“Esperar es tener la vida y eso es motivo de alegría”

Domingo 22 de noviembre de 2015

Francisco Castells asumió que la oportunidad de ver crecer a sus hijos le fue dada junto con la misión de ayudar a los que están en su misma condición. “Estuve cerca de morir tres veces cuando tuve ACV y coma de azúcar, en una oportunidad mi familia hasta llamó al sacerdote para que me dé la unción de los enfermos, le recé a Dios para que no me lleve todavía, que me deje estar con mis hijos que hoy día tienen 27 y 13 años”.
De aquella oración pasaron más de siete años, que son los que lleva recibiendo la diálisis cuatro horas, tres veces a la semana. “Si Dios me confió la vida es por algo y estoy convencido de que encontré el sentido en dar mi testimonio y mantenerme fuerte para poder llevar esperanza a otras personas que están en mi situación”.
Francisco forma parte de la asociación civil Compartir y desde ese lugar espera contribuir a promover una mejor calidad de vida para los pacientes en lista de espera para trasplante o que están trasplantados y toman medicación de por vida.

“Algunas personas no viven en las condiciones sanitarias apropiadas, otro problema es la discriminación laboral, esas son problemáticas que queremos visibilizar y poder hacer llegar a las autoridades para que nos convoquen y puedan escuchar lo que pasamos”.
Al mismo tiempo, expresó que la legislación contempla la cobertura de las personas en espera para trasplante pero que en lo cotidiano “se puede hacer más para que nadie en estas condiciones pase por necesidades”.
Francisco estará hoy junto con sus compañeros de Compartir en las escuelas para concientizar sobre la donación de órganos y a la vez, sobre la importancia de cambiar hábitos de vida que enferman como comer sal en exceso o consumir productos con muchos conservantes.
“Hay jóvenes en la lista de espera y eso tiene que ver con los malos hábitos alimenticios, queremos las personas sepan que hay que cuidarse, estas enfermedades son evitables, yo eso no lo sabía me tuvo que pasar para enterarme y ahora quiero prevenir para que no pase más”.
En estos siete años en que Francisco se enteró de que su riñón dejó de funcionar y entró a lista de espera aprendió que la fe y los afectos son abrazos.
“Yo me abracé a vivir por mis hijos y otras personas que están enfermas y están solas también necesitan un oído, una mano que los acompañe y la asociación se fundó para que nadie sienta soledad”.
El hombre jugó al fútbol en la liga local en Guaraní, fue viajante por años y luego se dedicó a la venta de ganado. “Caí tantas veces del caballo, anduve tanto que uno encuentra la fuerza para levantarse, igual que cuando caía al suelo, hoy me levanto todos los días agradecido y con ganas de salir adelante”.
Con la idea de transmitir esta esperanza y colaborar en lo posible conoció al grupo de personas que hoy se fortalece en el proyecto de la organización civil. “El mensaje es no perder la alegría,  si esperamos es porque estamos vivos”.  
Ramón Díaz Leal y Aldino Rodríguez superaron la prueba de la espera, estos hombres ofrecieron sus relatos de los días en que se enfrentaron con la noticia de que su salud estaba en riesgo.
“Esos días no te olvidás, pero tampoco tiene que ser algo que atormente, puede ser algo mucho mejor si se rescata lo positivo y ese optimismo puede ayudar a otros”, dijo Aldino que conversó con El Territorio en el Cucaimis, ahí invitó a todos a interesarse en el tema de la donación de órganos y aseguró que para las generaciones futuras donar será un acto común sin perder la grandeza. 
Ramón Díaz Leal (54) recuperó la sonrisa apenas pudo incorporarse de su operación de trasplante hepático, “una hora después de despertar ya estaba hablando y recuperé mi color normal eso me puso muy feliz”, recordó el óptico que imprime optimismo para enfrentar las adversidades.
“Si tengo que contar cómo atravesé toda mi enfermedad hasta que recibí el trasplante, no me puedo quejar”, hace memoria.
  En 2010, fue intervenido en el Hospital Británico de Buenos Aires, donde le realizaron un trasplante de hígado, después de cinco años de tratamiento.
“En lista de espera estuve 20 días, eso en términos de estar esa situación es nada, porque hay personas que esperan años y que no lograr la posibilidad de un trasplante y a mí me tocó muy rápido y me siento bendecido”.
Aunque Ramón lo pone en un cuento sencillo, su cuadro fue de  alta complejidad y su familia temía por su recuperación, “estaba completamente amarillo porque la bilirrubina tenía valores descontrolados y a las dos horas de la operación me veía igual que antes y a los diez días estaba de alta en la calle, entonces tengo que decir que sí se puede”.
De esas horas en que todo era preocupación él rescata que lo tomó como un trámite, “cuando estás enfermo te aferrás a la vida porque nadie quiere morirse, por eso se saca fuerzas del interior de cada uno y de tu entorno y seguís adelante, no importa el dolor, no importa nada, sólo la vida, es ese el aprendizaje que gané”.

Stefy espera que Montecarlo la acompañe

Stefania Vier viaja el miércoles a Buenos Aires para realizarse un nuevo control en la Fundación Favaloro, pero hoy estará con los vecinos de Montecarlo dando su testimonio sobre la importancia de donar los órganos.
En el Instituto Madre Teresa Michel en el marco de las elecciones se sumará al Cucaimis para inscribir a quienes se sumen al compromiso de donar.
“Las elecciones pasadas no vi información sobre el tema en las escuelas y me propuse que sí haya”.
Relató que “hay muchos miedos y mitos, no se conoce la Ley de Donante, la idea es generar más conciencia, yo vivo gracias a la donación de órganos”.
Stefy espera que más personas se sumen a esta cruzada y propone trabar en Montecarlo en esta temática.
El Samic de Eldorado le facilitó folletería.
Stefy fue intervenida para un trasplante de corazón en mayo pasado en Buenos Aires.



Por Silvia Godoy
silviaedithgodoy@gmail.com