“Es un dolor de cabeza que recién comienza”

Domingo 14 de febrero de 2016
Walantus es investigador del CIE.

Horacio Walantus, director del Centro de Investigaciones Entomológicas (CIE), lleva casi 20 años estudiando a los insectos y especialmente a los mosquitos en la provincia. En una entrevista con el El Territorio llamó la atención sobre la delicada situación que se plantea en Misiones con  el aumento de los casos de dengue.
Pidió a las autoridades mirar a las experiencias que ya afrontaron en otros países y no comenzar de cero, también que se convoque a expertos que trabajan en entomología para sumar conocimiento y que se destinen los recursos económicos y humanos para luchar contra el Aedes.  
Evidenció que algunas medidas que se llevan a cabo en medio de la epidemia pueden ser eficaces por un lado, pero al mismo tiempo causar daños importantes a la ecología. “Las medidas que a veces se toman producen efectos no deseados, para el caso del Aedes la fumigación es un arma de doble filo. Lo que resuelve la fumigación es que el adulto no me pique, pero si pasa el camión fumigando y todos los vecinos fumigan, tampoco es garantía de que al otro día no tengamos nuevos mosquitos que están en huevos y larvas y que sólo se eliminan con larvicidas y sacando los cacharros de las casas”, sostuvo.

Y explicó, “al fumigar estamos eliminando también a otros insectos que son controladores naturales de estos mosquitos, como las libélulas. La naturaleza tiene un montón de controladores para estos organismos pero cuando fumigamos los matamos a muchos de ellos”.
Otro perjuicio asociado a la fumigación masiva es la mortandad de insectos benéficos, como los polinizadores (por ejemplo abejas que se crían en colmenas), “hay gente que está sufriendo con las fumigaciones, el apicultor que tiene colmenas de abejas sin aguijón dentro de la ciudad y le fumigan las colmenas sin avisarle y se las matan”
Por eso remarcó, “el trabajo fuerte y que sirve es descacharrar y ocuparse de enterrar esos cacharros para que no se conviertan en inmensos focos infecciosos.  
Además de descacharrar, otro punto que recomendó reforzar es el bloqueo del virus para frenar su dispersión.
“Los mosquitos vuelan y están llevando el virus de un lado para otro, entonces hay que pensar justamente cómo atacar al virus, cuando decimos atacar al virus decimos que hay que atacar a alguien que no vemos, pero podemos tener una pista, una persona que está enferma es una persona que se debería movilizar lo menos posible porque a donde va lleva el virus”.
De esta manera, enumeró las acciones que pueden ser eficaces en la lucha contra el dengue. “El trabajo debe ser en la toma de conciencia con difusión clara y hay que abordar  de forma multidisciplinaria, escuchar todas las voces de la gente que trabaja en epidemiología, hay experiencia en dengue en otros países que ya han vivido lo que nosotros estamos empezando a vivir”.
Acentuó, “este brote no es el principio de la historia, el dengue no entró hoy en la provincia, pero estamos viviendo una curva de crecimiento de casos que va a tener complicaciones en los próximos años”. Y analizó: “Vamos a tener quizás muchos más casos de dengue hemorrágico, vamos a tener muchas más personas enfermas, de manera urgente tenemos que trabajar en la toma de conciencia de que la gente tiene que saber lo que tiene que hacer, pero no es sólo responsabilidad del vecino, las medidas concretas deben salir desde el Estado”.
Walantus fue muy claro, “son muy importantes las estadísticas, que se tenga la información real para la toma de decisiones. Que se registren todos los casos, y es fundamental que la persona sepa si tuvo dengue o no tuvo dengue”. Continuó, “no se puede estar limitando el acceso a los estudios, no se puede impedir que una persona tenga acceso a la información de si tuvo o no tuvo”.
Todo esto porque “si se tiene en el organismo los anticuerpos para el tipo 1, hay que cuidarse muchísimo, en la próxima temporada estival es casi seguro que tengamos otras cepas 2, 3 o 4; y esa próxima vez va a desatar un cuadro de dengue hemorrágico mortal”.  
Y concluyó: “En Misiones estamos en una emergencia sanitaria y, esto no son palabras; es un dolor de cabeza real y muy grande y que está empezando”.

Por Silvia Godoy
silviaedithgodoy@gmail.com