Lucas se pondrá un delantal de colores para empezar la salita de 4 en Posadas y, de esta manera, ingresará al sistema educativo que lo formará en los tres niveles obligatorios de nuestro país: inicial, primaria y medio. Cuando Lucas termine sus estudios obligatorios, estimativamente dentro de catorce años, estaremos en el año 2029 y es posible que consiga su primer trabajo en el 2030, cuando sus padres esperan que empiece la universidad.
Lo que ni Lucas, ni sus padres, ni su maestra saben, es cómo será la ciudad de Posadas en el año 2030. ¿Cuáles serán los requisitos para conseguir un trabajo? ¿Cuáles serán las habilidades requeridas para vivir con dignidad? ¿Qué es lo que se necesitará saber para poder satisfacer las necesidades sociales de ese tiempo?
Para empezar a pensar en todos los niños como Lucas, El Territorio entrevistó a Axel Rivas, director del Programa de Educación del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec), que asegura que, mas allá de los cambios tecnológicos, la escuela deberá ser siempre un espacio de justicia donde todos puedan enseñar y aprender a pensar cómo estar mejor preparados para ser parte de la sociedad del futuro.
¿Entonces también cambiarán los métodos de estudio y las herramientas de enseñanza?
Totalmente y eso es algo que ya empezó. Si observas cómo estudian los chicos ahora es muy diferente a cómo lo hacíamos nosotros antes. Lo chicos están conectados a sus amigos y a sus conocidos casi en forma permanente a través de los teléfonos celulares y las redes sociales. Y en ese contexto que es su forma natural de vida pueden estudiar. Obvio que es una forma que muchos padres y docentes aun no pueden digerir porque no fuimos educados así. Pero los alumnos del presente y aún mas los del futuro son nativos digitales. Por eso, por ejemplo los videojuegos pueden ser una herramienta de enseñanza. Permiten que el alumno vaya avanzando en etapas cada uno en el tiempo que pueda con un nuevo sistema de puntajes y premios que lo estimula a seguir practicando y que dejan atrás el viejo sistema de notas escolares que muchas veces en vez de impulsar a la superación solo logran la frustración del estudiante. Creo que en el futuro serán los propios alumnos los que diseñarán los modelos de aprendizaje. Y los bancos escolares serán pantallas de trabajo colaborativo con diversos mapas de conocimiento.
Frente a tantos cambios, ¿cuál es el modelo del docente del futuro?
El docente debe ser el que enseña a buscar seleccionar y validar la enorme cantidad de información que hoy abunda tanto dentro como fuera del aula. El docente es y será fundamental en el proceso educativo. Pero lo que habrá es una profunda transformación de su misión. Hoy los chicos son expertos en buscar información pero el docente es el que está capacitado para enseñar cuál es la información confiable y cuál no. El docente es el que debe enseñar a validar el conocimiento. No todo lo que está en Internet o en otras plataformas tiene el mismo valor.
¿Y qué grado de conciencia hay hoy en las escuelas argentinas sobre estos cambios que se vienen y en los docentes en particular?
Hay escuelas y docentes que ya están aplicando estas metodologías de estudio. Otras con mucha sed de dar esos pasos. Y por supuesto también hay otras con mayores resistencias a los cambios. Por eso es fundamental el rol de los directivos como movilizadores de estas transformaciones que obviamente se dan a lo largo del tiempo. No son saltos al vacío de un día para otro. Sino procesos que llevan un tiempo y que van a continuar permanentemente en cambio porque justamente esa es la gran característica del futuro. Un constante cambio.
Individualismo o trabajo en equipo
Axel Rivas planteó que el trabajo en equipo y la capacidad colaborativa es una característica de la escuela del futuro. "No se busca un mejor alumno del grado sino sacar el mejor alumno que hay dentro de cada estudiante. Se trata de un sistema de aprendizaje colaborativo donde la escuela se reorganiza en comunidades en las que se comparte el aprendizaje con fuerte uso de las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) y un rol mediador de los docentes". Indicó que como nunca antes, los alumnos saben más que los docentes en el campo tecnológico. "Esto lejos de atemorizarnos puede ser una gran oportunidad para transformar la pedagogía y la política educativa.
En algunos países como en Finlandia, los alumnos dan a los docentes cursos para aprender a usar las tecnologías, en otros los alumnos cuidan y arreglan las computadoras".
Plantea que quizás "haya llegado la hora de pensar un siglo XXI, con alumnos enseñándose mutuamente y aprovechando el diverso caudal de saberes disponibles, para que todos puedan enseñar a todos. Esto no implica derribar la frontera final de autoridad pedagógica docente, sino complementarla en aspectos específicos".