Paraguay: desalojo de sin tierras dejó 16 muertos y 80 heridos

Sábado 16 de junio de 2012
Violentos enfrentamientos en Curuguaty, 250 kilómetros al Noreste de Asunción, dejaron ayer un saldo parcial de siete policías y nueve campesinos muertos, durante el desalojo de campesinos sin tierra que ocupaban una finca.
La propiedad de Blas Riquelme, empresario supermercadista, está en una región ocupada en gran parte por los llamados “brasiguayos”, prósperos productores de soja brasileños, instalados desde hace 40 años en las tierras más fértiles del país, en la cuenca del río Paraná, en la zona fronteriza de Paraguay con Argentina y Brasil.
“Hay siete bajas en el lado de la Policía y por lo menos nueve entre los ocupantes”, dijo el ministro del Interior Carlos Filizzola en rueda de prensa en la residencia presidencial, antes de ser destituído.
“Sentimos la pérdida de efectivos policiales”, indicó Filizzola, quien situó en unos 80 el número de heridos y dijo que “ya la Policía controló la situación”.
Agregó que “no tenemos información de que esto tenga vinculación con guerrilleros del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP)”, un grupo armado clandestino que opera en el Norte del país, y al que se le atribuyen ataques a comisarías y el robo de sus armas.
El enfrentamiento se produjo entre unos 150 ocupantes y 300 policías, explicó el ministro, quien indicó que los disparos fueron iniciados por los campesinos.
Los policías muertos recibieron disparos de armas largas, ametralladoras ejecutadas en lo que presume fue una emboscada. Los siete uniformados recibieron balas en la cabeza, cuello y tórax, en forma de ráfagas.
“Hubo disparos de parte de ellos, la Policía tuvo que responder”, subrayó, y agregó que “se actuó en base a una orden judicial, como la ley manda. Sabíamos que había armas, sobre todo rifles, escopetas y armas cortas. Por eso enviamos al lugar a 300 efectivos para cumplir con el desalojo”, explicó.
Relató que cuando los jefes policiales fueron a negociar con los líderes campesinos, “fueron recibidos a balazos”, momento en que se registraron las bajas. Agregó que los agentes, salvo los jerarcas, no llevaron sus armas de fuego, sólo cachiporras, escudos y uniformados con armas para balines de goma.
Walter Gómez, comisario jefe de investigaciones de Canindeyú (departamento cuya capital es Curuguaty) dijo que “los campesinos tenían armas de grueso calibre, fusiles M16 y con un excelente manejo de los mismos”, enfatizó. “Ellos dispararon directamente a matar sobre nosotros”, explicó en tono dramático. “En minutos los policías cayeron víctima de los balazos”, subrayó.
Las balas que provinieron de los ocupantes perforaron los chalecos antibalas, lo que hace presumir a los investigadores que las armas son de uso militar. Gómez dijo que los heridos fueron inmediatamente evacuados en los helicópteros policiales, que también recibieron proyectiles durante el ascenso.
Los ocupantes del terreno, una reserva natural propiedad de Riquelme, se dispersaron y se internaron en una zona boscosa, pero fueron rodeados por la fuerza, donde hasta anoche permanecían mientras se aproximaban más efectivos milatares.

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