En tres años se terminaron los basurales

En junio pasado se cumplieron tres años de trabajo por parte de la Cooperativa de Reciclaje Cataratas SRL, conformada por el mismo personal que trabajó durante años en los basurales, tres de los cuales se limpiaron desde que se puso en marcha la planta.
Con un presupuesto de 55 mil pesos mensuales, mantienen la operatividad de la planta (seguridad, maquinaria, indumentaria y fletes) y los sueldos de los 32 socios que allí trabajan en un turno todos los días de la semana.
El proyecto inicial fue impulsado por Parques Nacionales y la Dirección de Tierras (dirigida por entonces por Germán Montalvo) y Ambiente de la Municipalidad.

En la planta se invirtieron 6 millones de pesos. Fue financiada por el Ministerio de Turismo de la Nación y no le cuesta ningún centavo al municipio, que sólo se encarga de los gastos de electricidad.
Diariamente, los camiones recolectores de la comuna descargan su contenido en el playón para comenzar con el proceso de separación de la basura. Sin embargo, “está quedando chico el espacio para la descarga y necesitaríamos la ampliación”, contó Julio Ferreyra, presidente de la cooperativa.
El directivo explicó que luego del primer año, y gracias al trabajo constante en coordinación con el personal de recolección comunal, lograron terminar con los últimos restos de lo que durante años fueron los basurales del municipio.
“Siempre trabajamos tratando de enfocarnos en lo que es el reciclado, mi primer escritorio en la oficina continua siendo el que montamos con cajas y cartones, es lo que hace parte de nuestro día a día. Todo lo que se pueda aprovechar hay que hacerlo, ese es el sentido de reciclar. Hasta ahora sólo concluimos con un problema que existió durante años en Iguazú, que eran los basurales en espacios abiertos, por eso podemos decir que hemos solucionado el problema de la basura en un 90 por ciento”.

Oportunidades
La  cooperativa ya había comenzado a trabajar unos meses antes, cuando tuvieron que hacerse cargo del caudal de hasta 60 toneladas diarias de basura que producen la ciudad y el Parque Nacional en temporada alta de turismo.
Con el auxilio por las iniciativas de separación adheridas por empresas como Iguazú Argentina, Casino Iguazú, Hotel Panoramic. Duty Free Shop, Jungle Explorer y Hotel Sheraton, la planta en la que trabajan hasta 30 operarios diariamente “no dará abasto sin maquinaria en los próximos años. Por ese motivo, uno de nuestros primeros propósitos será conseguir cambiar más adelante la compactadora, que es el alma de una planta de separación y transferencia de residuos”, agregó Ferreyra.
La cooperativa además participa de otros programas de reciclaje en cooperación con asociaciones presentes en la ciudad que aportan a la ecología, pensando además en los beneficios del destino, como por ejemplo, el de reciclaje de aceite. En conjunto con la Ahgai, Fehgra y la Municipalidad, surgió una campaña que recorrió los restaurantes que ahora son fieles proveedores de aceites para reciclar: “Hoy llevamos un total de 60 litros semanales”.
Por otra parte, en la planta de clasificación se realiza una importantísima labor de separación de cartón y aluminio (recolectados entre otros lugares en el área Cataratas, hoteles y restaurantes), y otros productos como plásticos, cobre, papel y vidrio, los cuales se estiban en el mismo predio.
Por ello, se busca concientizar a los vecinos para que desechen estos elementos por separado en los contenedores especialmente dispuestos para tal fin.
“En Iguazú no podemos decir que solucionamos el problema de la basura, hace poco tiempo comenzamos con el trabajo, pero muchas de las cosas que no podemos reciclar las transferimos al relleno sanitario”, explicaron.
Actualmente, la planta recibe unas 100 toneladas promedio de basura diaria.
“Se necesitan máquinas específicas para mejorar el reciclado. Por eso pusimos en marcha una prensa para cartones nueva que logra compactar mucho más que la anterior. El diseño de la nueva máquina fue hecho por la cooperativa y la construcción fue local”, detalló el presidente de la cooperativa.
“Todo lo que se pueda recuperar se recupera y lo demás va al relleno sanitario, y la adquisición de esta máquina para prensar chatarra no sólo nos permitirá dar una solución a la gran cantidad acumulada, sino que además nos abre otro mercado para ubicar el material reciclado y preparado para la venta”, finalizó Ferreyra.