Se casan en abril una travesti y un detenido en la cárcel de Oberá

Viernes 30 de diciembre de 2011

“Los dos sentimos cosas muy lindas, me doy cuenta de eso. Yo estoy re enamorada”, reconoció con una cálida sonrisa Faby Tatarinoff, quien confirmó que en abril de 2012 se casará con Marcelo Owczarczyn, su novio que cumple una condena en la Unidad Penal Dos de esta localidad.
Faby es travesti y a futuro sueña con el cambio de sexo, mientras que su enlace con Marcelo se transformaría en el primer matrimonio homosexual en Misiones que involucra a un condenado.
También sería la primera vez que un interno de una cárcel argentina se case con una persona del mismo sexo que no estuvo presa, ya que el único antecedente similar ocurrió en Mendoza en 2010, cuando un detenido se casó con su pareja travesti que había pagado una condena en la misma prisión.

En el caso de la pareja obereña, desde el mes pasado goza de visitas íntimas quincenales, una medida que sentó precedente en las cárceles de la provincia. La ceremonia civil y el brindis se realizarán en la Unidad Penal Dos.
Los novios se conocieron hace varios años cuando Faby estudiaba y Marcelo trabajaba en Oberá. Luego él fue detenido y se separaron, pero “pasó un tiempo y como nos queremos tanto empecé a visitarlo en el penal. Así renació la relación y decidimos casarnos”, señaló.
La travesti recibió a El Territorio en su casa en la localidad de San Martín, donde es querida y apreciada por sus vecinos, da clases particulares de contabilidad y matemáticas y colabora con sus padres en las labores de la chacra. Su novio ya purgó varios años por un hecho ocurrido en El Alcázar, y le restan unos cuatro de condena.

 

Historia de amor
Para obtener el beneficio de las visitas íntimas y el permiso de casamiento, la pareja certificó el vínculo con testigos en sede policial, y luego ambos se sometieron a estudios de enfermedades venéreas.
“Nunca pensé que tendría una relación así, pero se dio y valoro muchísimo nuestro amor. No es fácil, porque él está privado de su libertad y yo afuera, por eso la confianza mutua es fundamental para sostener la pareja”, destacó Faby.
Tras culminar sus estudios secundarios, cursó y se recibió de Técnico en Administración de Empresas. Más tarde comenzó la carrera en Ciencias Políticas, pero por cuestiones económicas debió abandonar al cabo del primer año.
Sobre su relación con Marcelo, reconoció que está “aprendiendo a ceder, porque tengo un carácter fuerte y estando en pareja también hay que saber ceder. Esta relación me cambió mucho, estoy más tranquila y feliz”.
“Pensando a futuro, a veces decimos que tal vez nos iríamos de acá, pero no de la provincia porque yo amo Misiones. Viví en Buenos Aires, pero no cambio por nada mi provincia”, destacó Faby.

 

Más conciencia
Emocionada, destacó el apoyo que siempre tuvo de su familia, sus padres y hermanos, quienes nunca le cuestionaron su condición sexual y ahora la acompañan en su deseo de formalizar con su pareja: “Con mis hermanos somos muy unidos y mis padres me respaldan en todo. Siempre tuve el apoyo de mi familia y pude estudiar, por eso no caí en situaciones que muchas otras travestis tienen que padecer”.
Si bien reconoció que tuvo propuestas para trabajar del sexo, destacó que en los momentos más difíciles siempre recordó los consejos de su papá. “Una vez me dijo: ‘yo no puedo vivir tu vida, pero lo único que te pido es que no busques drogas ni caigas en la prostitución porque siempre vas a tener una familia para recurrir’. Eso siempre me hizo reflexionar para no decepcionar a mis padres”.
Lamentó que otras travestis se vean obligadas a ejercer la prostitución porque no tienen una familia que las contenga ni posibilidades laborales, ya que perduran prejuicios hacia las minorías sexuales.
“Creo que a partir del casamiento igualitario lentamente la sociedad se va haciendo más tolerante. Se nota que la gente tiene más conciencia, pero todavía cuesta”, opinó.
Comentó además su intención de realizarse el cambio de sexo, aunque choca son limitaciones económicas y la legislación nacional que pone ciertas trabas. Detalló que “desde hace algunos años tomo hormonas femeninas y tienen un costo importante. El Estado, así como dispone recursos para atender otras cuestiones de salud, también debería cubrir este tipo de tratamientos que hacen a la calidad de vida”.