Náufrago genovés X

Viernes 19 de septiembre de 2014

¡Leven anclas! hubiese ordenado el almirante desde la bitácora de la Santa María al enterarse de que ya casi no le quedan amarras en el parque Colón (su nuevo Puerto de Palos) detrás de la Casa Rosada porque finalmente se habilitó la mudanza, es decir la odisea a la costanera norte, pues se concretó ayer la última instancia legal que faltaba para que comience la cuenta regresiva, para que don Critóbal se vaya al río y Juana Azurduy llegue al parque.
Lo que hizo en definitiva ayer la legislatura porteña fue aprobar (estaba pendiente) el  convenio de colaboración entre la ciudad y el Poder Ejecutivo Nacional que establece los compromisos mutuos en la remoción. Por ejemplo se determinó que los gastos de traslado, restauración y emplazamiento serán cubiertos por el ejecutivo nacional, en tanto la Ciudad decidió la ubicación, el mantenimiento y custodia después del traslado. La ley fue aprobada por 41 votos positivos del PRO, el kirchnerismo y sus aliados, y otros partidos, mientras que votaron en contra Alejandro Bodart (MST), Javier Gentilini (PSur), Marcelo Ramal (FIT), Graciela Ocaña y Cristina García (CP), María Eugenia Estenssoro, Hernán Rossi y Juan Nosiglia (Suma+).
El traslado (de los 800 bloques hoy diseminados por el suelo) costaría unos 25 millones de pesos y casi cuatro meses de trabajo pero previamente habrá que reforzar el terreno con pilotes y una platea de hormigón lo estira el plazo a casi un año.

El viaje del náufrago comenzó en 2008 cuando la diputada kirchnerista Gabriela Alegre presentó su proyecto de ley y justificó el traslado porque la Dirección Nacional de Arquitectura había realizado estudios sobre su estado determinando que el riesgo estructural atentaba contra su estabilidad y se recomendaba su desmontaje para preservarlo. No se indicaba ´moverlo´ de su emplazamiento, idea que se le atribuye a Hugo Chávez. Aún queda una chance: está pendiente una decisión judicial acerca de las demandas planteadas por un grupo de vecinos para evitar el traslado.

Aguará-í