Profecías cantadas

Domingo 4 de octubre de 2015
Aguara-í
Las noticias dicen que los yanquis quieren colonizar Marte, y los rusos la Luna. Buena idea, que vayan. Pero que vayan todos, que no quede ninguno en la Tierra.
Amanece y ya no está el baldío desmalezado; en la noche le ha crecido un cerco de estacas y alambre, y una tranquera. ¡Toc-toc- toc! se oye el martillo clavando las tablas desde las siete de la mañana y ¡Toc-toc- toc! suena en la siesta sobre las chapas del techo. Recién se calla cuando se pone el sol. El usurpador del terreno ha levantado su casilla de madera en cuestión de horas, como un hornero. Más tarde se enganchará del poste de luz, cavará la letrina, pondrá una ventana, llegará la bomba de agua, la garrafa, la ropa tendida. La sociedad se espanta y pone el grito en el cielo.
En una oscura escribanía se fragua un boleto de compra venta, vuelan dos firmas y¡Toc! el sello. La posesión de una chalet pasa de manos como si los cómplices fuesen prestidigitadores, celebran con whisky y nadie se entera.
Los inmigrantes del África y Oriente rebalsan las calles del Viejo Continente. Los gringos bombardean Afganistán, los rusos Siria, y los ingleses se relamen en Malvinas, pero el mundo indolente da vuelta la página de los diarios como si tal cosa, aunque sean también las formas de las ocupaciones ilegales.
En el 2020, en la Patagonia convivirán chilenos corridos por el Pacífico y los asiáticos corridos de Europa; en el 2025 la tecnología al servicio de la medicina menguará el envejecimiento de las células y el humano se volverá inmortal dando por tierra la esencia de las resurrecciones (se pondrá el cartel de se alquila en el cielo y en el infierno). En el 2050, los habitantes del planeta seremos como nunca, más que todos los que alguna vez en la historia la pisaron.
Antes que termine este siglo la propiedad privada será prehistoria y para esos días ya estarán arriba disputando fronteras, batallas y laudos, en la luna y en Marte.
¡Toc-toc-toc! El usurpador fabrica una cuna y los vecinos llaman a la Policía.