Reducidores de yerba

Miércoles 16 de abril de 2014
Para los pequeños productores es un verdadero drama. La mitad de la vida se la pasan peleando por mejores precios para la hoja verde de yerba mate y cuando la cosa mejora, como ahora, aparecen los delincuentes y les cosechan los yerbales. Así el dinero que estaba destinado a pagar los estudios universitarios de los hijos por ejemplo o mejorar un tractor o una herramienta de trabajo, se esfuma.
En los últimos meses aumentaron de manera significativa los robos en las chacras. La metodología es siempre la misma. Es alguien que dispone de un vehículo que lleva una cuadrilla de gente y en pocas horas, antes que el propietario se dé cuenta, le esquilman el yerbal. El tema fue abordado ayer dentro del Instituto Nacional de la Yerba Mate (Inym). Los distintos participantes de la cadena productiva decidieron avanzar en la búsqueda de una solución del problema que no solo afecta al productor en el corto plazo, sino que tiene consecuencia en el largo plazo, debido a la destrucción de los yerbales.
La idea que se trabajó ayer contempla buscar a través de la legislación un marco jurídico más duro, con penas más graves, para el robo de yerba en las chacras. El Inym, por su parte, decidió habilitar un número telefónico (0800-444-0103) para centralizar denuncias sobre los robos (pág. 3).
Pero al margen de estas cuestiones que son puntuales, es clave también atacar al último eslabón del delito, quién o quienes compran la yerba robada (que serían como los reducidores) que irremediablemente debe terminar en un secadero, porque sin este paso, la hoja es apenas un vegetal con destino de abono.

Roberto Maack
Jefe de Redacción
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