Más de 100 militantes del PKK murieron en operación militar

Lunes 21 de diciembre de 2015
La Policía dispersó con balas de goma y gases lacrimógenos una protesta por la operación contra el PKK.
Más de 100 presuntos militantes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) murieron en los cinco últimos días en una importante operación militar en el sudeste de mayoría kurda de Turquía.
La operación, realizada conjuntamente por el Ejército y las fuerzas especiales de la Policía, dejó 102 muertos en las filas del PKK, según un balance proporcionado ayer por una fuente de seguridad local. Al menos dos soldados y cinco civiles también perdieron la vida en los enfrentamientos, agregó la fuente.
Unos 10 mil hombres, respaldados por carros de combate, fueron movilizados para esta ofensiva destinada a desalojar a los kurdos de los centros urbanos y que se concentra en dos ciudades cercanas a la frontera siria e iraquí, Cizre y Silopi. Un toque de queda rige en estas dos localidades.
Después de más de dos años de alto el fuego, el verano pasado estallaron combates entre las fuerzas de seguridad turcas y el PKK, que acabaron con las conversaciones de paz iniciadas a finales de 2012 para poner fin al conflicto, que dura desde 1984.
Los militantes del PKK, especialmente las jóvenes milicias del YDG-H (el Movimiento de los Patriotas Revolucionarios, próximo pero autónomo del PKK), aprovecharon los dos años de tregua para implantarse en las ciudades liberadas, cavando trincheras y levantando barricadas para impedir la entrada de las fuerzas de seguridad. La nueva estrategia paralizó estas ciudades.
Desplazándose de las tradicionales zonas rurales a las ciudades, los combates provocaron el éxodo de unas 200 mil personas, con consecuencias desastrosas para esta región. Su situación recuerda a la de la vecina Siria, enzarzada en una guerra civil, con casas, escuelas y hospitales destruidos. El Ministerio de Educación retiró a sus maestros de la zona y el año escolar se interrumpió abruptamente, al igual que los servicios sanitarios, que carecen de médicos. Fortalecido por la victoria de su partido en las elecciones legislativas del 1 de noviembre, el presidente islamo-conservador Recep Tayyip Erdogan reafirmó su voluntad de erradicar al PKK, y acusó al partido prokurdo HDP de estar conchabado con el movimiento armado.
El primer ministro, Ahmet Davutoglu, denunció por su parte ayer en Ankara un "intento de desencadenar una guerra civil" y anunció que las operaciones iban a continuar. "Estamos ante una organización bárbara que trata de instrumentalizar a los jóvenes para atentar contra la vida de la gente instalando estas barricadas", dijo.
En Van, un millar de manifestantes se congregaron en el centro de la ciudad para denunciar las operaciones antes de ser violentamente dispersados por la Policía con balas de goma y gases lacrimógenos.