El ojo de internet que espía la vida de la gente

Domingo 4 de agosto de 2013

“En Argentina todavía estamos verdes en cuestión de concientización social sobre la circulación de información personal en internet, por eso tenemos que madurar para ser una sociedad responsable en el uso de las nuevas tecnologías y aprender a evitar abusos o delitos que forman parte de la ingeniería social”, señaló a El Territorio el coordinador del programa nacional ‘Con vos en la Web’ del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, Ezequiel Passeron.
Seguidamente el funcionario nacional explicó que la ingeniería social es “la manipulación de las personas para que voluntariamente realicen actos que normalmente no harían. Generalmente engañan a la gente para obtener información sensible como contraseñas, números de cuentas bancarias, direcciones o códigos de tarjetas de crédito”.
Passeron  dijo que el programa ‘Con vos en la Web’ funciona desde agosto del año pasado baja la órbita de los Ministerios de Educación y de Justicia y Derechos Humanos de la Nación. Y que el próximo 22 de agosto estarán en la ciudad de Posadas brindando una serie de charlas sobre el uso responsable de internet.

“Mucha gente no sabe que cuando hace una compra ‘on line’ -por internet-  o se suscribe a algún sitio donde deja sus datos personales, tales como el nombre, la dirección, profesión y número de documento, es posible que luego esa información migre hacia sucesivos bancos de datos, que son reservorios de referencias, que en manos de delincuentes, les pueden ocasionar más que un dolor de cabeza”, explicó.
Así como nadie dejaría entrar un extraño a su casa para que conozca todos los detalles del hogar, tampoco se deberían descuidar los datos personales en la red Internet porque se trata de información privada que puede ser usada ilegalmente. “En el año que llevamos de trabajo, notamos un incremento en las consultas que hace la gente para saber cómo pueden evitar que tal o cual compañía tenga datos su vida privada”, agregó Passeron.
En materia legislativa, en nuestro país rige la Ley 25.326 de Protección de Datos Personales, que fue sancionada en el año 2001, cuyo objetivo es proteger el honor y la privacidad de todos los ciudadanos. Esta ley brinda protección integral de todos los datos personales asentados en archivos, registros u otros medios técnicos, tanto públicos como privados, destinados a dar informes.
Pero como dice el refrán ‘hecha la ley, hecha la trampa’ porque a pesar de lo que establece la legislación argentina, hay empresas que ocupan ilegalmente diversos bancos de datos que contienen información personal de mucha gente, que ni siquiera sabe que otros conocen demasiado acerca de su vida: dónde vive, con quién, dónde trabaja, cuánto gana y qué consume.
“Por ese motivo, es necesario aclarar que los datos personales son propiedad de cada individuo y  que quienes en algún momento los reciben, no pueden usarlos como quieran” expresó el funcionario del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos e la Nación que en un par de semanas estará brindando conferencias en la tierra colorada para difundir esta cuestión.

La información vale oro
“Un analfabeto será aquel que no sepa dónde ir a buscar la información que requiere en un momento dado para resolver una problemática concreta. La persona formada no lo será a base de conocimientos inamovibles que posea en su mente, sino en función de sus capacidades para conocer lo que precise en cada momento” destacó en su libro ‘ La Tercera Ola, el escritor estadounidense Alvin Toffler, que fue uno de los pioneros en advertir el gran valor de la información.
Actualmente las empresas trabajan incansablemente por conocer los detalles mas mínimos de sus clientes para satisfacer sus expectativas ofreciéndoles nuevos productos o servicios. Por eso no es raro que la información personal esté en más de una base de datos. Las principales empresas del mundo invierten millones en conocer la vida de sus clientes. Necesitan saber qué comen, qué leen, dónde pasan las vacaciones y qué ropa usan para poder seguir haciendo buenos negocios.
El manejo de esta información, las obligaciones de quienes la administran y los derechos de quienes suministran está contenido en la Ley 25.326, que además advierte que quienes estén dispuestos a realizar tratamiento de los datos personales deben contar con una autorización previa, expresa e informada de los titulares, con excepciones legales.
Pero según advirtió Passeron “la mayoría de la gente todavía no tiene real dimensión del valor que tiene sus propios datos personales y por eso a veces en forma voluntaria los deja en sitios poco seguros de Internet o inclusive en redes muy populares como Facebook o Twitter. Y esa información puede luego propagarse infinitas veces hacia los mas recónditos sitios”.

¿Quién podrá defendernos?
El organismo oficial que debe velar por la protección de los datos personales y la privacidad de las personas es la Dirección Nacional de Protección de Datos Personales, que funciona en el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación. Este organismo oficial es el encargado de controlar que se cumpla la Ley 25.326. Entre las funciones que la normativa le asigna se encuentra la de asistir y asesorar a las personas que lo requieran acerca de los alcances de la protección de sus datos personales y los medios legales de que disponen para la defensa de sus derechos. También puede imponer sanciones por violaciones a la mencionada ley nacional. 
Las oficinas de la Dirección Nacional de Protección de Datos Personales se encuentra  en  el quinto piso de la calle Sarmiento  1118 de la ciudad de Buenos Aires, con teléfono (011) 4383 8512 . También se la puede consultar mandando un correo electrónico a: infodnpdp@jus.gov.ar
Desde esas oficinas, Passeron explicó que “cuando recibimos una queja por parte de alguna persona que quiere rectificar su situación en alguna base de datos iniciamos el expediente para lograrlo. Pero las dificultades se nos plantean cuando se trata de empresas que no son argentinas como Facebook, porque nos responden que el servidor no está en territorio nacional y ahí comienza a dificultarse cualquier tipo de defensa del ciudadanos argentino”.

