De apariciones, serenos atados y amputaciones

Domingo 15 de febrero de 2015
Hacia el centro de La Piedad. | Por este acceso varios visitantes aseguraron ver a pocos metros, las apariciones.

Los primeros registros del cementerio La Piedad datan del año en que todo empezó a hacerse en este lugar del mundo, en 1615. Después de crearse al menos cuatro camposantos anteriores, se sabe que el actual predio de 16 hectáreas empezó a poblarse entre los años 1873 y 1879. Desde entonces los empleados y los sepultureros debieron ajustarse y acostumbrarse a situaciones incómodas, dolorosas, insólitas y de las que hasta ahora no se encuentran y ni se encontrarán explicaciones ni lógicas ni descabelladas.
Del total de los 38 mil cuerpos que se tienen registrados hasta la actualidad, la mayoría de los que allí descansan en paz, siempre de acuerdo a los registros tomados por los certificados de defunción, fallecieron por enfermedades crónicas (paro cardiorrespiratorio) mientras que la segunda causa más frecuente de muerte, fueron accidentes de tránsito.
    “Los meses de enero, junio y julio son en donde se producen más muertes, en donde nosotros contamos con más entierros”, aseguró Raúl Ferreira, el administrador del cementerio La Piedad. “Suponemos que es por el calor, por las temperaturas extremas, porque también a mitad de año, con el frío, se suman las personas mayores que mueren”, detalló el funcionario municipal.

Para los sepultureros no es un dato menor. Muchos de ellos recibieron las órdenes de no mirar a los muertos en el caso que los familiares decidan destapar el féretro cuando los entierros se suceden en medio de llantos y escenas de verdadero quebranto para todos.
“No tienen que mirarlos, es así, porque muchos después no pueden dormir”, dijo Ferreira, quien aseguró que desde hace un buen tiempo los serenos no tienen permiso para hacer las rondas nocturnas.
    Es que según detallaron dos de los actuales empleados de seguridad del cementerio, hace unos 15 años atrás, precisamente, dos guardias de seguridad fueron brutalmente atacados durante la madrugada.
     "Lo cierto es que los que entraron para hacer el relevo a las 6 de la mañana, se encontraron con los guardias de la noche atados a uno de los árboles que están a la entrada... estaban todos ensangrentados y ninguno de ellos pudo explicar el porqué del ataque, uno de ellos murió al poco tiempo y el otro ahora está en silla de ruedas", detallaron.
     Tanto estos mismos empleados como el propio administrador, aseguraron que fueron varias las veces que visitantes describieron haber visto a hombres y mujeres que les aparecieron muy bien vestidos y que les hacían señas para que se acercaran.
    "En una ocasión, una mujer aseguró que al acercarse a la figura, a la aparición, desapareció, creo que siempre les pasa cuando están solos", reflexionaron los empleados.
    En el cementerio no sólo reciben cuerpos. Sino también, parte de los cuerpos. Es común, aunque no tan frecuente, que se entierren piernas o brazos. "Muchas piernas amputadas, se las entierran en cajoncitos detallando la situación, aunque cuando eso ocurre, al poco tiempo mueren los dueños de esos miembros...".