La primera huelga de obreros misioneros seguida de represión

Domingo 20 de abril de 2008
Barcos. | Las compañías fluviales cedieron finalmente al reclamo obrero. | Foto: archivo


Cuando a principios del siglo XX el movimiento obrero nacional se agitaba y organizaba en las corrientes de anarquistas, de socialistas y de sindicalistas, en Misiones se constituía el Círculo de Obreros (1915), con sede en Posadas, en Colón 450, casi Entre Ríos.
Por entonces, Posadas, según el censo del ´14, albergaba 16 mil habitantes, de los cuales eran empleados 1.500 argentinos y 800 extranjeros, ocupados en establecimientos alimenticios, carpinterías, obrajes forestales, herrerías, aserraderos, talleres metalúrgicos, hojalaterías, fábricas de jabón e imprentas, fábrica de tabaco y cigarros, curtiembres y saladero.

Los primeros reclamos salariales
Las mejoras obtenidas en 1917 por los obreros marítimos del vapor España,  de Núñez-Gibaja-Martínez, en cuanto al reconocimiento de las horas extras, y el apoyo de otros gremios, impulsaron otras reclamaciones.
A fines del mismo año, los obreros del aserradero de Barthe, solicitaron aumento de salario, a lo que Barthe respondió con el cierre del aserradero por tres meses. Los marítimos paralizaron la actividad portuaria de la empresa Mihanovich, y en enero del 18, el Gobernador Barreyro resolvió el conflicto.
Siguieron las lavanderas que pedían 80 centavos por la docena de piezas grandes lavadas, con provista de jabón y azul. Fue detenida Florentina Báez, y por su libertad adhirieron cocheros, y obreros del Ferrocarril del Nordeste Argentino.
Detrás de las lavanderas, reclamaron los panaderos por su descanso dominical y por un máximo de trabajo de 90 kilos de harina por hombre.
Las retribuciones de los obreros quedaban, en aquellos días, ubicadas por debajo del precio de los artículos de primera necesidad, que se encarecían como resultado de la economía argentina en la post guerra.

Huelga en los barcos
Durante el gobierno del doctor Héctor Barreyro, el sindicato posadeño de marítimos contaba, en 1918, con 436 afiliados que lo posicionaban como el más fuerte de todos.
El 8 de abril elevó un petitorio a la patronal (los oficiales de a bordo reclamaban más sueldo) que fue analizado en la Gobernación entre delegados obreros y armadores, ante el gobernador interino Doctor Segovia y el subprefecto Benavídez. Se concluyó, por parte de los armadores, que debido a los últimos aumentos de sueldo a todo el personal a bordo, resultaban impracticables los nuevos aumentos solicitados.
Al día siguiente, 9 de abril, los obreros dispusieron ir a la huelga.
El 11 de abril, se conoció en Posadas el convenio firmado en Buenos Aires entre patrones y la Federación Obrera Marítima (FOM) que decidía levantar la huelga en aquella capital. La seccional posadeña decidió mantener su huelga.

Represión en los muelles
El 13 de abril, llegaron a Posadas desde Buenos Aires, tres maquinistas, cuatro foguistas y varios marineros de la Fragata Sarmiento, enviados por el Ministerio de Marina, a pedido de los armadores para suplantar tareas postergadas por los huelguistas.
Esa misma mañana se produjo en el puerto un hecho luctuoso: en una sangrienta pelea entre obreros y fuerzas de seguridad muere el huelguista Carmelo Olivera, y quedan heridos el sargento Tomás Roa y el gendarme Eulogio Centurión, aumentando la tensión del conflicto. El sepelio de Olivera, el 14 de abril, demostró la unidad de los trabajadores que concurrieron masivamente. Luis Asencio, huelguista orador en la despedida, instó a terminar con la violencia.
El 17 de abril, llegaron desde Corrientes, diez guardias subprefectos para reforzar la vigilancia en el puerto, mientras se esperaba de un momento a otro el arribo de otro contingente de la Armada para poner en funcionamiento algunos vapores.
El 19 de abril cuatro empleados de la Usina fueron despedidos por adherir a la huelga. Zarpó el vapor Iberá Correntino remolcando la chata nacional Corrientes Dichosa, con destino al Alto Paraná, con pasaje, carga y correspondencia y tripulación de la Armada.

Mediadores
El 20 de abril estaban en Posadas, los secretarios de la Federación Obrera Regional Argentina (FORA) y de la FOM, Sebastián Marotta y Francisco García respectivamente. Se sumó ese mismo día el Inspector de Subprefectura Jorge Echevarría con la misión de atender denuncias relacionadas con el accionar de esa fuerza durante la huelga.
El 25 de abril los armadores aceptaron los sueldos establecidos por el Centro Nacional de Cabotaje y la FOM de Buenos Aires. Se accedía también a los horarios fijados por el laudo Moreno vigente desde el año anterior y el laudo del Gobernador Barreyro del corriente. Rubricaban el documento cuatro compañías: Núñez, Gibaja, y Martínez, Juan B. Mola, Maderas del Alto Paraná y Domingo Barthe.
Algunas circunstancias comenzaban a torcer la situación a fines de abril a favor de los obreros antes que a los armadores; la presión de huelga, la imposibilidad de recibir nuevas tripulaciones de la Armada, y las negociaciones de los secretarios gremiales y en mayo se resolvió satisfactoriamente.


Mejoras de sueldos
Se fijaron, en vapores de pasajeros: capitanes baqueanos 350 pesos, prácticos 275, primer comisario 180 pesos, segundo comisario 170 pesos, primer maquinista 250 pesos, segundo maquinista 190 pesos, tercer maquinista 160 pesos, y en vapores de carga: capitanes 275 pesos, prácticos 225 pesos, comisarios 150 pesos, primer maquinista 230 pesos y segundo maquinista 170 pesos. Fueron reincorporados los cesantes y finalmente los armadores aceptaron la participación en la selección de las tripulaciones de la Sociedad de Obreros Unidos.
Esta huelga sirvió para demostrar que las reclamaciones obreras podían tener éxito si se contaba con la conducción representativa y el apoyo masivo del resto de los trabajadores.
Así comenzaba la actividad sindical en Misiones.

Fuentes:
Actas del Concejo Municipal de Posadas 1912-1917
Diario La Tarde 1913-1920
Conflictos en Posadas, Horacio Belaustegui, 1985
Colab. Biblioteca Popular Posadas, 2008.