Por aire y con un Cessna, las bandas de narcos aumentan sus ganancias

Domingo 17 de agosto de 2014
El cielo para las bandas de cigarrilleros y narcos de la región se convirtió en una de las vías con mayor facilidad para llegar a los grandes centros de consumo o los principales puertos.
Fuentes ligadas a la investigación de estos movimientos criminales simplificaron la fórmula: “Con 70 mil dólares se compra un Cessna del año '75 en Argentina y ni siquiera se registra en Paraguay, sigue siendo matrícula del vecino, el piloto es paraguayo, así que conseguirlo y mantenerlo al servicio tampoco resulta complicado, y lo demás se corrompe o se consigue truchando hojas de ruta”.
Los mismos conocedores de este modo de operar aclaran: “El único requisito de las autoridades paraguayas es que la aeronave vuelva con todos los asientos colocados. Es decir, pueden cruzar la frontera sin problemas. Sólo en la costa del Paraná de Corrientes y Misiones hay más de 70 pistas clandestinas, o lo que aumentó ahora, que los vuelos lleguen hasta el río Uruguay, y desde allí por la ruta nacional 14 la droga hace el último viaje por tierra hacia Buenos Aires, Santa Fe o Córdoba”.
Los aviones Cessna son máquinas de alto valor para este tipo de delitos, por su elogiada autonomía de vuelo, fidelidad para volar a baja altura evitando radares y ductilidad para aterrizar en pistas cortas y de tierra.
De acuerdo a informes corroborados por la propia Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) del Paraguay, los modelos medianos y pequeños de Cessna, fabricados en Wichita, Kansas, Estado Unidos, son utilizados para el traslado de cocaína, marihuana o cigarrillos, previo acondicionamiento para mayor espacio en el interior.
Un narcoavión en Paraguay se puede definir como "un Cessna al que sólo le dejan el asiento del piloto para los envíos de droga". Casi todas las máquinas son robadas y tienen matrículas falsas. Las modificadas de monomotor pueden levantar vuelo hasta con 500 kilogramos de marihuana, mientras que los bimotores vuelan con 800 kilogramos, según fuentes de la Senad consultadas por El Territorio.
Los narcovuelos parten con cocaína desde el Sur colombiano y desde Bolivia. Los pilotos deben ser expertos para despegar en el monte, en pistas muy cortas. Vuelan a baja altura evitando los radares.
Se trasladan hasta los departamentos de Amambay y Concepción en Paraguay con rumbo a Brasil. O a Corrientes y Misiones, escalas del destino Buenos Aires o Uruguay.
Los vuelos a suelo argentino son avistados por los nuevos radares, tal el caso de la persecución de los Pampa al Cessna N241SP el 15 de julio. Partieron desde Posadas e identificaron la avioneta, que arrojó 154 kilogramos de cocaína cerca de Paso de los Libres. Pero pasaron 30 días para que la aeronave sea descubierta por baquianos destrozada en Santo Tomé y con sus dos pilotos muertos.
Los narcoaviones parten con rutas de vuelo legales, Asunción-Ciudad del Este, a las pocas horas serían registrados cruzando a la Argentina, por ejemplo hacia campos entrerrianos, donde las cargas llegan sin necesidad de un aterrizaje, las envuelven en bolsas de cuero que resisten caídas de cien metros de altura.
Pero ante cualquier inconveniente, tienen más ventajas: los Cessna descienden en menos de 300 metros de pista y despegan en la misma distancia, sobre tierra, campos sembrados, por ejemplo. Además, si cuentan con instrumental preciso para la maniobra, como los Stol (Short Take-Off and Landing, despegue y aterrizaje cortos), la maniobra se simplifica. Los modelos Cessna que tienen esta tecnología son los 206, 208 y 180.

Cigarrillos también
Investigadores paraguayos sostienen que en los últimos años, los envíos de cocaína aumentaron, pero que esta actividad no le quitó espacio a las bandas dedicadas a la marihuana o a los cigarrillos ilegales elaborados en el mismo suelo.
El consumo de cigarrillos de Paraguay no supera los 3.500 millones de cigarrillos al año. La producción por el contrario, supera los 40 mil millones anuales. Sólo para ejemplificar, aseguran: "Tendrían que fumar todos los paraguayos todos los días, todo el día, para acercarse a esa cifra".
¿Por qué se produce tanto?, la respuesta cae a la par: Se destina al multimillonario mundo del contrabando, que no sólo controla el espacio con actitudes mafiosas, sino que frena los proyectos legislativos para establecer la tributación por exportación, el origen del tabaco, la calidad del producto, las condiciones laborales en las que se obtiene y los controles para que la modalidad no crezca.
O también para apartar a los jueces y fiscales que intenten impedir el macabro negocio. "No hay espacio para la Justicia; el que se mete con las mafias es llevado al banquillo, si no renuncia antes", comentó un experimentado periodista de un medio asunceno.

Cannabis
Situación similar se replica con la marihuana. De las dos cosechas anuales, en sólo dos años se logran cuatro producciones. La mutación de la semilla la hizo más resistente al clima y las pestes.
Las plantas no demoran en crecer, y en pocos días se obtienen los pedidos . Este mercado  utiliza los cruces del Paraná a localidades misioneras y los Cessna son una de las herramientas.


Exfiscal Petta:
“La fiscalización del río y el aire no existe” Posadas. Para el exfiscal paraguayo Eduardo Petta San Martín, los movimientos de las bandas narcos en la región aumentaron y para frenarlos se necesita mucho más que controles, “falta voluntad política, legislación de mayor profundidad y seriedad”. Petta San Martín es hoy el vicepresidente del Senado de Paraguay, accedió a una banca por el Partido Encuentro Nacional y busca diferenciarse de los tradicionales movimientos, como el Colorado y el Liberal.
En 2005 fue apartado de su cargo en la Justicia, en la que se destacó con su particular presencia en las calles, por momentos sin medir los riesgos de encabezar operativos contra bandas de cigarrilleros en la costa del Paraná, donde escapaban a tiros de su presencia.
Consultado por el aumento de los vuelos del narcotráfico desde suelo paraguayo a Brasil, Argentina y Uruguay, resaltó que “es una batalla desigual; los maleantes entregan las cargas para que aparezcan los relativos méritos de las fuerzas de seguridad. Nunca un delincuente detenido, siempre escapan y si los vuelos aumentan, o las barcazas siguen cruzando el río con miles y miles de cigarrillos, es porque la fiscalización no existe, tanto de un lado como del otro de la frontera”.
“Yo me tuve que ir (de la función judicial) porque lo primero que hicimos fue definir al adversario: dónde se ubicaba, su modus operandi, los tipo de asociaciones, saber cómo se vincula el contrabando de cigarrillos con el de estupefacientes. Toda una labor de inteligencia que se perdió por el poder que estas bandas tienen en la política y en todos los órdenes”.
Uno de los procedimientos que sacudió a la opinión pública lo concretó el 2 de julio del 2002, cuando en la Aduana de Encarnación secuestró una avioneta desarmada que cruzó desde Posadas sin registro, sin papeles de importación, sin propietario, sin nada que avalase el ingreso al país. “Le faltaba sólo el motor”, recordó Petta, “pero al averiguar en la Aduana argentina, ningún control vio que cruzó sobre un camión un Cessna desarmado por completo”. Doce años después, la aeronave sigue bajo custodia paraguaya y se herrumbra esperando al presunto comprador que buscaba acrecentar sus viajes con cargamentos de cigarrillos ilegales.

Por Javier Pelozo
fojacero@elterritorio.com.ar


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