Reapareció la mamá y terminó el quebranto de las tres hermanitas

Miércoles 25 de mayo de 2016

Las hermanitas de 8, 9 y 10 años que quedaron abandonadas a su suerte durante casi dos semanas en las cuales pasaron frío y comieron lo que pudieron cocinarse, respiraron ayer con alivio al enterarse que su mamá reapareció tras haberse ido con las otras dos hermanitas menores y su actual pareja, con rumbo a Buenos Aires.
El increíble caso que conmocionó a esta pequeña localidad del sur de Misiones, casi en el límite con la provincia de Corrientes, tomó estado público el pasado domingo cuando las autoridades intervinieron con todos los recursos necesarios para dar contención y atención a las pequeñas que habrán temido lo peor al contar los días de ausencia de su mamá y no saber absolutamente nada de ella, hasta ayer al mediodía.
María, de unos 35 años, decidió el pasado viernes 6 de este mes de mayo viajar de urgencia a Buenos Aires y La Plata para asistir al velatorio y sepelio de su papá. Según explicó a las autoridades municipales, para poder cumplir con lo previsto eligió dejar a sus tres hijas mayores al cuidado de un vecino y llevar a las dos más pequeñas, de 1 y 2 años, además de contar con la compañía de su concubino.

Se supo ayer inclusive, que la mamá antes de emprender viaje a unos mil kilómetros de distancia de su vivienda, dejó una carta en la escuela y dirigida -al parecer- a la maestra de la niña más grande de las cinco que tiene en total (serían de la relación con dos padres diferentes).
“¡Cómo voy a dejarlas solas, no, yo no sabía, perdón por favor!, exclamó casi como rogando por el perdón de sus hijas en el reencuentro que se dio en la puerta de la casa que está al final de un trillo, que parece terminar en un profundo pozo cubierto de un naciente y cerrado monte.
Las tres hermanitas se quedaron quietas, sin decir palabra alguna y tras unos segundos de silencio, se hicieron espacio y casi  como buscando un hueco entre su mamá y la puerta, entraron a la vivienda en donde las condiciones ambientales y sanitarias no son las mejores.
Y las hermanitas no emitieron palabra, tal como se comportaron desde que debieron abandonar la casa del tío paterno, distante a unas cinco cuadras de la casa en donde quedaron solas durante doce días.
Ellas no querían dejar la casa de sus familiares, fundamentalmente por las comodidades que ofrecía y sobre todo porque no pasaron más frío.
La casa en donde viven con sus otras dos hermanitas más pequeñas y su mamá (el concubino quedó trabajando en Buenos Aires) es casi toda de madera en mal estado, con piso de tierra y algo de cemento. Dos ventanas no tienen vidrios y una fue hecha con el parabrisas de un auto.
La responsable del Centro Integrador Comunitario (CIC) le advirtió a María que de ahora en más deberá poner más atención a sus hijas y en el caso de presentarse otra situaciónn de urgencia, que no dude en pedir socorro al municipio.
“Yo hago todo lo posible para darles todo a mis hijas, en serio, yo las cuido siempre...”, respondió María, que invadida por la sensibilidad del caso, no pudo contener las lágrimas a cada momento de responder sobre lo sucedido con las tres hermanitas que ya no están tristes.


Docente dormía y comía en el piso con unos 100 gatos
SAN JOSÉ (Enviados especiales). Esta pequeña localidad de 7.100 habitantes vivió de cerca otro caso conmocionante y hasta con detalles de miseria humana que despertó el asombro de los propios agentes municipales, quienes debieron intervenir sin dar crédito a lo que les tocó vivir.
El caso que se conoció casi a la par con la situación de abandono que sufrieron las tres hermanitas del barrio Belgrano tuvo como víctima a una docente de unos 55 años, que hasta hace poco daba clases. Pero nadie podía siquiera suponer que esa docente, de aspecto normal y bien vestida, tenía otra lastimosa realidad tan solo al cruzar la puerta de su casa.
Se pudo saber que la docente empezó a enfermarse y su mala salud era notoria. Por lo que las colegas de la escuela se permitieron asistirla y fueron con una ambulancia hasta su propia casa. Fue así que se encontraron con un cuadro de absoluta dejadez, de abandono hasta provocado y como esperando la suerte de su presente errático.
Al parecer la maestra entró en depresión, vivía sola, una compañera había muerto y ella nunca se había casado ni tenido pareja conocida.
“Como que empezó a recolectar cosas, se convirtió en una recolectora compulsiva y más que nada con gatos, tenía unos 100”, detallaron desde el municipio.
Se especificó además, que la atención y resctate debió llevarse a cabo de manera urgente. Porque la señora comía con los gatos, en el piso y dormía casi en el mismo lugar, rodeado de los animales en  mal estado en general. Pero quienes entraron a la casa de la docente, se encontraron que además había cadáveres de gatos que, se cree, murieron hace un buen tiempo.
La docente fue derivada a un asilo de ancianos y deberá asisir a sesiones psiquiátricas. Su estado no es el mejor. Mientras tanto, el municipio continúa con el trabajo de limpiar y desinfectar el domicilio.