Casi tres días después, apareció muerto Lucas Menghini Rey

Sábado 25 de febrero de 2012

El cuerpo de Lucas Menghini Rey apareció ayer sin vida en el fuelle que une el tercero y cuarto vagón del tren que chocó en Once, casi tres días después del accidente, lo que elevó a 51 la cantidad de víctimas mortales y provocó incidentes y fuertes reclamos contra el Gobierno nacional en la estación.
Fuentes allegadas a la investigación confirmaron que el cuerpo fue hallado en mal estado y aplastado en la unión entre el tercero vagón y el cuarto de la formación.
El cuerpo de Lucas Menghini Rey fue retirado anoche pasadas las 19,35 por bomberos, custodiados por policías, por la parte trasera de la estación de Once.

El personl de Infantería, con escudos, no pudo contener a grupos de familiares y amigos que manifestaron su indignación por la desidia en la búsqueda en el hall de la estación.,
"Asesinos, asesinos", gritaban las personas que se concentraron en la estación de Once con fotos del joven y protagonizaron forcejeos con las fuerzas de seguridad, en escenas de fuerte indignación en las que surgió el reclamo "que se vayan todos".
El cuerpo sin vida de Menghini Rey fue hallado en el mismo lugar del accidente y en el mismo tren, luego de que la familia atravesara un calvario circulando por hospitales, morgues y hablando en forma permanente con la prensa, además de soportar ls versiones que daban cuenta de que el joven estaba con vida.
Fue clave la visualización por parte de los familiares de un video de las cámaras de seguridad que confirmó que el joven subió por las ventanillas a la formación en la estación de San Antonio de Padua.
Fue entonces cuando peritos de bomberos se dirigieron nuevamente a la formación, donde sintieron mal olor, y con la ayuda de perros adiestrados detectaron el cuerpo, casi imperceptible, en el fuelle entre el tercero y cuarto vagón.
Durante el operativo para hallar el cuerpo se produjeron serios incidente con personas y familiares que reclamaron con insultos la renuncia de funcionarios.
La tensión creciente en la terminal ferroviaria llevó a los trabajadores de la línea Sarmiento a suspender el servicio por "falta de garantías de seguridad".
En tanto, Miguel Angel Gerónimo, guarda de la formación que impactó a las 8.32 contra el paragolpe del andén, fue dado de alta y declaró ante el juez federal Claudio Bonadio, a cargo de la investigación del accidente.
El trabajador de la empresa TBA dijo ante el magistrado que no sucedió "nada raro" y que el viaje fue "absolutamente normal" hasta el momento del choque, revelaron fuentes judiciales.
Gerónimo precisó que al chocar el tren número 3772 estaba en el último vagón de la formación e indicó que corrió hasta adelante para saber cómo estaba el maquinista.
El guarda estuvo internado en la clínica porteña Fitz Roy, de la obra social del gremio ferroviario La Fraternidad, donde también permanece internado en la unidad de terapia intensiva el maquinista Marcos Antonio Córdoba, con graves heridas en las piernas.
Las fuentes judiciales dijeron que el juez Bonadio indagará al maquinista ni bien sea dado de alta, y aclararon que ni Córdoba ni Gerónimo están imputados de delito alguno, como había transcendido.
"Esa información fue escrita por la empresa TBA", dijeron las fuentes.
A raíz de la tragedia ferroviaria del último miércoles, 31 personas, 2 en estado grave, permanecían ayer internadas en hospitales públicos porteños.
El subsecretario de Derechos Humanos porteño, Claudio Avruj, reportó ayer a la tarde que aparecieron con vida Fernando Sánchez, de 32 años, y Javier Almaraz, de 41, que eran buscados por sus familiares desde el momento del accidente ferroviario.
Por otra parte, el fiscal federal Federico Delgado pidió ayer al juez Bonadío que se investiguen los subsidios que recibe la empresa TBA por parte del Estado y también que se cite a declarar a personal de la concesionaria de la línea Sarmiento.

 

 

