"El vengador" Isidro Velázquez, el último bandolero rural

Domingo 19 de julio de 2015
Era conocido como el último vándalo rural, o como “el vengador”. Isidro Velázquez se fue convirtiendo lentamente en un mártir de los humildes. Distribuía dinero y alimentos entre los más pobres, pero el poder político lo catalogaba como un bandido violento. 
Velázquez nació en un paraje cerca de Mburucuyá, Corrientes, en 1928. A los 20 años emigró al Chaco en busca de trabajo como peón golondrina, y de un día para otro pasó de padre de familia a ser un hombre perseguido por la ley. 
Acompañado primero por su hermano Claudio y luego por Vicente Gauna, “Los Velázquez” actuaron desde inicios de los años 50 hasta el 67. Fue entonces que las fuerzas policiales llevaron a cabo una emboscada para fusilarlos en el cruce de Pampa Bandera sobre la ruta 4.
En el transcurso de ese tiempo,  robaron comercios y secuestraron estancieros. Aunque se dice que la Policía los había tomado de chivos expiatorios, adjudicándoles muchos delitos que no podía resolver. Por esa razón, Los Velázquez ocupan aún hoy un lugar preponderante en el acervo cultural de las poblaciones del campo en el Nordeste argentino. De acuerdo a lo que relatan los lugareños, fueron los últimos bandidos que se vengaron de las injusticias que soportaban los peones rurales.
Para sus fieles seguidores, la banda de los Velázquez fue la última que defendió con tesón a los humildes trabajadores, de la explotación y el abuso de autoridad de los patrones y policías del Chaco.

El vengador
En su vida delictiva, Velázquez fue autor de cinco muertes que cometió en enfrentamientos. Según dicen, nunca mató a sangre fría, ni fue un provocador de hechos sangrientos, como sí apareció en la historia oficial.
Logró que la tropa policial le tuviera miedo y se ganó el apodo “el vengador” porque intervino en varios hechos a favor de los más humildes.
Tuvo protección de los aborígenes sobre todo,  como también de María “Ninón” Duarte, su concubina en Paraguay. Es justamente ella quien asegura que Isidro Velázquez cayó porque confió en la gente de la ciudad. Ello, refiriéndose a la maestra Leonor “Chuchi” Marianovich de Cejas y al cartero Ruperto “Lula” Aguilar, quienes, según se aduce, bajo presión policial lo entregaron en la emboscada policial del cruce de Pampa Bandera. 
En ese hecho, fueron los 35 efectivos armados que con granadas fusilaron a Isidro Velázquez y Vicente Gauna que iban en un Fiat 1.500, conducido por la maestra en compañía del cartero. 
En la actualidad, en el lugar del fusilamiento se erigió una ermita donde los promeseros se encomiendan a Vicente Gauna, y al vengador, el legendario Isidro Velázquez.