Legado y pasión por el arte

Viernes 29 de abril de 2016

Claudia Pagliari y Fanny Figari no solo están unidas por la sangre, sino también por el arte. Desde pequeñas, primero la madre y luego la hija, conocieron la danza, se enamoraron de la disciplina y hoy se dedican a enseñar juntas, contagiando ese entusiasmo a otras niñas y jóvenes de Posadas.
En el Día Mundial de la Danza, El Territorio visitó la academia, que este año cumple 40 años de trayectoria, para dialogar con dos apasionadas del baile y la docencia.
A los 5 años Claudia comenzó sus clases de danza, en una época que quizás no estaba tan de moda aprender esta disciplina. “Cuando terminé el colegio me dediqué accidentalmente a enseñar y descubrí que me encantaba. Al principio, como cualquier trabajo, es un camino de hormiga”, dice la profesora, y recuerda que inició sus clases con diez alumnas en el garage de la casa de sus padres. Al poco tiempo, la contrataron para enseñar en Encarnación. Así empezó a trabajar de manera paralela en las dos ciudades y la danza se convirtió en su profesión y su fuente de trabajo. 

Entre tutús y zapatillas de punta, Fanny creció en el salón de la academia. Durante sus 29 años de vida, su relación con la danza fue incondicional. Al terminar la secundaria, decidió estudiar otra carrera en Buenos Aires, y en paralelo continuaba su formación en el baile. “El legado es fuerte y te marca. La danza era un tema muy cercano todo el tiempo y sentía que tenía que pertenecer a esto, tenía que estar acá. Volví de Buenos Aires y todo se empezó a dar naturalmente”, cuenta la joven.
Con la necesidad de innovar y aportar algo distinto para Posadas, Fanny descubrió el tap y desde 2010, ofrece clases en el salón de la academia. Además es profesora de ballet para niñas de tres años y también adolescentes.
En la academia, madre e hija trabajan, aprenden y enseñan juntas. “Lo bueno es que podés decirte las cosas y siempre estará el afecto. Fanny aporta su ingenio y creatividad y yo, mi experiencia”, sostiene Claudia.

Aprender danza
Las clases en la academia (3 de Febrero 2265)  arrancan desde los tres años hasta el último año de la escuela secundaria. En total son casi doce años de formación. “Conocés a las alumnas en todas las etapas. Vas descubriendo si lo hacen como hobbie o si van a abrazar la carrera de la danza. Muchas se dedicaron, viajaron y siguen bailando a nivel profesional. Siempre te da gratificaciones”, comenta Claudia.
Son múltiples los beneficios de practicar danza, explica la profesora: “Siempre es positivo, por todo lo que te deja, la coordinación, el oído musical, la plasticidad, la alegría de venir a compartir música y compañeras”. Y Fanny coincide: “Te da disciplina, constancia, postura. Y cuando no lo haces, lo extrañas. Formás grupos de amigas y también viajás para hacer cursos o competir”.
Para fin de año, la academia celebrará sus cuatro décadas con un gran festival junto a las ex alumnas, que son madres de las alumnas de hoy. Al respecto, Claudia expresa:“La danza me dio todo lo que tengo, espiritualmente y el cariño de la gente; no es un trabajo más. Es un trabajo diferente. Me encuentro con la gente que pasó por esta academia y percibo un cariño especial porque la danza fue muy importante en sus vidas”.

Avances y desafíos
Desde su trayectoria, Claudia analiza: “Ha crecido un montón la danza desde que comencé. El Centro del Conocimiento aportó un montón a la comunidad. Las academias tienen más apertura. Antes era difícil contactarse  con los maestros del Colón y ahora la tecnología te conecta muchísimo. Hay más posibilidades de intercambio culturales en otros países. La danza creció un montón y hay que estar lo más a tono posible. Además, Posadas se extendió y hay profesoras excelentes fuera de las cuatro avenidas y en otros barrios”.
Sobre el proyecto de Ley Nacional de Danza que será presentado el 6 de mayo en el Congreso, la profesora sostiene: “Estamos apoyando, me parece genial. Los profesores y bailarines necesitamos estar protegidos por una ley”. 
Para ambas, vivir de la danza es posible con gran esfuerzo, dedicación y capacitación constante. Actualmente, Fanny apuesta a la parte formativa y a disfrutar de su relación con los más pequeños: “La niña que viene acá te elige día a día. Trabajar con niños es muy gratificante. El ballet tiene una dulzura permanente y es aprendizaje constante. Hoy, para nosotras la danza es todo, y ojalá siga creciendo en la provincia”.


El semillero de la danza misionera
POSADAS. Son jóvenes pero con los objetivos bien en claros. Decidieron para su vida que quieren vivir de la danza y día tras día van tras ese anhelo que lo tienen incorporado desde pequeños.
Y aunque la mayoría ya tenía conocimientos de danza, admiten que para poder trasmitir eso que tanto los apasiona primero hay que formarse.
“Estudiamos desde chicos, y es algo que lo tenemos con nosotros. Esto es lo que nos gusta”, reconoció Marilyn Morgenstern (18) junto a sus compañeros de curso del segundo año del profesorado de danzas.
Año tras año, decenas de chicos entusiastas se suman a estudiar esta carrera que contempla folclore, clásico, tango y contemporáneo en la Escuela Superior de Danzas de la provincia. Pero no es sólo baile, vestuario y maquillaje, sino que todo esto va acompañado de arduas clases teóricas y prácticas en el campo que hace que varios queden en el camino de uno de los más destacados centros de formación de nuevos valores que existen en Misiones, y que hoy festejará el Día de la Danza en sus aulas y a puro baile.

Amor
“Vengo con la intención de formarme como docente porque me gustaría trasmitir la pasión y el amor que le tengo al folclore, eso que aprendí y que tanto me apasiona enseñárselo a los chicos”, soltó Juan Benítez (21) mientras ensayaba unos pasos junto a su compañera, con quien espera poder llegar a recibirse de profesor en el corto plazo.
Con esfuerzo, tropiezos y soñando con aplausos para el resto de su carrera, los misioneros que deciden formarse en la danza desean que la disciplina que llevan adelante sea reconocida desde el Estado. Y en ese marco, mañana desde las 14 se realizará una maratónica jornada de baile, talleres y debate en el Paseo La Terminal de Posadas. El objetivo es que el Congreso apruebe un proyecto de ley que les reconoce derechos como trabajadores del arte.