Opinión
Demasiadas preguntas y nadie da respuestas

La aparición del cuerpo sin vida del joven Lucas Menghini Rey, aplastado en la unión entre el tercero y cuarto vagón de la formación que el miércoles pasado produjo la tragedia en Once, deja un sinfín de preguntas sin respuestas que se suman a los interrogantes que, desde el Gobierno nacional, nadie pudo o quiso esclarecer.
Desde que ocurrió la tragedia, los funcionarios nacionales se escudaron en la estrategia kirchnerista de comunicación y eludieron sistemáticamente responder a los medios de comunicación.
Esa estrategia, impuesta por el ex presidente Néstor Kirchner, consiste en "comunicarse sin intermediarios con el pueblo". Así se jactaba el ex mandatario en sus discursos.
Tras la fuerte pelea con los medios de comunicación, en especial con el Grupo Clarín, todo el Gobierno nacional se parapetó mucho más en esa filosofía.
Pero la muerte de 51 personas y la desidia con la que se actuó desde el primer momento, convirtió esa estrategia comunicacional en una ridicula parodia con papelones incluidos, como el protagonizado por el secretario Juan Pablo Schiavi.
El colmo fue la aparición del cuerpo de Lucas, más de 48 horas después de haberse producido el accidente. A más de tres horas de su hallazgo, nadie quiso salir oficialmente a confirmar la noticia y desde los despachos oficiales dejaban trascender la información, pero pedían no figurar.
Una verdadera conferencia de prensa debería echar luz sobre gran cantidad de interrogantes tales como:
Cómo nadie vio el cuerpo de Lucas durante los más de dos días de producido el accidente? Qué hizo la Policía apostada en el lugar durante ese plazo?
Quién dio la orden de levantar el operativo de búsqueda de víctimas? Qué hizo el juez Bonadío cuando fue a observar el tren siniestrado? Lo recorrió? Ordenó revisar el tren?
El Estado nacional realiza los controles sobre el estado de los trenes? Controla en qué se gasta los subsidios? Puede alguien informar a cuánto ascienden esos dineros?
Qué pasó con las obras anunciadas para mejorar los servicios de transporte? El hecho de presentarse como querellante exime al Estado nacional por su eventual responsabilidad o dilata los tiempos?
De comprobarse que el accidente se produjo por fallas técnicas y en los controles, renunciará algún funcionario?

 

Por Ernesto Behrensen

 

 

Piden la renuncia de Schiavi

El defensor adjunto del Pueblo de la Nación, Juan Minguez, pidió ayer que el secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi, sea "apartado de su cargo", al señalar que "le caben responsabilidades políticas y patrimoniales" por el choque del tren de la línea Sarmiento, por el que murieron 51 personas y 703 resultaron heridas.
Además, Minguez destacó que es urgente rescindir "la concesión a TBA, ya que como consecuencia de la falta de mantenimiento y las deficiencias atribuibles a la empresa ocurrió la tragedia".
"Schiavi debe ser apartado de su cargo, ya que le caben responsabilidades políticas y patrimoniales. Sostenerlo sería un acto de barbarismo", dijo Minguez. Por su parte, y sobre el pedido de rescisión de la concesión a la empresa TBA, Minguez explicó que "desde hace más de un año" recorrieron "el trayecto de la Línea Sarmiento, ramal Once-Moreno, comprobando graves incumplimientos lo que motivó multas, sanciones e intimaciones".

 

 

Dolor, indignación y reclamo: ‘Que se vayan todos’ en Once
Familiares de víctimas y pasajeros protestaron ayer en la estación ferroviaria, durante el operativo por el cual retiraron los restos de Lucas y exigieron la renuncia del Secretario de Transporte

 

BUENOS AIRES. Un grupo de personas protagonizó ayer incidentes en la estación de Once durante el operativo en el que fue encontrado después de casi tres días el cuerpo sin vida de Lucas Menghini Rey, y manifestó indignación con insultos a las autoridades nacionales.
Al grito de “que se vayan todos” y “asesinos”, familiares del joven y pasajeros repudiaron que el personal policial y de bomberos no haya revisado todos los vagones para establecer que no había más pasajeros atrapados en la formación siniestrada.
Las personas, visiblemente exaltadas, exigieron también la renuncia del secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi, y cuestionaron a los gritos que las autoridades nacionales “se hayan borrado” ante una tragedia con 51 muertos y 703 heridos.
“Cristina (Fernández) dónde está”, preguntaban a los gritos los manifestantes, mientras golpeaban los carteles de las boleterías.
El clima de tensión en el hall central de la terminal ferroviaria llevó a los trabajadores de la línea Sarmiento a suspender el servicio por “falta de garantías de seguridad”.
En tanto, la madre del joven de 20 años se negaba a reconocer que el cuerpo hallado era su hijo, mientras un tío reclamaba “prudencia” a quienes se manifestaban en la terminal ferroviaria.
“No está confirmado. La televisión dice algo que no está confirmado. Les pido que levanten la foto de Lucas y hagan silencio”, dijo.
La mujer había recorrido la morgue judicial, hospitales y hasta los cementerios para hallar a su hijo, y no se resignaba: “Tiene que estar vivo”.
Más tarde, fuentes de la investigación confirmaron que el cuerpo de Menghini Rey fue encontrado entre el tercer y cuarto vagón del mismo tren.
El cuerpo de Lucas fue retirado por bomberos, custodiados por policías, por la parte trasera de la estación de Once. Pasadas ayer las 19.35, los bomberos se llevaron el cadáver.
Personal de Infantería, con escudos, acompañaba al equipo de rescate, en prevención de posibles incidentes de parte de familiares y amigos que ayer manifestaron su indignación en el hall de la estación.
Los manifestantes  comenzaron a las 20:30 a prender fogatas y romper los molinetes. La policía reaccionó inmediatamente apagando el fuego y la guardia de infantería avanzó sobre los manifestantes, por lo que se produjeron algunas corridas.
En tanto, el subsecretario de Derechos Humanos porteño, Claudio Avruj, reportó ayer por la tarde la aparición con vida de Fernando Sánchez, de 32 años, y Javier Almaraz, de 41, que eran buscados desde el momento del accidente.