La huella digital en internet
Así como en la investigación forense se detectan todas las huellas de una persona que estuvo en el lugar donde se cometió un delito, también en internet se puede averiguar por qué sitios anduvo un usuario, a qué hora y día, con quien se comunicó, que es los que decían los mensajes y muchísima información más que queda registrada como una especie de camino por donde navegó esa persona.
Ese camino se nutre con toda la información que el usuario o terceros publicaron sobre su vida. “Básicamente existen tres formas de publicar datos en internet: en primer lugar están los datos personales que los usuarios entregan voluntariamente a las redes sociales o en las compras on line. En segundo lugar están los datos publicados por terceros. Y finalmente están los datos de navegación y de comportamiento en la red que es el camino que por las distintas páginas  que hace la persona y que queda registrado en las ‘cookies’ que es  la galleta informática que permite que cada uno de esos sitios sepa la actividad que realiza el usuario en internet”, explicó.
Uso ilegal de tatos personales”
“Los argentinos vivimos una situación de terribles abusos de nuestros datos personales, porque esa información circula ilegalmente en el espacio virtual sin nuestro consentimiento”, advirtió a El  Territorio la abogada Matilde Martínez, que es especialista protección de datos y privacidad.
Paralelamente, la profesional explicó que “está a la orden del día la publicidad no solicitada tanto por correo electrónico como por llamadas telefónicas de marketing y ventas no consentidas, a lo que ahora en campaña electoral se suman la de políticos y las llamadas de asociaciones de bien público con la voz grabada de algún galán famoso”.
Según la doctora Martínez, sus dichos son fáciles de comprobar. “Sólo es cuestión de citar nuestro número de documento de identidad en cualquier buscador y no dejará de sorprendernos toda la información personal que de forma ilegal nos arrojará el sistema. Y lo terrible es que ese mismo mecanismo lo puede hacer cualquier persona que quiera averiguar algo sobre nosotros”.
Según la abogada especialista en protección de datos, la mayoría de las consultas que recibe en su estudio jurídico “provienen del ámbito financiero porque esa es nuestra actividad específica. Se trata de usuarios afectados por la mala calidad de esos datos personales que circulaban ilegalmente por internet. Pueden ser datos desactualizados, erróneos o inclusive homónimos. Es decir dos personas diferentes confundidas en un mismo dato personal”.
A juicio de la profesional, esta violación de derechos que sucede en el mundo virtual pero que tiene consecuencias concretas en la vida real de cualquier persona, ocurre porque no se aplica como corresponde las leyes vigentes. En ese sentido, recordó que la protección de los datos personales en nuestro país se originó en la reforma de la Constitución Nacional del año 1994, con la incorporación del instituto del hábeas data que estableció que ‘toda persona podrá interponer esta acción para tomar conocimiento de los datos a ella referidos y de su finalidad, que consten en registros o bancos de datos públicos o privados, destinados a proveer informes, y en caso de falsedad o discriminación, para exigir la supresión, rectificación, confidencialidad o actualización de aquéllos’.
Seguidamente destacó que esa garantía constitucional esta desarrollada en la Ley 25.326 de protección de los datos personales.

Peligros y consejos
La abogada Martínez explicó que “cuando los usuarios navegan por internet van dejando información sobre sus intereses, gustos, necesidades y lo mismo ocurre en las redes sociales, como por ejemplo Facebook, donde la gente voluntariamente proporciona datos personales”.
Luego destacó que “ cuanto mayor sea la interacción  del usuario con esa red social, más preciso será el perfil al momento de que alguien le quiera ofrecer algún producto o servicio porque esa empresa conocerá los hábitos y gustos del usuario”.
Pero esa información también puede ser utilizada por terceros con fines distintos a los comerciales. En ese sentido, la abogada Martínez explicó que “esa información tan precisa que dejamos en internet puede ser tomada para delitos como la usurpación de identidad, secuestros, robos, ataques a la integridad física, acoso sexual o nos puede hacer perder el empleo o posibilidades de trabajo”.
Al momento de aconsejar a sus clientes para evitar estos peligros, la doctora Martínez señaló que “lo principal es ser muy prudentes en el uso de internet y principalmente en las redes sociales. Los usuarios deben recordar no poner en línea información y fotografías sobre otras personas sin el consentimiento de éstas, pues pueden perjudicar su derecho a la intimidad y a la protección de sus datos personales.”
Finalmente, Martínez destacó que “en la vida virtual se deben tomar los mismos recaudos que se toman en la vida real. Y esta es la premisa que hay que tratar de difundir en la sociedad para evitar todo tipo de abuso. Todos y cada uno de los datos que subimos a Internet podría ser usado en nuestra contra. Por eso la clave es la responsabilidad en el uso de internet”.

Cómo manejar los datos
El "Manual de Datos Personales y Nuevas Tecnologías" es un documento que brinda apoyo a la tarea y al desarrollo del docente en el uso de las Tics en las aulas.
El referido proyecto cuenta con el apoyo del Minsterio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación.
Ese material complementa el desarrollo profesional de los docentes y también promueve la formación de los alumnos en el uso responsable de las Tics mediante contenidos pedagógicos y tecnológicos.
Entre la información contenida en el manual se pueden encontrar, entre otras cuestiones,  sugerencias didácticas e información general sobre buenas prácticas del uso de las Tics.
Además de temas vinculados a la cómo manejar la privacidad de los datos personales y los derechos que poseen todos los ciudadanos en internet.