Sospechan que policías mataron a golpes a un changarín en Guaraní

Martes 3 de marzo de 2015
Dudas. | El certificado de defunción consigna muerte por “paro cardiorrespiratorio” producto de una “enfermedad”.

El certificado de defunción firmado por el médico de la Unidad Regional II de Policía indica muerte por “paro cardiorrespiratorio” producto de una “enfermedad”, lo que contrasta dramáticamente con la opinión de la familia de Antonio Lloret (25), quien falleció el último viernes tras agonizar varios días, presumiblemente por una golpiza que habría sufrido el martes pasado.
Según Ricardo (22), hermano de la víctima, al confirmarse el deceso, la Policía presionó a la familia para que no insistan con la realización de la autopsia, al punto que los habrían forzado para apurar el velatorio que se realizó en la casa de un familiar.
“Queríamos velarle en la iglesia, pero los policías de Guaraní nos dijeron que no, que así nomás había que velarle y enterrarle rápido. Cuando estaba el médico les dijimos para hacer la autopsia, pero nos contestaron que era mucho lío, puro papeleo y que no nos convenía. Dijeron que lo mejor era dejar todo así”, aseguró.

Tras denunciar ayer ante la Fiscalía de Instrucción Uno la presunta responsabilidad policial en el homicidio, Ricardo Lloret charló con El Territorio y detalló las últimas horas de su hermano y las circunstancias que rodearon su deceso.
“Sospechamos que estaba muy amenazado por los policías, porque contó que eran tres que le patearon con las botas. Dijo que le pateaban por todo el cuerpo, le levantaban y le empujaban contra los hierros del arco (de acceso a Guaraní). Le rompieron toda la ropa y 30 pesos que había pedido prestados para viajar a Oberá. Dijo que rompieron y le tiraron la plata en la cara”, comentó Ricardo, minutos después de abandonar la sede judicial.
El hecho habría ocurrido el martes, alrededor de las 19, cuando Antonio aguardaba el colectivo para viajar a Oberá, donde el miércoles tenía pensado comenzar a trabajar en la olería de un conocido.
Según la denuncia, casi a la medianoche del mismo día, una comisión policial de la comisaría de Guaraní trasladó al herido hasta la casa de su hermano, donde residía, en Villa Sommer.
“Los policías le venían cagando a pedos, le gritaban y le tiraron en el patio. Le rompieron una pierna a patadas, le sacaron dos dientes y estaba todo hinchado. Cuando le preguntábamos quiénes le hicieron eso él sólo decía que eran tres y que le patearon con las botas, y que se callara. Tenía mucho miedo de las amenazas. Mi hermano no sabía leer ni escribir, era changarín y pensaron que nadie iba a reclamar por él. Para mí, la Policía le molió a palos, por eso quiero que se investigue y que hagan la autopsia como corresponde. Ni un perro se merece morir así”, subrayó el hermano.

Reclaman la autopsia
Además, contó que semanas atrás Antonio estuvo detenido como sospechoso de tener un arma de fuego sin registrar, lo que no pudieron comprobar y recuperó la libertad.
Una cuñada, por su parte, señaló que luego de la golpiza el muchacho no se podía levantar y sufría terribles dolores. “Llamamos a la ambulancia y dijeron que estaban ocupados, y en la Policía que no tenían combustible. Entonces fuimos hasta el destacamento de Villa Industrial y vino un policía conocido. Él le llevó en su auto al hospital, pero allá dijeron que no había cama y le mandaron a la casa. Volvió a las cuatro de la tarde y a las seis murió vomitando sangre y caca”, graficó la cuñada.
Ante el deceso, una comisión de la comisaría de Guaraní arribó al lugar con el médico policial que suscribió el certificado de defunción. En su detalle, el profesional dejó en blanco el recuadro destinado a un caso de muerte violenta.
Por lo observado a simple vista, la familia consideró que el médico debería haber realizado un examen más exhaustivo al cuerpo del fallecido, ya que presentaba múltiples hematomas y excoriaciones. Perdió dientes, tenía una pierna fracturada y estaba muy hinchado, lo que contradice la descripción de muerte por “enfermedad”.
“Estaban tan apurados que anotaron mal la fecha de nacimiento y la edad de Antonio. Nos dijeron que nos dejemos de joder con autopsia, que eso sólo es para líos y que cuesta plata. Ni nos dejaron que le velemos en la iglesia, todo a las apuradas como queriendo tapar las cosas”, lamentaron. 
En tanto, desde la Policía dejaron trascender la versión de que Lloret sufrió un accidente al caérsele un árbol encima, lo que fue desmentido por la familia. Tampoco desde el área prensa dieron a conocer detalles de la intervención de los uniformados en un deceso al menos dudoso por las circunstancias descriptas.
“El jueves cumplió 25 años y el viernes murió. Era sano y es mentira que se le cayó un árbol. Queremos que hagan la autopsia y que los responsables paguen”, subrayaron sus familiares.

El recuerdo de Wasyluk
El caso de Lloret trajo a la luz el homicidio de Hugo Wasyluk (38), quien el 27 de abril del 2011 fue hallado muerto en una celda de la Seccional Primera.
A consecuencia de ello, trece policías -incluido el médico de la fuerza- fueron procesados por los delitos de “tortura seguida de muerte, omisión de denuncia de torturas e incumplimiento de los deberes de funcionario público”. Se estima que a mediados de este año se realizará el juicio oral y público por este último hecho.