Un granito de arena

Marcelo Ferreira (45) eligió la madera para darle rienda suelta a la creatividad de sus manos. Es oriundo de Buenos Aires pero los vientos de cambio lo trajeron a Misiones. En el barrio El Porvenir de Posadas construyó su hogar que por estos días se transformó en un museo, con entrada gratuita.
Pero eso no es todo: el taller donde nacen sus obras sirve además de escuelita para todos los vecinos que quieran aprender el oficio. No hay parámetros ni condicionamientos. Todos están invitados. "Es un espacio para rescatarlos y que no estén en la calle tomando vicios. Como es lo más cercano que tienen. Yo les doy la madera y los materiales y se arriman mucho", soltó el artista.
Es un gesto de grandeza de un ciudadano común. Parece tan simple pero su actitud habla de un compromiso digno de imitar ya sea por los gobernantes como por la sociedad toda.

"Hace quince años que doy clases, antes lo hacía en el centro, pero ahora me cuesta hacerlo allá. Además me doy cuenta que sólo puede acceder el que tiene plata para pagar los cursos. Entonces decidí que la clase esté abierta al que tiene ganas, más allá de lo económico", insiste en su misión Ferreira. 
En las afueras de la ciudad confluyen el talento y la voluntad de un obrero del arte que aporta su granito de arena. Que ofrece, desde su lugar y con eso que sabe hacer, una opción de vida y disfrute a aquellas personas de escasos recursos (Página 19).

Por Griselda Acuña
Editora de Sociedad
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