Hoy declara el hombre acusado de violar a su hija durante 23 años

Lunes 28 de julio de 2014
La casa del horror. | Mirta Noemí señala la cama en donde ocurrieron las reiteradas violaciones durante 23 años. | Foto: Natalia Guerrero
El hombre acusado de violar, golpear y esclavizar a su propia hija durante 23 años, en una vivienda del barrio Villa Cabello de esta ciudad, será indagado esta mañana por el juez Marcelo Cardozo.
Héctor José B. (58) será trasladado desde su lugar de detención, en la Comisaría Séptima, hasta la sede del Juzgado de Instrucción Uno, donde debe estar puntualmente a las 9 para ofrecer su versión de los graves delitos que le endilgan: violencia doméstica, abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo.
Su declaración será crucial para que el magistrado actúe en consecuencia, aunque los investigadores suponen que seguirá con la postura negadora que adoptó cuando fue detenido, el lunes de la semana pasada.
De todas maneras es inminente la imputación del hombre, muy conocido en el barrio por su carácter violento, más allá de su adicción al alcohol y la marihuana. Fuentes confiables adelantaron que va a seguir detenido mientras avance la investigación.
Paralelamente a lo que pueda decir el acusado, quien hoy también designará defensor, se esperan los resultados de las pericias realizadas en la prenda íntima que usaba la denunciante el sábado previo a la detención de su padre, cuando según sus dichos fue violada por última vez.
En esa ropa interior, que fue aportada por la mujer el mismo día que se quebró y contó el infierno en el que vivía junto a su victimario, esperan encontrar muestras de semen que serán cotejadas con el perfil genético del detenido.
Más allá de eso, tanto el acusado como su hija, la denunciante, serán sometidos durante esta semana a una serie de pericias psicológicas que estarán a cargo de los médicos del equipo forense del Poder Judicial.
Todos los elementos se irán incorporando como pruebas al expediente de la causa, como también el testimonio de la víctima y de su comprometida vecina, quien no sólo socorrió a la víctima, sino que avisó a la Policía.

Viviendo con el enemigo
La macabra historia de Mirta Noemí, ahora con 35 años y 39 kilogramos, salió a la luz porque se animó a denunciar a su padre luego de soportar golpes, amenazas de muerte y reiterados abusos sexuales desde que tenía 12 años.
No soportó la última paliza que le propinó su padre y se escapó del departamento donde vivía, para refugiarse en la casa de su vecina Nélida Dutra, quien llamó a la Policía para que intervengan en un hecho de violencia, pero jamás imagino que la víctima resistía a un verdadero infierno.
“Otra vez vos”, le dijo al hombre uno de los policías que intervinieron, porque no era la primera vez que lo denunciaban, aunque las ocasiones anteriores había sido por discusiones con los vecinos por ruidos molestos.
No lo iban a detener, pero esta vez fue distinto. En la Comisaría de la Mujer, Mirta se quebró y soltó todo el sufrimiento que aguantó en más de dos décadas de convivencia con su padre, por lo que tras una consulta al juez Cardozo, fue alojado en una celda aislada de la comisaría antes mencionada.
La denunciante aseguró que el detenido, más allá de las reiteradas violaciones, la trataba como una esclava, no la dejaba salir de su domicilio en ningún momento del día e incluso le prohibía alimentarse correctamente.
En ocasiones -según su declaración- era obligada por el hombre a pedir dinero a sus vecinos para la supuesta compra de remedios, cuando no tenían nada para comer. Mientras tanto, el acusado vendió todas las cosas de la casa para satisfacer sus vicios.
“Me violaba cuando quería nomas y me amenazaba para que no dijera nada”, dijo la mujer cuando denunció a su padre. “Me repetía que yo tenía sida y que los médicos que llegaran a verme me iban a decir que estaba así porque era una callejera”.
Mirta recibió ayuda psicológica sólo cuando hizo la denuncia y después de varios años la revisó una médica, el mismo día de la denuncia. “Me dijo que físicamente voy a recuperar peso, pero mis genitales están muy dañados”.
Lejos del infierno en el que vivía, la mujer agradeció a sus vecinas que la están sosteniendo y dijo que colaborará con la Justicia “para que este hombre, que tanto daño hizo, siga de por vida en la cárcel, que no salga más, porque necesito rehacer mi vida”.