Vender carne asada, la otra alternativa para muchos

Domingo 10 de agosto de 2014
Sin descanso. | Durante la semana ayuda a su mujer, que también trabaja, y los fines de semana está en la parrilla.

Las alternativas para obtener ingresos extras para quienes cuentan con un trabajo estable son muchas. Pero una de las que más se nota en las calles de la capital provincial es la de vender carne asada en distintas avenidas de la ciudad.
La expansión de las parrillas en la vía pública obedece sin dudas a la gran necesidad de muchos empleados estatales o privados de engordar el sueldo, que ante el escenario inflacionario, queda cada vez más corto para llegar a los últimos días de cada mes.
Gabriel Pereyra estudia antropología social y es técnico electricista, pero desde hace alrededor de un año no tuvo otra alternativa para ayudar a su mujer y a su familia que vender asado y galeto en una parrilla móvil.

“Me cuesta conseguir trabajo como técnico electricista, y como también mi mujer trabaja, me dedico a cuidar a los chicos”, dijo Gabriel, mientras preparaba los 45 pollos que puso a la parrilla en el puesto que tiene en la esquina de las avenidas Urquiza y San Martín.
“Yo sé que esto no es para siempre, esto es comida para hoy y hambre para mañana, pero por ahora prefiero estudiar y luego dedicarme a mi oficio”, se esperanzó el estudiante de antropología que debe esforzarse para no quedarse con ningún kilo de carne sin vender. “Lo que no vendo, es pérdida para mí, pero sí, la gente me compra, ya me conocen y los sábados generalmente son los días que más vendo, o vendo todo lo que pongo al fuego”.
Vender productos cárnicos a la parrilla en la vía pública está prohibido por ordenanza municipal y es una constante pelea que debe enfrentar Gabriel y las demás personas que por varios factores  se dedican a la venta de comida en la calle.
"A mi no hace mucho que me sacaron mi parrilla y después de recorrer varias áreas de la Municipalidad, finalmente me autorizaron a recuperar mi elemento principal de trabajo, que estaba en el corralón, acá enfrente (por la esquina de San Martín y Urquiza). No me hicieron una multa, en realidad tampoco me dijeron que no vuelva más, y además me dieron un carné sanitario...", explicó algo confundido Gabriel Pereyra, que cuenta con la ayuda de amigos y familiares para ofrecer además de pollos, costillas vacunas y de cerdo (y galeto), empanadas y sopa paraguaya.
"Hay muchas personas que buscan otra salida económica con esto, mi concuñado también tiene un puesto acá cerca y él aprendió mi receta", dijo entre risas, pero rápidamente volvió sobre la relación que hay con las autoridades de la Municipalidad. "Ahora creo que tendrán que venir las inspecciones sanitarias, que es otra área, pero bueno, seguimos trabajando y todo suma y sirve", reflexionó Gabriel, que utiliza un atuendo acorde a su dedicación gastronómica callejera, en la que también está bastante organizado para con los clientes, al entregar números para que no se produzcan esperas masivas cerca de la avenida.
"Me dijeron las autoridades con las que hablé en la Muncipalidad que en Posadas hay más de 190 parrillas como la mía y que ya levantaron algunas... No sé si fue una advertencia o qué, pero después de tantos trámites, pude volver con lo mío".
Gabriel está en su puesto todos los sábados y domingos, y también los feriados.