El mate tiene museo propio

Lunes 19 de septiembre de 2011
(Corresponsalía). El mate como representante de una de las costumbres argentinas más típicas, cuenta con su propio museo, ubicado en la localidad bonaerense de Tigre, a metros de la estación de tren, donde además de probar unos ricos verdes se puede conocer la historia y el presente de este brebaje nacional.
El Museo del Mate, funciona en una casa antigua remodelada, que cuenta con un parque a su alrededor, donde se arman las mesas con manteles multicolores que los visitantes ocupan para cumplir con la ceremonia matera como broche final del recorrido.
Locales y extranjeros visitan diariamente el Museo del Mate deseosos por conocer el origen de esta tradición y ahondar en los motivos que la convirtieron en la bebida más tomada en los hogares argentinos, después del agua.
El director del Museo del Mate es Jorge Díaz que durante este fin de semana, trasladó algunas piezas de esa colección a la Feria Caminos y Sabores que se desarrolló hasta ayer en el predio de La Rural de Palermo. Esas piezas se exhiben dentro del Camino de la Yerba Mate que promociona el consumo de este producto que se cultiva en las provincias de Misiones y Corrientes.
El Museo del Mate se inauguró en 1.978 en la ciudad entrerriana de Paraná, como idea original de Francisco Scutellá, que luego de estar al frente de esa institución durante treinta años, le vendió el negocio a Jorge Díaz.
Siguiendo ese viejo dicho de que 'Dios está en todas partes pero atiende sólo en capital' en el año 2009, Díaz decidió trasladar el Museo a Buenos Aires. Se instaló en la turística zona de Tigre donde abre sus puertas de martes a domingo y cobra una entrada de 10 pesos a los visitantes.
Consultado sobre la posibilidad de instalar un museo similar en algún lugar de la provincia de Misiones, Díaz dijo “nos gustaría tener otro museo allá, teniendo en cuenta que es la cuna del mate y que su gente es la que más sabe sobre este noble cultivo”.
Luego agregó “en algún momento la idea madurará y tendremos otro museo en la tierra colorada porque es el lugar natural para este emprendimiento”.

Mates y termos, una reliquia
El Museo cuenta con más de 2 mil piezas de exposición, desde los primitivos mates usados por comunidades aborígenes y los de la época de la colonia del Virreinato del Río de la Plata hasta los más modernos fabricados en la actualidad.
En sus cinco salas, hay mates con cascabeles en su base, que se usaban antiguamente para avisar a la cebadora de mate que ya se había terminado de tomarlo “El oficio de cebar mate era un trabajo fundamental en la vida cotidiana de las familias de la alcurnia porteña” explicó Díaz a El Territorio.
El Museo tiene entre sus objetos más preciados “al primer termo de la historia que es del año 1907 de origen estadounidense, una yerbera de la época de las carretas, un mate montado sobre una cajita musical de plata boliviana y una lata de yerba marca Gardel del año 1936”.
Hay mates de todos los tamaños y modelos. De porcelana, de vidrio, de cristal, de calabaza y hasta de chocolate, que fueron hechos en la última Semana Santa para comercializarlos entre los visitantes. También bombillas, pavas, termos, yerberas y braseros.
“Más allá de lo novedoso que significa ver elementos tan antiguos, lo que nosotros tratamos de comunicar es que la costumbre de tomar mate no es una moda, sino una verdadera tradición nacional que formó parte de la cultura de los distintos momentos históricos de nuestro país” expresó a  Díaz.


El museo
• De martes a domingo 
En la zona de Tigre abre sus puertas de martes a domingo. La entrada cuesta 10 pesos.

• En exposición
Cuenta con más de 2 mil piezas, desde los usados por  aborígenes y los de la época de la colonia del Virreinato del Río de la Plata hasta los más modernos.


Mate Bar
La visita al Museo del Mate se puede hacer de manera individual o en forma grupal con guías que van contando cada una de las etapas del recorrido. También hay guías bilingües para los grupos de extranjeros, muchos de los cuales prueban el primer mate de su vida en este paseo.
"Recibimos muchos turistas de Europa y de Estados Unidos, que luego de recorrer el museo, se sientan en el Mate Bar y piden que se les sirva mate y que se les enseñe a degustarlo. Ellos se asombran de vernos tomar esta bebida con tanta naturalidad y quieren probar la experiencia" explicó Díaz.
Seguidamente dijo que "para nosotros hablar del mate es un verdadero orgullo, ya que a diferencia de otros países cuyas bebidas típicas son generalmente alcohólicas, nosotros tenemos un producto sano, económico, nutritivo y generador de buenos momentos".
Otra opción es hacer la mateada en el quincho, ubicado en el patio del Museo, que tiene la particularidad de tener un 'cielo de mates', pues en su techo hay colgado más de 500 mates de distintos tamaños, orígenes y tiempos.