Medir las consecuencias

Martes 5 de mayo de 2015
La muerte de Gladis Mabel González y Yanina Claribel Galarza, atropelladas en la ex ruta 213 por un vehículo que circulaba a alta velocidad y cuyo conductor dio positivo a las pruebas de alcoholemia, conmocionó a la opinión pública. Pero además cambió de manera irremediable la vida de sus seres queridos.
Marcelo Leguizamón perdió a su compañera (Página 6) pero además debió dejar su trabajo como albañil en Eldorado para hacerse cargo de las cuatro niñas de entre 4 y 12 años de edad que perdieron a su madre. Sus días no son fáciles. Marcelo hace changas y los fines de semana venden locro entre los vecinos. Reciben ayuda comunitaria e institucional. Pero conmueve su pedido a la comunidad: solicita un trabajo para poder sacar adelante a sus hijas. Tampoco oculta que teme que no se haga justicia por la muerte de su mujer.
Una nueva ordenanza rige en Posadas y establece penas más duras para los conductores que superen los límites permitidos en los controles de alcoholemia. Además suma a las sanciones tradicionales, las comunitarias. La normativa surgió justamente después del polémico accidente que le costó la vida a Gladis y Yanina. Una de las propuestas que se estudia implementar es llevar a los infractores a visitar a los lesionados en colisiones de tránsito. Quizás tomar conciencia de ese dolor, como el que dejó la partida de Gladis y que se replica en cada familia que perdió seres queridos en accidentes, lleve a medir las terribles consecuencias que puede tener la imprudencia o la temeridad al volante.

María Marta Fierro
Prosecretaria de Redacción
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