Los conductores que utilizan la ruta provincial Nº 17 que une esta localidad con Bernardo de Irigoyen continúan reclamando mejoras en ciertos tramos del trazado.
A pesar de haberse realizado el bacheo y corregido parte de la cinta asfáltica, todavía quedan lugares sumamente peligrosos. En sectores de 9 de Julio, Santiago de Liniers, Dos Hermanas y otras zonas se observan baches profundos, ondulaciones pronunciadas, falta de señalización en ciertos tramos y la demarcación de la ruta. “En ese sentido hace falta marcar, porque cuando llueve o hay neblinas se torna muy peligroso transitar”, indicó el intendente de Santiago de Liniers, Claudio Friedenberger.
Vecinos marcaron que todavía se tiene que corregir el paso de numerosos camiones que dejan huellas y van agrandando constantemente los pozos y grietas. Lugares como el “Cerro 60” no tienen carteles de indicación.
También la ruta 20
El camionero Javier López se detuvo a dialogar con El Territorio para manifestar su malestar acerca de los trabajos de la ruta 20, en el acceso a la localidad de San Pedro. “No solamente este tramo de la ruta 17 está con problemas, sino que en la que nos lleva a San Pedro (la 20) es indignante el trabajo que están realizando, se han roto muchos autos y camiones”, indicó.
Los automovilistas deben bajar su marcha al trasponer el tramo deteriorado. Quienes no lo hacen, levantan polvo, piedras y trozos de asfalto, que constituyen un riesgo para los demás conductores.
Los lugareños aseguran que varios vehículos han sufrido roturas. “El que no conoce, seguro que tendrá problemas”, señaló Vicente Almada, comerciante de la zona.
La zona crítica está a unos 20 kilómetros del cruce con la ruta 17, en el paraje Portón Viejo, donde además se divisan enormes grietas y ondulaciones en el pavimento. A raíz de esto, los vehículos deban cruzarse peligrosamente de carril.
La ruta es muy transitada durante todo el año, porque empalma con la ruta nacional 14. Los guías de turismo también advierten a los turistas sobre los lugares de riesgo. “Es increíble ver cómo trabajan, no quiero pensar lo que pasaría si llegara a llover”, dijo López, quien diariamente recorre la zona.