Uno de los prófugos de la estafa en la venta de motos, rompió el silencio

Domingo 16 de octubre de 2011
Javier Ernesto Tessari, uno de los buscados por el juez de Instrucción Penal 2, César Yaya, en la causa que investiga una posible asociación ilícita para estafar a compradores de motocicletas, decidió hablar con El Territorio, para dar su versión del hecho del que considera ser “totalmente inocente” y “que está armado” para perjudicarlo no sólo a él, también a los restantes prófugos Damián Lamperti y la empresaria paraguaya Silvana Corbalán Duarte, los presuntos eslabones principales de la cadena delictiva.
“Me vinculan con las agencias Ciudad Motor y Moto Mundo (las dos allanadas por Yaya y clausuradas) porque quieren armar una asociación ilícita trucha nunca pise ninguno de esos negocios”, aseguró Tessari, quien seguiría fuera del país, y aceptó entrevistarse, pero aclaró que buscando limpiar su nombre y el “de la gente vinculada a esto, porque es gente de trabajo, que se rompía el lomo laburando”.
Tessari sospecha que su vinculación en la causa estaría “armada”, que esto le “puede pasar a cualquiera en Posadas, porque hacen lo que quieren con la Justicia, la usan a su favor y cuando les molesta alguien, lo tumban”, en referencia a que sectores relacionados al comercio de motocicletas impulsaron la caída de los negocios de Lamperti y Corbalán. “La denuncia con la que se origina la causa Aldana, es por una supuesta estafa de Posada Bikes SRL. Aldana había denunciado que lo estafaron ya que él realizó una seña de mil pesos en Posadas Bikes y no le dieron la moto. En el expediente están las pruebas con firma de Aldana. El recibo decía ‘seña’ pero no sólo el recibo, además firmó una solicitud donde decía claramente que de desistir de la operación perdía la seña, o sea, cómo puede avanzar la causa si hay pruebas que el comprador sabía que era una seña firmada por é mismo. Aparte, una estafa por una seña es (del fuero) Civil no Penal”.
“Por otro lado, desde 2007 a principios de 2009 se vendían motos a ‘cuatro manos’, muchos iban y señaban (los rodados) después se arrepentían y querían romper el contrato, la gran mayoría de la gente que compra motos eso lo comprobé en los dos meses que estuve trabajando en Posadas Bikes, no entiende que si firma un contrato o una solicitud tiene derecho y obligaciones, a mi me pasó en una oportunidad vino un albañil a comprar una moto al contado, se la llevó de mañana con todo como corresponde (documentación), a la mujer no le gusto y al otro día volvió queriendo cambiar la moto toda embarrada y ya usada, le explique que no se podía me empezó a amenazar y a gritar ‘chorro’”.
Tessari no niega que conoce a Lamperti y Corbalán, pero que mantiene una relación de amistad con la pareja iniciada con “Damián hace un  par de años en Club Selecta, un centro de estética en Posadas de su propiedad (…) de ahí por mejores opciones laborales trabajé en otras cosas, pero seguí en contacto con él, no comercialmente. Después abre una agencia de motos chiquitita que empezó con promociones en la plaza con dos motos. Se llamaba Posadas Bikes (La Rioja entre Félix de Azara y Colón de Posadas) y a fines de 2009 me dijo que quería vender su parte porque como estaba trabajando en otro proyecto no le alcanzaba el tiempo. Lo ayudé dos meses, pero se habían caído los créditos para motos y ya no era buen negocio, por esa razón, vendió su parte y se fue a vivir a Paraguay. Cuando volvió estaba casado con una chica de familia muy honesta y trabajadora, él estaba haciendo un asesoramiento en marketing a una universidad paraguaya mientras tanto. Su señora tenía unos ahorritos y compró diez motos y le dio a la agencia Ciudad Motor para que se las venda porque ella no sabía nada del rubro, mas que nada lo hizo como inversión. Yo solía juntarme a comer asado con ellos y me contaba que fue comprando más motos con la ganancia, ella no tenía nada que ver con los clientes, sólo entregaba las motos en consignación tenía un contrato certificado por escribano, según me dijo en una oportunidad. Lo único que recibía el cliente de ella, por razones de inscripción en el Registro de la Propiedad Automotor, eran los formularios de compra a la fábrica, eso hacen también las agencias de autos, es totalmente legal”.
En su defensa de la empresaria, que podría ser la cabeza de una estafa cuya magnitud superaría los 4 millones de pesos, no se guardó detalles: “Ella (Silvana Corbalán) tuvo un bebé hace poco y le pidió a su marido que la ayude a controlar las ventas de las motos. Él cuando estaba en Posadas visitaba los locales para ver que no se entreguen motos no pagadas y a buscar los datos para los formularios (que les debían entregar los vendedores César Nieto y Daniel Alegre, Moto Mundo y Ciudad Motor, respectivamente). Ellos no tenían nada que ver con las agencias, ni los locales, empleados, habilitaciones, nada de eso  era de ellos".
“Después me entero que allanan Ciudad Motor y la vinculan como cabecilla, me pregunto ¿Mientras le daba la teta al hijo planificaba sus fechorías? (se ríe) ¡Qué barbaridad lo que se inventa! Me vinculan a mi con Nieto que no lo conozco y con las agencias con las cuales nunca tuve relación comercial, jamás, realmente es una barbaridad me partió el alma escucharla llorando junto a su bebé cuando la llamé”.
Tessari niega toda vinculación, pero también especula con “que acá hay intereses de alguien en Defensa del Consumidor y de la competencia (venta de motos) que tiene mucho peso, no me quedan ni una duda que es así. Resulta que le allanan la casa a Silvana sin que este imputada y con un pequeño bebé, realmente algo impensable y antijurídico totalmente”.
También afirmó como falaz la información de que Lamperti y Corbalán “tenían las motos escondidas. Las tenían en un depósito, que como eran pocas entraban en un garage, pero no estaban escondidas, inclusive yo estaba buscando un depósito para que alquile Silvana. Ella tenía una cuenta en el banco Río impecable, la usaba para cobrar las tarjetas de crédito”.
“Yo no conozco el manejo de Ciudad Motor pero antes nadie se quejaba (de la firma). Recomendé a mis amigos a comprar motos ahí y ninguno tuvo problemas. De golpe aparecieron damnificados, me parece muy raro. Yo soy un laburante, tengo un (Fiat) Duna viejo que estoy pagando en cuotas, ni casa tengo, trabajo en una inmobiliaria a comisión hace un año y sé que Silvana es una persona honesta, alcanza con preguntar en el banco, en las fábricas, en las inmobiliarias donde alquilaba, no debía un impuesto ni a la Afip ni a Rentas, ella no te va a robar ni una moneda nunca”.


Los números
4.000.000
millones de pesos se calcula sería el monto aproximado de la supuesta estafa.
250
damnificados habrían presentado su denuncia o queja formal en el Juzgado de Instrucción Penal.