Daños intangibles

Lunes 30 de noviembre de 2015
A quién roban cuando roban una escuela? ¿A quién dañan cuando destrozan las aulas, queman documentación de la dirección, se llevan las computadores de la sala de informática o ensucian y rompen los libros de la biblioteca?
En la mayoría de las escuelas misioneras, cada uno de los elementos que se usan día a día en las clases fueron conseguidos con muchísimo esfuerzo. Son el resultado de gestiones reiteradas o de la acción autogestionada de docentes y padres de la comunidad escolar: los elementos de Educación Física que el maestro o profesor compró con lo que logró reunir mediante una rifa, la decoración que un grupo de padres preparó con sus propios recursos y aportando tiempo y esfuerzo y que después regaló a la escuela, donaciones de organizaciones gubernamentales o privadas. El patrimonio de las escuelas no le pertenece a la directora o grupo de docentes sino a los alumnos y su ausencia los perjudica a ellos.
Por eso, cuando roban en una escuela el daño no es únicamente económico, sino que se cobra una inmensa cuota de desánimo justamente en los grupos humanos que más compromiso ponen en juego con la comunidad. A eso se refiere la docente Graciela Benítez, vicedirectora de la Escuela 808 del barrio Prosol II cuando asegura en medio de la frustración: “Perdimos toda la vida escolar”. La institución fue atacada en las primeras horas de ayer (Página 22). Los desconocidos prendieron fuego a la dirección y la destrucción fue total. Mientras el año escolar termina, en la 808 hay que empezar todo de cero.

Por María Marta Fierro
Prosecretaria de Redacción
mfierro@elterritorio.com.ar