Sonda Curiosity hoy desciende en Marte investigará dos años

Domingo 5 de agosto de 2012
Características del robot Curiosity | Foto: Infografía: Télam
El destino de la exploración científica en Marte es un enorme cráter, cerca del ecuador marciano, con una característica extraña: una montaña que se eleva desde el suelo del cráter.
El cráter Gale surgió por el impacto de un meteorito hace más de tres mil millones de años. Los científicos creen que con el paso del tiempo, los sedimentos llenaron el cráter de más de 150 kilómetros de ancho y los vientos esculpieron la montaña de casi 5 kilómetros de altura, llamado el Monte Sharp.
Las sucesivas capas de roca del Monte Sharp se pueden leer como las páginas de un libro. Los depósitos más antiguos se encuentran en la base y a medida que se avanza hacia la cima está el material más reciente, lo que ofrece un registro de la historia de Marte a través del tiempo.
Durante su misión de dos años, el Curiosity de la Nasa explorará la falda de la montaña en busca de los fundamentos de la vida basados en el carbono.

Un argentino a cargo
El ingeniero a cargo del viaje, el descenso y la operación en la superficie marciana del Curiosity es el argentino Miguel San Martín, de 53 años, hijo de una familia de chacareros de la ciudad rionegrina de Villa Regina.
El experto, formado en los Estados Unidos, dirige el grupo de ingenieros que diseñó, implementó y opera el guiado y control de todas las fases de traslado del más propiamente llamado Laboratorio Científico de Marte.
Debido a la distancia entre la Tierra y Marte (570 millones de kilómetros) las comunicaciones tienen un retraso de 14 minutos, por lo que controlar el amartizaje en vivo es imposible.
El Curiosity llegará a la parte más externa de la atmósfera de Marte a 20 mil kilómetros por hora, dentro de una cápsula de protección que es la más grande que ha usado la Nasa y empezará a frenar con ayuda de un paracaídas, también de proporciones récord. Diez minutos antes de llegar a la superficie, el rover se desprenderá de su cápsula y seguirá dentro de una grúa espacial que se encargará de depositarlo, utilizando retropropulsores y un sistema de cables, sobre el planeta rojo.
“Los llamamos los siete minutos de terror: el tiempo que tardará el descenso. La nave tiene que accionar 76 dispositivos distintos en ese tiempo para que todo salga con éxito”, explicó San Martín.