Cartas de Lectores

Lunes 4 de mayo de 2015

Engañifas y pérdidas de tiempo

La demanda eléctrica sigue creciendo, aunque muchos no se percaten de ello, o a lo sumo declamen consabidos e inútiles "mantras" del ecologismo fundamentalista, que sólo confunden a desinformados y benefician a corto plazo a determinados intereses que siempre lucran –y mucho- con las "soluciones de emergencia" que por regla general son mucho más caras y menos eficientes.
El ecologismo ultra declama repetidamente, entre otras falsedades, que:
a) Con eólicas, solares y otras "renovables" se abastecerá la demanda, incluso pregonan abastecerla sólo con esas "renovables". Eso es falso por las limitaciones técnicas que sólo las hacen meros complementos, nunca bases de ningún sistema eléctrico, además de sus costos fuera de escala, (altos en las eólicas y enormes en las solares). Por otra parte sus rendimientos son bajos, y necesitan enormes superficies para tan solo reducidos rendimientos.

b) Enfatiza a los ahorros de energía como "gran solución". Falso pues esos ahorros sólo serían paliativos, y no solucionarán los incrementos de demanda por crecimiento de la población, ni los derivados del desarrollo (claro está que por dogma, los ultraecologistas demonizan el desarrollo económico…pero no se privan de vivir bien ni de utilizar toda la tecnología, demandando mucho energía).
c) Ataca a hidroeléctricas y nucleares, pero al no plantear ninguna tecnología más eficiente y limpia que las pueda reemplazar, de hecho promociona mayores consumos de combustibles fósiles…¿ecologistas? Falso.
d) Enfatiza a la generación distribuida –con pequeñas usinas- como gran parte de la solución, pasando por alto elementales cuestiones de escala: por ejemplo ¿pueden muchas palitas de juguete reemplazar a grandes palas mecánicas? ¡No! Falso.
e) Niegan el comprobado fuerte crecimiento de la demanda, prefabricando engañosos "escenarios" de demanda futuros, con porcentajes de aumentos de demanda ridículamente bajos, para justificar a su vez los bajísimos rendimientos de las "soluciones" eólicas y solares que proponen. Falso.
Pero esas y otras repetidas mentiras y tergiversaciones del ultraecologismo, distraen y confunden a mucha gente, haciendo perder valioso tiempo que debería emplearse para implementar un Plan Energético bien fundamentado, de largo plazo, que contemple adecuadamente como ir abasteciendo los formidables crecimientos de la demanda, que claramente sucederán en nuestro país.
Por supuesto que el sector energético, y en él, el sector eléctrico que forma parte de aquel, no son burbujas separadas del contexto general de la economía argentina; pero en cambio es totalmente cierto que sus complejidades y particularidades técnicas, hacen que sea incomprensible o poco comprensible para la mayoría de la población…y los legisladores y otros funcionarios con poder de decisión, así como influyentes varios del arco opositor y de los medios de difusión, son en cierta forma el reflejo de la población a la cual representan.
Para completar el cuadro de confusiones en el que se desenvuelven las informaciones masivas que suelen circular públicamente, con tanta liviandad como velocidad de transmisión en la opinión pública, la amplia mayoría de las opiniones que se vierten en los medios (incluyendo en ellos las redes sociales), no están avalados ni han sido producidos por expertos, con seriedad y objetividad; y menos aún por organismos técnicos de probada idoneidad y con basamentos técnicos y científicos.
Ese aquelarre de confusiones y consecuentes lamentables pérdidas de valioso tiempo, agravan la situación, lo que puede no percibirse en el corto plazo, pero ya pasa a ser palpable desde el mediano plazo. La demanda eléctrica sigue subiendo exponencialmente, y por el mero transcurso del tiempo, las opciones para el mediano plazo se van reduciendo, por lo que previsiblemente vamos yendo al embudo de la perniciosa acentuación del perfil patológicamente termoeléctrico, de nuestra matriz eléctrica; con lo que caemos en un esquema de dependencia muy acentuada de los combustibles fósiles, que hasta los países con fuertes reservas de hidrocarburos evitan, si tienen opciones para hacerlo y no quemar ingentes cantidades de combustibles, solo para generar electricidad, que es uno de los peores usos que puede darse al petróleo y al gas.
Bolivia, Perú, Ecuador, Venezuela, Noruega, Irán y Rusia son algunos de los casos de países exportadores de hidrocarburos, que optaron por diversificar sus matrices eléctricas, con fuertes apuestas a la hidroelectricidad, y en algunos casos, la energía nuclear. No por casualidad, en todos esos casos, las incorrectamente llamadas "renovables" (eólica, solar y similares), tienen un rol insignificante, como meros complementos o incluso son casi inexistentes, entre otros factores, por la escasa confiabilidad de esas tecnologías y sus altísimos costos reales por KWh.
Es necesario enfatizar que sólo existen tres tipos de tecnologías aptas para operar como usinas de base: termoelectricidad (en base a combustibles fósiles), hidro y nuclear. Todas las otras tecnologías (entre ellas las muy promocionadas eólica y solar), sólo sirven de complementos, pues son intermitentes (oscila el voltaje, e incluso salen de servicio imprevistamente, por falta de viento o sol), y no son programables pues sus fuentes son aleatorias e inmanejables por el ser humano.
De las usinas de base, las más económicas por KWh y menos contaminantes, son las hidroeléctricas y nucleares. Pero requieren inicialmente inversiones mayores, y sus plazos de construcciones son mucho más prolongados que las usinas termoeléctricas. ¡Pero amañadamente han sido demonizadas por el ultra ecologismo!

Carlos Andrés Ortiz
Correo electrónico, Posadas