“La Argentina recibió a muchos criminales nazis”

Domingo 31 de marzo de 2013
Sergio Widder (Centro Simón Wiesenthal) | “Historiadores sostienen que la venida de jerarcas nazis era por un interés económico. Otros hablan de la búsqueda de cerebros o científicos”.
“Argentina fue uno de los destinos más buscados por los criminales nazis para refugiarse, después de la caída de (Adolf) Hitler. Ello porque acá gobernaba (Juan Domingo) Perón que les aseguraba cierta protección que no tenían en otros lugares del mundo”, explicó el director para América Latina del Centro Simón Wiesenthal, Sergio Widder.
El Territorio visitó la semana pasada la sede porteña del referido grupo internacional.
Se trata de una organización no gubernamental judía de derechos humanos creada en 1977 con el objetivo de que no quede impune la criminalidad nazi de la Segunda Guerra Mundial.
Allí entrevistó al licenciado Sergio Widder, para quien “no hay dudas que Argentina fue el destino de lo que denominamos “ruta de las ratas” que recorrieron desde Italia varios cientos de criminales nazis que eligieron a nuestro país para esconderse”.
Dentro de Argentina, los lugares elegidos por los nazis para instalarse fueron según Widder “la Patagonia, el norte del gran Buenos Aires, Córdoba y Misiones. Buscaban lugares en los que pudiesen pasar casi desapercibidos y en el caso de Misiones además tenían fronteras secas, que eso era muy importante para el caso que tengan que huir”.
El representante del Centro Simón Wiesenthal explicó: “esos acontecimientos sucedieron entre los años 1945 y 1955 y fueron el resultado de una política de puertas abiertas impulsada por el ex Presidente Juan Domingo Perón. No fue una apertura pasiva de Argentina hacia los nazis que escapaban, sino que también fue una búsqueda concreta para traer a nuestro territorio a determinados nazis”.

Tercera posición
El representante de la ONG israelita aseveró que “no creemos que Perón haya sido un admirador del Nacional-socialismo alemán. Pero sin dudas con su política de tercera posición, tomando distancia de los dos bloques que en ese momento iniciaron su confrontación de Guerra Fría, los grupos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan) liderado por Estados Unidos, y el Pacto de Varsovia encabezado por la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), propició la venida de muchos criminales nazis”.
Al referirse a la cantidad de nazis que llegaron a nuestro país a partir entre 1945, Widder analizó que “fueron miles los simpatizantes colaboracionistas y varios cientos de criminales”.   
A continuación, el referente advirtió: “los criminales nazis son aquellos hombres y mujeres que está probado que fueron parte de la comisión de delitos de lesa humanidad y no alcanza a cualquier integrante del Ejército alemán, sólo por ser parte de ese cuerpo”.
Además agregó: “siguiendo los pasos de Simón Wiesenthal no hacemos acusaciones genéricas, porque eso sería muy injusto para todo el pueblo alemán. Cuando hablamos de criminales es porque hay documentación y testimonios concretos en contra de esa persona como ejecutor o cómplice de persecución, tortura y muerte de seres humanos inocentes”.
El director para América Latina del Centro Simón Wiesenthal destacó que entre los objetivos de dicha institución se encuentra “el de contribuir para que los criminales de la Segunda Guerra Mundial rindan cuentas ante la justicia”. “Pero hoy en día nuestro trabajo en Buenos Aires está más dedicado a denunciar situaciones de intolerancia del presente, que no afectan solamente a la colectividad judía, sino también a otras minorías discriminadas”, finalizó.


Simón Wiesenthal
Nació el 31 de diciembre de 1908 en Buczacz, Polonia. Cuando ese país fue invadido por los alemanes en 1939, ejercía como arquitecto.
Estuvo preso en campos de concentración desde 1941 hasta 1945. Allí se comenzó a tener conocimiento de la muerte de unos seis millones de judíos y otras miles de víctimas del nazismo (homosexuales, gitanos,  discapacitados).
Se dedicó toda su vida a estudiar y recordar el Holocausto. Wiesenthal persiguió a quienes lo llevaron a cabo, actividad que lo convirtió en “el mayor cazador de nazis”.
Fue titular de la Asociación de Judíos Perseguidos por el Régimen Nazi y luego como director del Centro de Documentación Judía, que a partir de 1977 se llamó Centro Simón Wiesenthal. Su participación en la búsqueda y detención del antiguo oficial de las SS Adolf Eichmann en Buenos Aires está narrada en su libro “Yo cacé a Eichmann” (1961), en 1989 escribió el texto “Justicia no es venganza”.
El Centro de Documentación consiguió llevar a la Justicia a 1.100 criminales de guerra nazis. Murió el 20 de septiembre de 2005, en Viena.

Por Daniela Cortés
Corresponsal en Buenos Aires


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