Los Asesinos de Itaembé Miní: el dúo criminal más temible de los 80

Domingo 29 de mayo de 2016
A principios de los años 80 comenzó a escribirse una de las páginas más oscuras de la historia criminal de nuestra provincia. El terror y el miedo fue el sello característico de un período que duró poco más de tres años y que tuvo como protagonistas principales a dos temibles asesinos, quienes bajo uniformes de Gendarmería violaron y asesinaron a una gran cantidad de personas, sin oposición alguna.
Se trata de Ramón Daniel Domínguez y Adolfo Luis “Lauchín” Rodríguez, quienes fueron, son y serán llamados en toda clase de archivo policial de nuestra provincia como los “Asesinos de Itaembé Miní”.
Las andanzas del despiadado dúo criminal fueron descubiertas el 16 de enero de 1983, luego de su última aparición en el campo delictivo. Las distintas pruebas en su contra fueron las que al tiempo catapultaron a ambos hacia un final que los llevó a admitir la responsabilidad en los asesinatos de dos reconocidas parejas de estudiantes de esta ciudad como lo fueron Fernando Aníbal Marín y Laura Silvana Sirimarco y Gustavo Omar Bolano y Wilfrida Noemí Lenguaza.
Incluso, la forma sangrienta y sin vacilaciones con la cual actuaban por aquel entonces, no tardó en responsabilizarlos por el crimen de Ricardo Marcelino Núñez, un supuesto cómplice al que habrían asesinado a golpes cuando estaba a punto de delatarlos.
Según recuerdan ex integrantes de la Policía provincial que por aquel entonces debieron intervenir en la difícil y escabrosa pesquisa, tanto Lauchín Rodríguez como Domínguez basaron su modus operandi bajo la figura de supuestos gendarmes. Así, fingían operativos nocturnos y detenían a parejas. Luego las obligaban a trasladarse a lugares apartados de la ciudad -la mayoría en lo que hoy conocemos como la zona del ex Aeroclub-, donde violaban a las mujeres y maniataban a los hombres. O también sorprendían a todos aquellos que buscaban en la zona lugares íntimos y los sometían a los mismos ataques.
Según recuerdan las crónicas policiales reflejadas en las páginas de este medio, todo se descubrió cuando los asesinos utilizaron para uno de los últimos homicidios, una escopeta a la cual se le caía un cerrojo al ser accionada. Dicho cerrojo tenía el número de arma, con el cual se pudo descubrir al titular y luego a la persona a la que éste la había prestado.
El último hecho de sangre cometido por el dúo fue concretado durante la madrugada del 15 de enero de 1983. Una mujer que caminaba rumbo a su trabajo por un camino terrado próximo al arroyo Itaembé Miní, se topó con los cuerpos sin vida de Laura Silvana Sirimarco (17) y de Fernando Aníbal Marín (20). Ambos presentaban lesiones cortantes y disparos de armas de fuego. Horas después, en un paraje bastante alejado al lugar donde ocurrió el doble crimen, la Policía halló el Renault 12 con el cual se movilizaba la pareja.
Más que implicados en múltiples violaciones -muchas de las cuales jamás fueron denunciadas- y en los asesinatos anteriormente nombrados, la Justicia no tardó en condenar a Domínguez y a Lauchín a prisión perpetua, lo que en aquel entonces estipulaba 25 años de cárcel. Al momento del veredicto judicial, el primero alcanzaba los 35 años de edad, mientras que su compañero de andanzas los 33.
La investigación del caso fue llevada adelante por el juez Roberto González Triay y, durante los siguientes 25 años, los criminales pasaron sus días recorriendo las celdas tanto de la Unidad Penal de Loreto, como de los presidios de La Pampa, Devoto y Chaco.

Aires de libertad
Luego de más de dos décadas en prisión, la tarde del viernes 18 de enero de 2008 los dos condenados salieron airosos del Juzgado de Instrucción Uno de Posadas, una vez que expiraron sus respectivas condenas. Los informes sobre la conducta y concepto de los ex convictos en Loreto fueron intachables y aportó lo suyo para que el juez José Luis Rey, les concediera el beneficio de la libertad.
De los dos, Rodríguez fue el que alcanzó a esgrimir unas breves palabras y se lo vio infranqueable, desde que llegó y hasta que se retiró de la sede judicial.
Por su parte, Lauchín hasta alcanzó a intercambiar palabras con soltura con los penitenciarios. Ambos dijeron que regresarán a vivir con sus madres.


El prontuario 23 de julio de 1980.
Doble homicidio de Wilfrida Noemí Lenguaza y Gustavo Omar Bolano.

14 de febrero de 1982.
Usurpación de autoridad, robo calificado ocurrido en el acceso al viejo casino contra una pareja.

7 de marzo de 1982.

Violación y robo calificado en el mismo acceso al casino. Asaltaron a una pareja y violaron a la menor.

12 de marzo de 1982.
Homicidio del cómplice Ricardo Marcelino Núñez. Fue muerto por Domínguez con golpes de piedras en la cabeza y ahogado en una laguna porque los quiso delatar.

5 de agosto de 1982.
Hurto calificado en el paraje Fachinal, donde tomaron ilegalemente una escopeta que después utilizaron para asesinar.

29 de noviembre de 1982.
Robo calificado a una pareja. Nuevamente en el acceso al viejo casino.

18 de diciembre de 1982.
Robo calificado en el mismo lugar. Se apropiaron de joyas de la pareja asaltada.

14 de enero de 1983.
Robo calificado detrás de un motel, en la zona del aeropuerto de Posadas. Otra pareja fue víctima del atraco.

15 de enero de 1983.

Doble homicidio de Laura Silvana Sirimarco y Fernando Aníbal Marín en cercanías al arroyo Itaembé Mini.


Por Agustín Mazo
fojacero@elterritorio.com.ar


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