado por Diego Bossio, quien fuera director Ejecutivo de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) durante el gobierno de la presidenta Cristina Fernández. Quien había demostrado ser un soldado fiel hasta ahora, encabezó el levantamiento. Claramente desde el núcleo duro del kirchnerismo hubo reacción y calificaron de una grave traición a quien se le había confiado manejar la poderosa caja, como la de Anses. Bossio fue tercero en la lista de diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires en la boleta de Daniel Scioli. Al parecer, el kirchnerismo no tuvo buenas fortunas en las designaciones en esa área, porque en forma previa otro ex titular de la dependencia, Sergio Massa, también rompió con el Frente para la Victoria y se puso en la vereda de enfrente como un duro opositor; hasta competirle la presidencia al candidato del oficialismo, Daniel Scioli. Quizás pensando en la necesidad de un rearmado político para una similar contienda electoral, Bossio junto a otros legisladores impulsó la creación de un espacio propio dentro de la Cámara Baja. Bautizaron como bloque “Justicialista”, acercándose a los peronistas disidentes. Al parecer, pretenden diferenciarse de aquellos kirchneristas que están dispuestos a entablar una oposición frontal al gobierno de Macri. El ahora bloque Justicialista, se mostraría más proclive a colaborar en esta primera etapa del gobierno de Mauricio Macri. Pero en el fondo, también comienza a disputarse –como representó la lucha histórica en el peronismo- sobre quién será el verdadero líder de la oposición. Hay varios candidatos, incluida Cristina quien por ahora sigue todos los acontecimientos desde El Calafate. Se estima que la sangría podría continuar, siempre y cuando demuestre poder porque es lo que persigue siempre el peronismo. Con la salida de los representantes que decidieron abandonar el FpV para conformar el bloque Justicialista, la bancada kirchnerista pasó de 95 a contar con 80 legisladores, contra los 88 bancas que responden a Cambiemos, a la que habría que sumarle sus aliados del GEN. Si a este número del oficialismo se le agregan los 35 diputados del massismo, los 18 que se despegaron del kirchnerismo, los bloques provinciales, como el de Santiago del Estero, y los peronistas unidos en el Compromiso Parlamentario por la Argentina, el quórum ya no dependería del kirchnerismo. De esta manera, contaría con los votos necesarios no solo para iniciar la sesión, sino también aprobar sus proyectos de ley y avalar los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) dictados por Macri desde que asumió el pasado 10 de diciembre. En caso de que el Frente para la Victoria quisiera evitar la validez de los siempre cuestionados DNU, requeriría que ambas cámaras lo rechacen. En tanto, Cambiemos solo necesita el aval del Senado o sólo de Diputados y, al parecer, en este ámbito no tendría ahora mayores inconvenientes. Está claro además que algunos legisladores, con líneas bajadas de parte de algunos gobernadores, están pensando antes que pelearse en reclamar auxilio al Poder Ejecutivo para lograr fondos frescos, para sobrellevar todos los cambios de estrategias que trae este nuevo gobierno. Así la oposición necesitará recurrir al gobierno nacional y a su vez, el macrismo tendrá que apelar al voto de los legisladores, para avanzar con leyes necesarias para cumplir con sus metas económicas, incluida una de las negociaciones financieras más importantes del gobierno, como las que libra con los fondos buitre. De hecho, hay un ofrecimiento puntual de 6.500 millones de dólares que la Argentina estaría dispuesto a pagar para resolver un conflicto que arrastra desde 2010 y que tiene bloqueado el acceso de Argentina a los grandes mercados financieros. Representa un gran cambio, si se tiene en cuenta que durante años desde el gobierno de los Kirchner, se resistían a un acuerdo al considerar abusivas las condiciones impuestas por los fondos buitre. Claramente el monto ofrecido ahora es muy superior al dinero invertido por los fondos buitre, aunque significativamente menor, al 25 por ciento menos, de los 9 mil millones de dólares que Argentina tendría que pagar si sigue adelante el proceso judicial que está en manos del juez de Nueva York Thomas Griesa. Por ahora, el gobierno de Macri acordó con los italianos, pero le queda lidiar con los acreedores menos flexibles. De avanzar en un acuerdo, necesitará el aval del Congreso.

Guiño al Senado
En similar sintonía, el gobierno en un guiño a los senadores y para poner en funcionamiento el Congreso, resolvió convocar a sesiones extraordinarias para el próximo jueves 25 con el propósito de adelantar el proceso de aprobación de los dos candidatos a jueces de la Corte Suprema, Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz, propuestos por el Poder Ejecutivo. Al parecer habría un preacuerdo con los senadores, luego de que Macri retrocediera en su postura -considerado un grave error político-, de haber intentado nombrar a estos funcionarios por decreto y que generara tantas críticas. Ahora se supone que los senadores acompañarán con sus votos la designación de estos jueces, como se espera similar postura por parte de los tres representantes misioneros en la Cámara Alta.

