Educar para recibir visitantes y mejorar la infraestructura

Domingo 9 de marzo de 2014

La deuda son los jóvenes. Las opciones educativas, la salida laboral. Y también el conocimiento del acervo cultural heredado. Loreto tiene un potencial no explotado en el turismo étnico-religioso y el flamante intendente afirma que buscará explotarlo.
Sebastián Torales es médico traumatólogo, tiene 32 años y terminó su residencia en Corrientes el mismo 10 de diciembre en que asumió el cargo. “Es un pueblo pobre en lo económico, aunque en historia y cultura somos ricos”, recalca.
“Se trabaja siempre respetando siempre a la gente mayor. No vengo de familia política. Corrientes es un pueblo conservador, su historia viene de los partidos tradicionales, liberalismo, autonomismo, Partido Nuevo; a nosotros, que venimos del justicialismo, nos cuesta. Después de 40 años un justicialista está llevando adelante los destinos de nuestro pueblo”, sostiene cuando se le pregunta cómo se es joven en una localidad con tanta historia.

La entrevista no puede obviar la distinción que recibió María Silvia Chapay.
Para el alcalde “todavía el pueblo en general no entendió lo que significa tener a la primera Patrimonio Histórico Vivo. Yo siendo electo estuve en la sesión de la Legislatura en la que hicieron el nombramiento. Es lindo tenerla con nosotros, se abren muchas puertas y siempre la estamos acompañando desde la Municipalidad”.
Una de las puertas que se abren es la llegada de visitantes.
“Está pensando trabajar en la promoción del patrimonio histórico para el turismo, nos falta infraestructura. Por eso queremos trabajar en la escuela, para que cualquier habitante de Loreto sepa la historia y la pueda transmitir a los visitantes, hoy hay mucho desconocimiento. Para nosotros es normal tener una capilla antigua, no le vemos la importancia, pero tiene una gran riqueza histórica”, sostuvo Torales.
Una de las decisiones para avanzar en tal sentido fue nombrar un director de Turismo y otro de Cultura, “para darles más énfasis”.
“Queremos hacer convenios con la Nación y la Provincia para los distintos programas de conservación de imágenes y demás. También trabajar con la escuela para que los chicos entiendan. Hoy se enseña poco y es uno de los retos que tenemos, que ellos conozcan sus raíces, con las clases, visitas guiadas…”, afirmó el funcionario.
Más allá de eso, “Loreto ofrece sus lagunas, la naturaleza, comidas típicas. Las playas son ideales para acampar, para pasar un día en familia, la tranquilidad que tienen es desestresante. Mucha gente de Misiones viene en verano”.
Esas lagunas son la Cañete, que es el balneario municipal, y la San Juan, que está en el ejido urbano del pueblo y es la más concurrida.
En cuanto al alojamiento, hay dos cabañas municipales en el balneario y algunos hospedajes privados, que totalizan unas 20 plazas.

Desafíos de gestión
“Queremos que Loreto crezca manteniendo su historia, sus costumbres. Estamos insertos en una provincia que no está desarrollada, depende de mucho del empleo público, cuesta inculcar la producción. Desde el Gobierno municipal tenemos que bajar los programas de agricultura y ganadería. Y para los jóvenes el plan Progresar, le podemos llegar al chico y convencerlo de que tiene posibilidades”, detalló el intendente.
La localidad tiene unos 4 mil habitantes contando los parajes Arroyo Balmaceda, Ita Paso y Bastidores.
Torales reconoció el déficit existente en los edificios escolares, principalmente en la escuela secundaria: “Este año entraron 50 chicos más y no había dónde meterlos, salían a dar clases abajo del árbol, eso es antipedagógico”.
Y siguiendo con la infraestructura, señaló que ahora con el ahora senador Mario Bofill “tenemos varios proyectos que presentó en la Legislatura”, entre los que se encuentra “tener un cajero automático, porque acá no contamos con ningún banco”.


El oro escondido y el gendarme con autorización oficial
LORETO, CORRIENTES. Tesoros hay de muchos tipos. Las personas pueden serlo. Las imágenes religiosas también. Pero los metales preciosos aparecen automáticamente en la imaginación cuando se evoca esa palabra.
Leyendas de supuestos tesoros escondidos, leyendas de barcos hundidos, de terratenientes avaros o de minas sin explorar son algunas opciones.
En estas tierras, jesuitas y aborígenes aparecen también en el combo. Si los guaraníes que huían de la aniquilación se llevaron sus artículos más preciados, entre ellos debería estar el oro, dando por sentado que lo tuvieran.
La historia en Loreto no se saldría de la frecuente configuración si durante la última dictadura militar no hubiera habido un intento de desenterrar el tesoro con autorización oficial.
Raúl “Coco” Rodríguez lo sostiene sin dudar: “Siempre comentaban que había oro cerca del cementerio, un día veo sobre un montículo de tierra que cae una nube como de fuego al lado de un árbol, la vi de cerca, y desapareció de golpe. No era el sol, me dijeron que podía ser un nido de loros, pero me hubiera dado cuenta”.
Este empleado municipal no recuerda la fecha del hecho más llamativo, pero asegura que fue durante el Gobierno de facto del general Juan Alberto Pita, por lo que debió ser entre 1981 y 1983.
“Un día aparece un señor del Chaco con una camioneta Estanciera llena de equipos, vino tres días a conversar conmigo hasta que me muestra sus papeles: era el comandante en jefe de la Gendarmería. Me dice ‘yo sé que vos viste ahí, vamos a ver’, yo lo acompañé, me mostró la autorización del gobernador Pita. Yo le mostré donde era pero le dije que no me iba a meter”, contó Rodríguez.
“Salió el dueño de casa -continuó relatando- y lo denunció. Entonces el gendarme fue a la comisaría, le hicieron probar los aparatos, pero le dijeron ‘no podemos hacer nada, porque el dueño no quiere’. El dueño de casa mandó después a cortar el árbol”.