Bullying en videojuego, un llamado de atención

Jueves 6 de junio de 2013
Exceso. | Jimmy (der) responde con violencia al acoso para “ganar respeto”.
“Si en aquel tiempo causó polémica, ahora con lo del bullying no creo que le vaya bien”. El comentario en una publicación de internet sobre el posible lanzamiento de la segunda parte del videojuego Bully, que aborda la temática del acoso escolar y sigue jugándose, pese a que el contexto es diferente, es un indicio.
Páginas con reseñas y enlaces para descargas proliferan en la red y popularizan el juego, que también está en Misiones.
Si bien el protagonista de la historia no se dedica desde el comienzo a abusar, sino que más bien responde a las agresiones, en el transcurso de la trama la violencia aparece como fundamento central, con trompadas, patadas y armas improvisadas, con el objetivo de “ganarse el respeto”.
Desde la Red Previo, que trabaja en la prevención de la violencia, señalaron que es fundamental monitorear este tipo de contenidos, ya que puede profundizar situaciones de conflicto.
“Permanentemente estamos trabajando, porque es un problema que cada año suma nuevos ingredientes. Hay que estar atentos a los mensajes que se mandan desde los medios y los videojuegos. También las redes sociales, porque así como sirven para comunicar cosas buenas, puede también utilizarse para generar violencia”, indicó María Inés Rebollo, directora de la Escuela de Comercio Nº 6 y titular de Previo.
El Territorio consultó a adolescentes sobre Bully y algunos reconocieron jugarlo, aunque otros se manifestaron en contra. “Antes jugaba, está muy copado porque podía ir por toda la ciudad, boludear por ahí. Ahora mi hermanito de 8 años lo juega”, contó Sebastián.
En cambio, Santiago, quien concurre a 2º año de un colegio céntrico, señaló: “Me parece un juego muy discriminatorio, lastiman a las personas. Tengo amigos que lo juegan, por muchos motivos”.
También Tamara, del Mariano Moreno, indicó que con sus amigos no lo utilizan “porque es muy agresivo. En la escuela no tenemos problemas de peleas o hacer sentir mal al otro. El año pasado habíamos armado con los profesores una obra de teatro representando el tema del bullying, para concientizar”.
Días atrás, este diario publicó la conmovedora historia de una adolescente que confesó haber pensado en el suicidio por este problema.
En Bully  (intimidación), Jimmy, un chico de 15 años que ya ha sido expulsado siete veces, debe defenderse de los matones, aunque también puede golpear a otros y enamorar a varias chicas para ganarse respeto. Los estereotipos (nerds, gordos, deportistas, negros) están claramente marcados.
Consultada sobre la respuesta que dan los adolescentes ante la agresión, Rebollo indicó que “algunos se juntan con otros que también son víctimas para devolver el ataque”, aunque recomendó que la situación se comente con los docentes o con los familiares.
“Instamos a los chicos a que hablen, aunque algunos por timidez no se animan. Lo importante es que el tema no se tapa, se lo reconoce y ya no se lo naturaliza”, resaltó.
Para la detección del bullying, la titular de la Red Previo explicó que a preceptores y profesores se les pide atención sobre alumnos que no salen a los recreos, se quedan aislados o no tienen compañeros de banco.
De todos modos, al tratarse de un problema “que muchas veces no empieza en la escuela”, señaló que se se conversa con los padres, quienes deben estar alertas al desempeño escolar, que es uno de los principales indicios.