Dos hombres que quitaban a los poderosos para entregar a los pobres

Domingo 19 de julio de 2015
Se replicaban en los diarios los avisos de recompensas por Mate Cosido.

Las canciones de León Gieco, Adrián Abonizio e incluso el chamamé de Nélida Argentina Zenón crearon una leyenda que persiste aún en la memoria de los pobladores de la región.  
Se llamaba Segundo David Peralta, pero para el mito fue Mate Cosido. No por la tradicional infusión, sino debido a una cicatriz que tenía en la cabeza.  
Según el mito, era una especie de mártir de los pobres, puesto que robaba a las grandes empresas explotadoras de sus peones. Y el botín era repartido entre los que más lo necesitaban.

A pesar de que nació en Monteros, Tucumán, su vida más intensa transcurrió en la provincia de Chaco. Se había hecho conocido en la zona por sus robos a las empresas Bunge & Born, Dreyfuss y Anderson, Clayton & Co y La Forestal; y por su asociación con el otro Robin Hood rural: Juan Bautista Vairoletto (o Bairoletto, de acuerdo a algunos archivos de la época).   
Según los registros de entonces, Peralta justificaba sus robos, explicando que los verdaderos ladrones eran los extranjeros que explotaban al trabajador y al suelo argentino. 
Se dice que el Estado organizó la Gendarmería Nacional con el fin de terminar con su vida, pero jamás pudieron apresarlo. Siguieron sus huellas, o lo intentaron, por distintas ciudades de Argentina y Paraguay, pero siempre sin éxito.
Si bien era una bandolero que no le tenía miedo a nada, a quien ni la Policía, ni los gendarmes, ni las promesas de recompensas cada vez más altas, lograron derrotar, su debilidad finalmente le costó la vida. Igual que Vairoletto, sus problemas con los uniformados  se acentuaron por culpa de una mujer.
Es que, según cuentan, el legendario bandido rural, se había enamorado de una maestra de Misiones. Pero fue esa misma mujer, quien le tendió una trampa en conjunto con los representantes de la ley. No obstante, aunque lograron tirarle a matar, su cadáver nunca apareció.
Muchas versiones suscitaron a partir de entonces. Se dijo que vivió y murió en Asunción; que lo vieron en un prostíbulo de Salta; que estuvo en Rosario y fue puntero del peronismo; que vivió en Santa Fe; que murió abatido por el cáncer.   
Pero pruebas concretas nunca aparecieron. Sin embargo, que el final haya quedado abierto, es otro factor que contribuye a afianzar el mito popular que lo vuelve ineludiblemente un héroe.

Vairoletto
Juan Bautista Vairoletto y Mate Cosido se conocieron en la Capital: fue en un prostíbulo de Barracas o en un templo masónico de San Telmo, nunca se pudo saber a ciencia cierta. Nacido en Santa Fe, vivió en La Pampa. Luego, se estableció en Mendoza donde se casó con Telma Cevallo y tuvo dos hijas. La vida familiar no impidió que siguiera con sus andanzas de bandido rural. No obstante, si bien la policía lo perseguía como a un delincuente, los humildes lo consideraban un protector.
Parte de su juventud la pasó en burdeles. Allí se enamoró de una mujer, que también era pretendida por el gendarme Elías Farache. El último y Vairoletto tuvieron una pelea feroz, donde el gendarme terminó con un balazo en el cuello. Vairoletto fue acusado de homicidio y encarcelado hasta 1921. Como a todo héroe popular, la gente lo ayudaba a huir, y cuando se refugiaba en un lugar le hacían llegar mensajes para prevenirlo, le llevaban alimentos y abrigo.
En la década de 1930, se lo hacía responsable de cualquier robo o muerte ocurrida, parecía un fantasma que la Policía perseguía sin resultados. Se dice que en septiembre de 1941, se quitó la vida en General Alvear, Mendoza, para no entregarse a la Policía, luego de un tiroteo.
De acuerdo a las palabras de su mujer, Telma: “Juan se suicidó. No lo mataron. Yo me levanté de la cama tras de él, protegiendo a las chicas. Veo que se pega el tiro y empieza a caer para atrás, y cae al piso. Luego, entró la Policía y le tiraron ya muerto en el piso”. Lo velaron en el Comité Demócrata. A su funeral asistieron personas llegadas desde La Pampa. Sus restos descansan en el cementerio de General Alvear.

Una historia de vida contada con los títeres

“Alias Mate Cosido” es un western titiritesco, producido de manera independiente por el grupo Tire y Afloje, que cuenta la historia del conocido bandolero.
“Mate Cosido es un peón trabajador y dedicado que se relaciona con una mujer. Ella es pretendida por un comisario. Y ahí comienza el problema.
Las persecuciones de la Policía lo llevan al mundo de la delincuencia. Sin embargo, no abusará de la violencia y sólo tendrá como blanco a las empresas que despojan de sus riquezas a la naturaleza y a los hombres”, explica la sinopsis de la obra.
La ambiciosa propuesta cuenta con recursos artísticos para enriquecer la historia. Personajes de guante y otros dibujados sobre cartón plano son manipulados con precisión por un solo titiritero: el joven misionero Carli Bastarrechea.