Voluntad y estimulación, pilares para superar la discapacidad

Domingo 2 de noviembre de 2014
Entrenamiento. | Varios atletas con discapacidad se destacaron en los Juegos Nacionales Evita, en Buenos Aires.

Aunque muchas personas ven la discapacidad como un obstáculo para afrontar ciertos aspectos de la vida, los especialistas aseguraron que esa condición no debe ser un impedimento para concurrir a ciertos ámbitos sociales.
Practicar un deporte, estudiar una carrera universitaria o encarar un microemprendimiento son sólo algunos de los desafíos que hoy encaran los jóvenes con discapacidad.
La decisión de Lucía Soledad Velázquez -no vidente- de estudiar una carrera de grado, la fuerza de Marcos Paré para destacarse en los deportes y la danza, y la voluntad de los jóvenes que hacen un programa radial, son algunos de los ejemplos de superación (ver página 9, 10 y 12).

Según datos del Censo 2010, el 15 por ciento de la población de Misiones debe convivir con algún tipo de discapacidad permanente.
Un total de 153.455 ciudadanos misioneros padece alguna dificultad o limitación de forma.
En la franja ubicada entre los 10 y los 19 años se detectaron 16.050 habitantes con capacidades diferentes. Mientras, entre los recién nacidos y quienes tienen 9 años, se detectaron 9.661 habitantes discapacitados. Además, entre los 50 y los 59 años hay en la jurisdicción misionera un total de 30.388 personas con dificultades físicas constantes.
A su vez, a escala nacional, el número de prevalencia de personas con dificultades o limitaciones permanentes es de 5.144.190 habitantes, es decir el 12,9 por ciento. 
Según estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), hay en el mundo alrededor de un 10 por ciento de personas con discapacidad permanente (motriz, sensorial, mental y otras). Esto es, suman cerca de 600 millones de personas en todo el globo.
Las definiciones internacionales entienden por el concepto de dificultad o limitación permanente a aquellas personas que cuentan con certificado de discapacidad. También incluye a las que no lo poseen, pero declaran tener alguna dificultad o limitación permanente para ver, oír, moverse, entender o aprender.

Trabajar la discapacidad
El profesor de Educación Física Ariel “Cone” Alfonso, quien hace 20 años trabaja con personas discapacitadas en la Escuela Nº1 Clotilde González de Fernández Ramos, sostuvo que cada caso es particular y que la evolución de la persona está marcada por la estimulación que recibe del entorno.
“A veces no es fácil trabajar con los chicos, porque hay muchas cosas que cuestan interpretar o entender, pero tenés más recompensa, porque podés hacer de una persona, que tiene dificultades para moverse, un atleta, nadador o lanzador de balas. Eso es lo más reconfortante, cuesta, pero se puede”, aseguró.
“Todos somos discapacitados, porque somos incapaces de hacer algo. Entonces, simplemente hay que buscar qué podemos hacer y qué nos sienta mejor. En cualquier actividad que se haga hay que disfrutar. No importa ser un campeón o deportista por ocio recreativo”, indicó Alfonso.
La Dirección de Discapacidad de la Municipalidad de Posadas tiene registradas a 36 mil personas con discapacidad. Hay entre 8 y 10 establecimientos para discapacitados y centros de rehabilitación.
La directora de Discapacidad de la comuna, Mabel Famularo, señaló que las patologías más frecuentes son discapacidad intelectual y motriz, siendo la primera una de las más graves de tratar. No obstante, resaltó que son cuadros que en varios casos se presentan de forma conjunta.
En ese sentido, Alfonso indicó que “la parálisis cerebral (PC) afecta directamente a la psimotrocidad de la persona que se traslada por medio de andadores o sillas de ruedas. Tienen dificultades para controlar sus funciones motrices e imposibilidad para comunicarse con su entorno social”.
Además, tienen dificultades para transmitir sus ideas o comunicarse verbalmente. “Son chicos muy emocionales, a veces están jugando, riéndose y al ratito se largan a llorar. Terminan de llorar, se secan las lágrimas y siguen jugando, esa es la manera en que se descargan”, especificó Alfonso.
Por otro lado, Famularo contó que los talleres de la Municipalidad de Posadas funcionan bajo las bases del Programa Inclusión, que asiste a 200 personas. El objetivo es fortalecer la adaptación al ámbito social.
Hace cuatro años en el Club Capri se dictan clases de Natación, los martes y jueves, de 9 a 11. “En estos espacios pudimos reconocer que las personas con discapacidad tienen la capacidad de defenderse en el agua”, indicó la directora.
También en el balneario El Brete se reúnen cerca de 50 personas   para practicar canotaje inclusivo. Cada actividad busca reforzar las potencialidades y habilidades de los asistentes.
“Cuando recién empezamos las familias estaban atemorizadas, porque sus hijos iban a realizar una actividad desconocida. Hoy ellos tienen autovaliamiento y superaron todas nuestras expectativas. En kayak y piraguas se desplazan de forma autónoma”, contó Famularo.
Los familiares aseguraron que los jóvenes empezaron en el ámbito escolar a tomar decisiones sobre las actividades que les gusta o no practicar.
“Han generado espacios de amigos, pero a partir de sus decisiones propias, entonces son talleres de cambios actitudinales de la persona con discapacidad”, precisó. 

El deporte por competición u ocio
La semana pasada se realizaron las Olimpiadas Especiales en el balneario El Brete. En el campeonato participaron alumnos de distintos establecimiento de Posadas.
“Una de mis alumnas, Sandra, corrió el maratón. Ella salió quinta, pero era la persona más feliz del mundo. No le importó los resultados, para ella el mayor valor estaba en correr toda la carrera y llegar hasta el final. Esto fue lo mejor que le pudo pasar”, resaltó el profesor Alfonso, quien realizó una diplomatura acerca de la temática de Personas con Discapacidad y Grupo Familiar, en el Servicio Nacional de Rehabilitación (SNR) de Buenos Aires.
Al poner en funcionamiento el cuerpo a través del movimiento de la danza o el deporte, la persona tiene más posibilidad de insertarse en la sociedad y también de conocer el mundo.
Reconociendo que las vicisitudes se pueden superar, más en el caso de las discapacidades motrices. El profesor, que en la edición 2005 formó parte del equipo técnico de los Juegos Nacionales Evita, contó que para dichos campeonatos entrenó a varios atletas que tenían dificultades motrices.
Entre ellos, se acordó de Jonathan Andrés Avellaneda, quien desde pequeño tiene amputada una pierna. Actualmente,  conforma el seleccionado argentino de la Federación Argentina de Deportes sobre Silla de Ruedas (Fadesir) y del Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Cenard) destacándose en competencias de natación, lanzamiento de bala, jabalina y salto en largo.
También mencionó el caso de un alumno que tenía “muchísimo” miedo de entrar a la pileta.
“El impedimento era tan grande que no quería mojarse la cara, después de varias clases en el Club de Educación, él salió nadando. Ahí podés ver que los resultados llegan, pero dependen del tiempo y la estimulación”, aseguró.

Por Carolina Ozuna Schumann
posadas@elterritorio.com.ar