El honor de un rival

Martes 6 de octubre de 2015

Palabras de alta sensibilidad me escribe mi amigo Pelu Barrios Hermosa, reconocido actor teatral posadeño, fana de River, que cayó el domingo frente al Rojo de Avellaneda.
'Conozco, dice, el caso de un hombre, hincha de River, que durante los años de plomo compartió celda con otro, hincha de Boca. Las vejaciones y el maltrato eran allá moneda corriente, y el fútbol y sus pasiones si eran lo de menos sirvieron de aliciente para cuando llegase la libertad. Fueron a su modo Cruz y Fierro; Sancho y Quijote; Borges y Bioy; Gardel y Le Pera. Pero un día, el hincha de Boca no volvió de esas 'visitas' que le preparaban, aunque estaban preparados para que esto alguna vez sucediera. Por eso su amigo soportó con estoicismo la novedad y después de siete años y medio, volvió a ver el sol. Buscó a sus afectos, secó las lágrimas de su madre, se fundió en abrazos con compañeros, se sació de opulentos guisos. Una tarde enfiló sus pasos hacía la Bombonera. No sé si entró convencido, ni cuál fue el resultado aquella vez; lo cierto es que ese hombre (ese jovencito, porque no llegaba a los 25) trocó los colores de su club por los que encendían el fuego de su viejo amigo. “¿Cómo explicarle a la gente, decía, que fue muy fuerte todo lo vivido, y que hacerme hincha de Boca era una forma de homenaje a esa persona que me enseñó muchísimo, y que hoy ni sé dónde está? No puedo explicarlo. Pero así fue”.
'Sé que esta historia no tiene mucho que ver, continúa José María; pero siempre la recuerdo, y entiendo a ese hombre. Salvando la distancia, yo tengo dos grandes razones para sentir aprecio por vuestro club: una, la historia, y dos, usted, Estimado. Por eso estos números futbolísticos no sirven más que para confirmar el aprecio hacia Ustedes: anoche estaba sereno pensando que de alguna manera mitigaba aquel fatídico resultado cuando la Banda fue verdugo del Rojo y yo sentí una profunda tristeza'.