La posición de los gobernadores
Como se indicó, la ruptura del bloque de diputados del FpV -a su vez- tuvo participación directa y activa de varios gobernadores, como el caso de Juan Manuel Urtubey (Salta), Domingo Peppo (Chaco), Sergio Casas (La Rioja), Rosana Bertone (Tierra del Fuego), Carlos Verna (La Pampa), sumado a las provincias administradas por Cambiemos. A su vez, esta separación de legisladores del FpV hizo que los citados gobernantes fueran clasificados como los rupturistas, el en otro extremo se ubicó la gobernadora de Santa Cruz, Alicia Kirchner y en el medio, los considerados moderados como el caso del gobernador misionero Hugo Passalacqua, quien junto a sus pares de otras cinco provincias plantearon que preferían mantener por un tiempo más la unidad del bloque.

Segunda reunión de gabinete
A propósito del gobernador misionero, esta semana desarrolló su segunda reunión de gabinete. El primer encuentro junto a su gabinete ampliado, había concretado cuatro días después de asumir funciones. En esa ocasión, el encuentro se había concretado en la Sala de Situación de Casa de Gobierno, donde junto al vicegobernador recibió a los ministros de las carteras provinciales, como lo volvió hacer esta vez, en la residencia oficial el pasado martes. El mandatario provincial se mostró muy conforme con esta modalidad. Consideró que no representa únicamente una ocasión para bajar líneas de acción, sino fundamentalmente un espacio de trabajo. El mandatario en el primer encuentro había instado a los ministros y demás funcionarios a trabajar en equipo y a estar más cerca de la gente, como una premisa de su gestión. En este segundo cónclave ambas cuestiones fueron rescatadas como positivas, por un lado el trabajo al lado de los ciudadanos y la conformación de equipos bilaterales o multilaterales por parte de los ministros para responder en forma conjunta a las demandas de la comunidad. Dejó además en claro la importancia de coordinar acciones y tener una agenda de trabajo con el gobierno nacional. Al evaluar oportuno y positivo, adelantó su decisión de continuar concretando en forma periódica similares encuentros de gabinete.

Consejos para el Concejo
Donde también se concretó una reunión más reducida esta semana fue en el Concejo Deliberante de Posadas, por parte de las nuevas autoridades y con el fin de intentar ir disminuyendo el exceso de personal, muchos de ellos contratados o becados que dependían de los recursos del Deliberativo local. Los 1.200 empleados detectados tras una auditoría, muchos de los cuales sin cumplir funciones específicas, ponían en riesgo la economía del Concejo Deliberante. Claramente el presupuesto no daría abasto, según reconoció a este medio el titular del cuerpo, Alejandro Velázquez, tras compararse además el mínimo personal con las que cumplen similares funciones muchos concejos deliberantes de la provincia. En cuanto al ámbito deliberativo que funciona en la Capital de la provincia, indican que la acumulación de tantos dependientes del legislativo local, es parte de la herencia dejada por la ex presidenta del cuerpo, Magdalena “Maggie” Solari Quintana. Pero también otros titulares del Deliberativo, fueron haciendo su aporte ingresando a sus partidarios e hicieron que se acumulara tanta cantidad de personal. En esta gestión, el titular del Deliberativo, esta semana no renovó 200 contratos y dejó sin efecto 250 becas. Adelantó que la idea es bajar de 1.200 a unos 900 contratados, muchos de ellos seguirán vinculados porque están protegidos por la estabilidad al ser agente de planta de la administración pública. Esto significa que más allá de las buenas intenciones, aun quedará un enorme peso tanta cantidad de empleados sobre los recursos del Concejo Deliberante, que en definitiva es dinero aportado por cada contribuyente. Por lo tanto, como consejo al Concejo, bueno sería que los próximos presidentes eviten seguir incorporando o contratando empleados. No sólo no hay espacio y capacidad física para albergar a tanta gente, sino -como se indicó- no hay presupuesto que alcance ni sociedad que lo soporte.

Alta tensión
Al finalizar la semana, se conoció la nueva tarifa eléctrica para Misiones. Si bien los montos son menores a los registrados en Buenos Aires -cuyos usuarios fueron subsidiados históricamente por las provincias-, no deja de ser preocupante para todos los sectores las cifras a ser aplicadas desde este mes, que ronda en 80 por ciento para la categoría residencial.
El impacto es en especial para los asalariados que ven cómo sus ingresos se van licuando a raíz de los incrementos de varios servicios. Por lo tanto, el primer golpe de bolsillo es para estos usuarios y comerciantes, quienes ya analizan trasladar esos costos a los productos que venden. De ser así, esto generará una cadena de nuevas subas de precios y, como se indicó impactará en el bolsillo de todos.