Pantallas

Viernes 27 de marzo de 2015

Da la sensación que para algunas personas la vida pasa por lo que sucede dentro de una pantalla. Y con la masificación de los teléfonos inteligentes el fenómeno ya no es sólo parte de los reclamos familiares y de amigos porque no se integran a la charla y le dan más bolilla al teléfono, sino que llegan a un punto de representar un peligro para su propia vida.
Esto lo ha comprobado la Dirección de Tránsito de la Municipalidad de Posadas que en el marco de una campaña para mejorar el tránsito en la capital provincial concluyó que la infracción que más se repite de parte de los peatones es la de cruzar por el medio de la calzada enviando mensajes a través de los teléfonos celulares. Esto en el microcentro. En los barrios, donde las veredas no siempre existen, se repite la escena, pero esta vez es de gente que camina por el medio de la calle con toda la atención puesta en el celular. Si se le suma auriculares la posibilidad de reaccionar ante un peligro de accidente inminente es prácticamente nula (Pág. 6).
Pero a la hora de ser justos, el problema no sólo es de peatones, aunque este relevamiento los puntualice. El mismo fenómeno se repite en todo el tránsito en general. No sólo en los automovilistas que se pierden el verde de un semáforo escribiendo la última frase del Whatsapp, sino, y lo que es más peligroso, en conductores del transporte público (taxis, remises, colectivos y transporte escolar) que dividen su atención entre el cansancio del largo día y la pantalla.

Los especialistas en tránsito equiparan el comportamiento de un conductor que usa celular al de uno alcoholizado. Se estima que esta situación es responsable del 20 por ciento de los accidentes de tránsito en las ciudades.

Roberto Maack
Jefe de Redacción
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