La gratitud y la verdad

Sábado 13 de febrero de 2016

Mis queridos vecinos, mis queridos viejos, su familia, su entorno, comunidad, ustedes deben saber:
A Winston  Churchill le encantaba contar la historia de un niño pequeño que se cayo en un muelle a profundas aguas del océano.
Un viejo marinero, despreciando el riesgo se lanzó a las tempestuosas aguas, luchó contra ellas y finalmente exhausto logró sacarlo del agua. Días después la madre del niño volvió al muelle a localizar al marinero que había salvado la vida del niño. Lo encontró y le pregunto: “¿Es usted la persona que se lanzo al agua a rescatar a mi hijo?”. “Si señora, soy yo quien lo salvó”, explicó el marinero.

La madre se apresuró a reclamar: “¿Y dónde está la gorra del niño?”
El relato ilustra cuántas personas centran su atención en lo que no corresponde.
El sentimiento de gratitud es una poderosa energía que atrae a nosotros toda clase de cosas buenas. El saber agradecer nos lleva a dar, a perdonar y a crecer espiritualmente.
Todo el mundo prefiere la compañía de personas que dan antes que las personas que solo toman.
Creen que la vida es un juego de perinola: “todos ponen”, “yo tomo todo”.
Todos los días vemos, escuchamos y leemos noticias buenas y malas, y nos dejamos atrapar por las malas y no sabemos agradecer todo lo bueno que nos rodea. Una actitud agradecida sólo produce bendiciones.
Decía Mateo 7, 12 Lucas 6, 21: “Trata a los demás como querrías que te trataran a vosotros”.
Si no quieres que te engañen, no engañes. Si no quieres que te mientan, no mientas. Da y recibe.
Los años nos dieron la oportunidad de poder aportar nuestra experiencia de dónde están las piedras con las que se puede tropezar.
No quitarlas, pero sí advertir, previniendo a los mas jóvenes, y ellos deben hacer su propia experiencia.
Si hay algo que preocupa es el resentimiento que se palpa en aquellas personas que no saben qué es la misericordia. Y fogonean la resistencia y la venganza que aceleran su senilidad (envejecimiento patológico).
Ustedes mis queridos viejos defiendan siempre, siempre, la verdad.
Por supuesto que es difícil pero no imposible.
La brújula sigue siendo la gerontogía, o sea el proceso del envejecimiento y los cambios que el factor tiempo nos hace en lo psicofísico, económico y social.
Como mejor se  mide el estado en el cual nos encontramos es a través de la independencia que se tiene de las actividades de la vida diaria, básica, instrumentales y avanzadas .
En estos momentos la prioridad número uno es la epidemia (dengue, chikungunya y zika), que nos ha producido un “gran merengue”.
La logística que se está aplicando nos informa de la magnitud del daño, dónde está ocurriendo y los recursos que disponemos.
La estrategia que se está aplicando consiste en actuar adecuadamente con los elementos necesarios en el momento preciso.
La táctica en el lugar que corresponde para que sean efectivas, eficaces y eficientes en el menor tiempo posible, y al más bajo costo vayamos cubriendo las metas del objetivo general que es la reradiación de este mal.
Luego se deberá hacer el análisis del por qué ocurrió y las logizaciones de lo que se hará en materia de prevención (promoción y protección).
Lo más positivo de lo que está ocurriendo es que no se está manipulando y deformando la realidad y se dice la verdad.
Debemos hacernos un autoanálisis de lo que estamos haciendo y sumarnos cada uno en el lugar que nos corresponde.
Adelante, siempre adelante, tiende la mano, ayuda a tu prójimo que nos necesita.
El viejo Miérez

Por José Miérez
Médico, gerontólogo